El histórico "Casa Pedro" cierra sus puertas
Pedro Santana Lemes lo convirtió en el restaurante de referencia donde han pasado los comensales más exigentes
Todo tiene un principio y un fin. Y eso ha ocurrido con el Restaurante "Casa Pedro" de Playa Blanca, que hoy viernes, día 10 de mayo, cuelga el cartel de cerrado tras más de 40 años de ofrecer los mejores pescados y mariscos frescos. Una calidad que mantuvo desde el primer día hasta que ayer mismo, jueves, día 9, servía esos sabrosos meros al horno o las cabrillas fritas al modo y estilo del pescador del sur de Lanzarote.
Pedro Santana Lemes.
Sin duda, el gran artífice de ese éxito ha sido su restaurador Pedro Santana Lemes, de 67 años, una persona que logró lo más difícil en esta profesión, mantener el buen nombre del restaurante durante décadas y seguir siendo hasta hoy, a pesar de la gran competencia, el restaurante de referencia para los clientes más exigentes. Clientes, algunos tan fieles, que cada mes visitaban Casa Pedro para oler y saborear los productos de primera calidad que ofrecía.
"Casa Pedro" era algo más que un restaurante con buena comida. Gran parte de su éxito se ha debido al servicio cercano y familiar, de camareros y cocineros que se han hecho "viejos" sirviendo a lo más granado de los paladares de la isla y al visitante que venía de vacaciones a Lanzarote. Por allí han pasado durante todos estos años artistas famosos, políticos y empresarios de primer nivel.
Pedro Santana Lemes empezó en el mundo de la restauración en el famoso restaurante "Casa Salvador", el primer restaurante de Playa Blanca, que se hizo famoso en los años 70. Pedro, era un chiquillo inquieto, de 9 años, convirtiéndose casi en la mano derecha del gran Salvador hasta que decidió volar por su cuenta y fundar su propia marca de restauración, Casa Pedro, hoy todo un patrimonio de Lanzarote y de Playa Blanca, al convertirse en el primer restaurante moderno del sur.
Son unos 50 años en los que Pedro Santana ha estado dedicado a la restauración y, por lo visto, ha decidido parar y descansar. Sin duda, un descanso ganado a pulso.
