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Los destellos de un faro y el letrero gigante

Por Antonio Coll

 

 

Desde que se inauguró la ampliación del espigón del muelle de Los Mármoles, muchos vecinos que residen en la Avenida de Naos se han visto sorprendidos de la excesiva luminosidad y casi permanentes destellos que emite  por un periodo de unos 10 segundos, el nuevo faro instalado al final del muelle.  Naturalmente la luz de los faros sirve de guía para los barcos, pero la cuestión que se plantea es si es necesaria tanta intensidad y,  sobre todo,  si tiene alguna eficacia que se dirija también, me refiero a los destellos,  hacia la ciudad o tierra.  Esta circunstancia provoca efectos perturbadores a los que viven frente al puerto y también a los pasajeros de los cruceros,  que permanecen atracados de noche,  en Arrecife.  Algunos me dicen que es una “venganza” de Luis Ibarra, que según todas las informaciones, será sustituido en la presidencia de la Autoridad Portuaria,  por el que fuera alcalde de Las Palmas,  José Juan Cardona –PP-,  a partir del siete de mayo,  por los acuerdos llegados entre CC-PNC y el PP,  tras la salida del PSOE del Gobierno de Canarias.  

 

Según expertos en navegación,  sirve de muy poco dotar el faro de una lámpara de gran intensidad,  sencillamente,  porque la curvatura de la tierra limita su alcance. No obstante, la altura de la torre de un faro si tiene efecto de más visibilidad.  

 

Vuelvo a repetir que la cuestión que aquí planteo, fuera de tecnicismos y conocimientos náuticos, es si puede mantener la luminosidad correcta, solo evitando  los destellos dirigidos a la ciudad y solo manteniendo la luz fija, sin destellos, al entender que no tiene ninguna utilidad efectiva y solo provoca molestias,  especialmente,  para los ciudadanos que viven  frente mismo al muelle de Los Mármoles.  Me dice una vecina de la Urbanización Castillo de San José que la primera vez pensó que el resplandor que captaba de su vivienda era de un relámpago, por lo que se imaginaba que se acercaba una tormenta. Finalmente, comprobó que se trataba del nuevo faro de Los Mármoles.  Me pidió que lo dijera en Lancelot para ver si se podía corregir,  ya que le obligaba,  por las noches,  a cerrar las ventanas e instalar unas cortinas oscuras,  ya que las persianas no eran suficientes para evitar el resplandor que, cada 10 segundos,  penetraba en la habitación donde dormía y le perturbaba el sueño.  Por mi parte,  misión cumplida. Corresponde ahora a la Autoridad Portuaria de Las Palmas  solucionar el problema por el bienestar y descanso de muchos residentes; y turistas que se encuentran en los cruceros que permanecen de noche,  en el nuevo puerto de Marina Arrecife

 

Un letrero gigante y en mayúscula

Sinceramente me llamó la atención cuando una lectora me remitió la imagen y la percibí como algo desmesurado y con un impacto medioambiental negativo. Pensé, en esos momentos, si el Área de Patrimonio del Cabildo, del que he criticado muchas de sus actuaciones en Lanzarote, había autorizado la instalación del “majestuoso” letrero,  y como censura Bruno Perera, en un escrito de opinión, encima en mayúscula.  Independientemente de la ortografía y las normas que regulan la escritura y las reglas para el uso correcto, considero que estas actuaciones deberían hacerse a través de un concurso público, al considerar que existen en Lanzarote artistas y escultores con mucho talento que podrían optar por ofrecer alternativas y, a través,  de una comisión de expertos artísticos,  elegir el más adecuado,  conforme a las normas establecidas como bienes de interés cultural y artístico. Cuando escribo este artículo, 1 de mayo, aparece la noticia referente a que la Consejería de Patrimonio Histórico del Cabildo de Lanzarote, ha tomado la decisión de desinstalar el citado letrero, por carecer de los permisos necesarios para su ubicación en la Avenida Marítima,  por la ausencia de un informe técnico y otros pormenores,  como el impacto de las letras sobre el conjunto del BIC histórico de la ciudad de Arrecife, al considerarlo que  es muy elevado y obliga a retirarlo en cuestión de tres días.  Por esta vez, tengo que darle la razón al Área de Patrimonio Histórico,  por compartir sus razonamientos y criterios.

 

Lo que no se comprende cómo el Ayuntamiento de Arrecife, su grupo de gobierno, toman decisiones de forma arbitraria,  en cuestiones tan sensibles como el de patrimonio artístico,  sin antes no realizar las consultas pertinentes o promover un concurso de ideas.  No olvidemos que Arrecife es la capital de una isla declarada Reserva de La Biosfera y  debe orientar sus acciones, como administración pública, a un desarrollo sostenible y acorde a los requisitos exigible a una Reserva.  El letrero es un atentado a la estética y degrada la visión de unos espacios protegidos, como es el Puente de Las Bolas y el Castillo de San Gabriel.

 

En definitiva, una forma de tirar el dinero y no preocuparse de tantas zonas degradadas en Arrecife, como los inmuebles protegidos que se hallan en ruinas y que no tienen ningún valor arquitectónico y, menos, artístico. Y no digamos nada de los barrios…

 

Arrecife, con estos planteamientos, es una ciudad que va a la deriva y con mayúsculas se debe escribir…Y el Plan Urbano Supletorio sin aprobarse inicialmente.  Para las cuestiones importantes y prioritarias,  el actual grupo de gobierno municipal  “no está,  ni se le espera”…

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