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Canarias y las renovables, un binomio obligado

Las energías limpias crecieron el pasado año hasta situarse en un 57% principalmente gracias a la eólica y a la fotovoltaica

 

  • Lancelot Digital
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    En Canarias, las energías renovables son inevitables. Pura consecuencia lógica y su crecimiento una obligación y un hecho. Ese es el sentir del Gobierno de Canarias actual y también lo fue del pasado, así como de la población y los hechos vienen a corroborar ese sentimiento. Las energías renovables crecieron en las Islas Canarias un 57% en 2019, y eso a pesar de no haber tenido un gobierno operativo al cien por cien. 

     

    El Archipiélago finalizó el pasado año con un 53’5 por ciento más de energía limpia instalada de la que había en enero de 2019, principalmente gracias a la energía eólica y la fotovoltaica. 

     

    Durante una década estuvo paralizada la instalación de fuentes de energía limpia, situación que comenzó a cambiar en diciembre de 2018 con la subasta de 185 megavatios de potencia eólica. Está prevista una segunda subasta que promueva, al menos, otros 180 megavatios. No sólo eso, también están en ‘stand by’, pero en previsión, varios proyectos eólicos marinos.

     

    Según los datos recabados por la Red Eléctrica de España, a la cabeza de Canarias se encuentra la isla de El Hierro con un 55% de integración de renovables. La utopía de vivir utilizando sólo energías renovables se hace realidad en la isla herreña gracias al proyecto de central hidroeólica de Gorona del Viento, que en junio de este año de 2019 cumplía cinco años en funcionamiento. El viento y el agua son protagonistas y generadores de más de la mitad de la energía que se consume en esta pequeña isla.

     

    A distancia se sitúan Tenerife y Gran Canaria, con un 19’7 % y un 16’7%; La Palma, con un 11’4%, Lanzarote-Fuerteventura, con 10,4% y, muy alejada de todas ellas, La Gomera, con un 0,2%.

     

    En este sentido, el consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, José Antonio Valbuena, anunció hace unas semanas que su departamento destinará 165.000 euros a la realización de "diversos estudios en materia energética que sirvan de apoyo y complemento al futuro Plan de Transición Energética de Canarias (PTECan) 2021-2030, cuya elaboración está previsto comience en el próximo año 2020". Los estudios -dos estrategias (autoconsumo y vehículo eléctrico) y un avance de estrategia (almacenamiento)- los realizará el Instituto Tecnológico de Canarias, que deberá entregarlos (todos) antes del 31 de octubre de 2020.

     

    Desde el Gobierno de Canarias se ha marcado el objetivo de alcanzar antes de 2030 el reto de que en torno a un cincuenta por ciento de la potencia que esté instalada en las islas provenga de fuentes renovables.

     

    Apuesta por las eólicas

     

    La energía eólica se ha convertido en los últimos cinco años en una de las principales tecnologías del sistema energético de España, al aportar el 19% de la electricidad que se consume, lo que equivale a 12 millones de hogares, y es la segunda tecnología del sistema. La estimación para 2020, una vez se pongan en marcha las instalaciones procedentes de las últimas subastas, es que la eólica pase a ser la primera fuente energética de España. La generación eólica ha representado durante los últimos años entre el 18% y el 21% de la cobertura de la demanda en España, un país que sigue importando, y pagando, la energía eléctrica.

     

    La eólica es la principal fuente energética renovable en el sistema eléctrico nacional. Proporciona más del 50% de toda la energía renovable y, en un escenario de crisis climática como el actual tiene ante sí un largo recorrido. En el actual Plan Energía y Clima del Gobierno se prevé duplicar la potencia instalada en 2030 respecto a la instalada en 2015, pasando de 23.000 Mw frente a 50.000 Mw.

     

    ¿Cuáles son las claves del cambio de modelo energético?

     

    Sistemas de almacenamiento. La intermitencia de las renovables no gestionables requiere el apoyo de renovables gestionables para disminuir la potencia convencional de respaldo.

     

    Interconexiones y trazados insulares. Los sistemas interconectados son más robustos y fáciles de gestionar.

     

    Gestión de la demanda. La producción de energía siempre se ha amoldado a la demanda. Hay que invertir la relación y usar la energía cuando se genera. El vehículo eléctrico es una oportunidad para ello.

     

     

    Flexibilización del sistema de generación. Es vital pensar en una sustitución del sistema actual de generación convencional por otro que sea más adaptable a la generación renovable y que, además, tenga la capacidad de ser instalado como sistema distribuido y descentralizado.

     

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