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Los “cabos sueltos” de un Plan

Por Antonio Coll

 


El nuevo Plan General de Ordenación Urbana Supletorio de Arrecife, cuya aprobación inicial se anuncia para el mes de mayo, está creando mucha incertidumbre y, según expertos en materia urbanística y jurídica, deja muchos “cabos sueltos” y determinadas bolsas de suelo sin definir, circunstancia que obligaría, posteriormente, a solucionarse con planes parciales.

 

Se percibe que de no solucionarse los mismos, en la exposición pública, el nuevo plan se convertiría en un instrumento urbanístico, con muchas luces y sombras y expuesto a reales beligerancias con los propietarios de suelo. El grupo de gobierno municipal de Arrecife, quizás, le ha faltado valentía y ambición, para cerrar de una vez, los litigios actuales y haber ofrecido alternativas consensuadas. Con esta actitud incentivaría la inversión con transparencia. Se evitaría negociaciones futuras, de los propietarios con los dirigentes políticos. Y se configuraría, urbanísticamente, la mayor parte de la ciudad, cuyo problema histórico es que se ha desarrollado de forma arbitraria, naciendo barrios desconectados, desarraigados y con muchos problemas de infraestructuras públicas. Si el Plan Urbano, llamado, popularmente, de Maria Isabel Déniz (CC) y Nuria Cabrera (PSOE), de 1997, aprobado inicialmente, no se hubiese “tumbado”, hoy estaríamos hablando de que “otro Arrecife fue posible” y gracias a todas las infraestructuras contempladas, “la crisis no llegó a Lanzarote y el desempleo es mínimo”. Pero la utopía se esfumó, cuando los entonces dirigentes de la Corporación (PSOE-PIL) optaron en confeccionar ellos uno nuevo, a pesar de la prórroga oficial concedida para modificarlo. Fue un grave error y las nefastas consecuencias, actualmente, están al orden del día. Se privó a la ciudad de contar con un instrumento, actualizado a los tiempos modernos, además de estimular las inversiones públicas y privadas.

 

Solo espero que el nuevo Plan permita el desarrollo racional y óptimo de Arrecife y que su inmensa potencialidad, con una marina envidiable, se aproveche y se cumplan todos los retos que, desde hace muchísimos años, demanda la ciudad. Yo, como me imagino un gran porcentaje de los pobladores de Arrecife, están ya escarmentados y escaldados de las actuaciones de determinada clase gobernante municipal, que ha carecido, siempre bajo mi óptica, de un perfil expeditivo, lúcido, pragmático y comprometido con el futuro de la ciudad.

 

La prosperidad de la tercera capital de Canarias dependerá del resultado final del contenido del Plan General Urbano Supletorio. El interés general es prioritario, pero también es, fundamental, llegar acuerdos definitivos con todos los tenedores de bolsa de suelo, respetando sus derechos legítimos. Si se opta por ésta vía de consenso, se gana tiempo, dinero y todos ganamos, sobre todo porque repercutiría en el empleo, al dinamizar la economía con las actuaciones urbanísticas e infraestructuras.

 

No sé si, en un corto periodo de tiempo, se podrá cantar “victoria” con la aprobación de un Plan integrador, ambicioso y con las necesarias garantías jurídicas para proteger las futuras inversiones. ¿Utópico? Ya veremos.

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