¿Por qué conviene emprender una Startup con un cofundador?
Dentro del ecosistema de las startups, los emprendedores enfrentan una duda recurrente, dar rienda suelta al proyecto de forma independiente o apoyarse en un cofundador, después de todo, se trata de un viaje cargado de retos en el que merece la pena aprovechar las opciones necesarias para aligerar la carga.
En la actualidad crear una startup desde cero supone un auténtico desafío, si bien todo depende del tipo de emprendimiento, no cabe duda que alcanzar el éxito es más sencillo cuando se comparte la responsabilidad.
Un socio igualitario
A diferencia de un socio comercial, la actuación del co-founder no se limita al aporte de capital, también tiene relevancia en la operatividad, el aporte de ideas e incluso, representa un pilar emocional.
Cerca del 10% del fracaso de las startups, obedecen a la incorrecta gestión del dinero antes de alcanzar el producto mínimo viable. Los diferentes conocimientos, puntos de vistas y experiencia se traducen en mayores probabilidades de generar el Product Market Fit en corto tiempo.
Incremento de los recursos y menor riesgo
En los tiempos que corren, una segunda fuente de ingresos se traduce en mayor seguridad financiera y una base sólida ante la necesidad de asumir un posible fracaso.
Saber a ciencia cierta qué es una startup y sus diferencias respecto al emprendimiento tradicional, reconocen las ventajas que reviste compartir los riesgos. Más allá del impulso financiero, el cofundador pone a disposición su visión a fin de alcanzar soluciones creativas y mejorar la toma de decisiones.
Un patrón de éxito comprobado
El desarrollo de una startup requiere esfuerzo, energía y la combinación de muchas habilidades. Dividir las tareas es el denominador común de compañías exitosas como Apple, Microsoft, Google, Tesla y Facebook.
La clave radica en encontrar un cofundador que además de compartir la misma visión y valores, tenga habilidad para lidiar con el estrés y la presión, así conocimientos y destrezas complementarias.
Llegar a la meta demanda un socio que avance al mismo ritmo hacia la consecución de los objetivos. Asimismo, es necesario que actúe como motivador, se involucre en el emprendimiento y asuma el mismo nivel de responsabilidad.
