Finca de Uga, el lugar que más colegios y escolares quieren visitar
Más de 1.850 alumnos de 24 centros han pasado por las cuidadas instalaciones sureñas
Lancelot Digital
Finca de Uga se ha convertido en uno de los lugares más demandados por los centros educativos que cada año llevan a sus escolares a realizar visitas al centro.
En total, en lo que va de año 2016, han pasado por las instalaciones de Finca De Uga cerca de 24 centros de toda la isla y más de 1.850 alumnos.
En sus recorridos por la finca han podido apreciar, no sólo la quesería, que tal vez es por lo que más se conoce Finca de Uga, sino las numerosas instalaciones agrícolas y ganaderas en pleno funcionamiento.
Cochinos, ovejas, cabras, aves y numerosos cultivos de todo tipo constituyen una auténtica lección de vida para los más pequeños, así como un acercamiento al sector Primario y a los orígenes económicos de la isla.
En uno de las últimas visitas, una de las personas que tuvieron oportunidad de visitar la Finca y que se denomina a sí misma ‘visitante agradecida’, dirigía a la dirección del centro una carta de agradecimiento por permitir al público visitar las instalaciones y darles la oportunidad de recuperar una parte perdida del pasado. “Olor a flores, a árboles, a frutas, a leche, a animales, a queso, a alimentos, a aromáticas, a sudor de trabajadores, a productos de limpieza, a... Sumado con los colores del inmenso habitad recreado y los sonidos: del viento, de las hojas, de los animales, de trocitos de silencio, de la música ambiental, de la respiración de cada ser vivo, orgánico e inorgánico, que compartíamos espacio con sabor a almogrote, a distintos y exquisitos quesos, al cariño, principal condimento en la elaboración de cada detalle de la Granja de Uga, cántico a la VIDA y alimento de almas vulnerables” señalaba, y añadía en relación a Juan Francisco Rosa. “Sé que muchos opinarán que con dinero es fácil hacer lo que él hace. Otros, que tener animales en cautiverio no está bien. Discrepo. Gente con dinero hay mucha, pero no todos lo dedican a hacer bien a la naturaleza, dentro de la que incluyo a los humanos, aunque les beneficie para otros fines personales y económicos”… “Ojalá cada humano cuidáramos nuestro pequeño entorno con tanto respeto, esmero y amor. El mundo sería un auténtico paraíso terrenal”.
Y continuaba expresando su admiración a la labor realizada por el empresario lanzaroteño. “Lo he admirado por las buenas críticas que he escuchado merecidamente de él desde siempre respecto a su implicación económica para causas sociales justificadas que tuve oportunidad de corroborar cuando me posibilitaron acceder a él para pedirle colaboración para los niños de la isla enfermitos de cáncer y no dudó en compartir generosamente parte de sus ingresos para esta causa. Ojalá yo tuviera posibilidades para hacer obras así antes de irme de esta vida. Proyectos que dibujaba de niña para cuando fuera enfermera y que mi situación económica no me ha permitido llevar a la práctica. Ojalá pudiera hacer el hogar para mayores o el hospitalito para niños que diseñaba entonces. Ojalá pudiera levantarme cada día pensando proyectos solidarios y llevando a cabo cada uno de ellos con tanto lujo de detalles, tanta exquisitez, tanto gusto, tanto amor y tanto respeto como deja patente el proyecto que pudieron respirar mis sentidos esta mañana”.
