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Cuánto, cuándo, cómo

  • Francisco Pomares
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    Fernando Clavijo informó ayer de que su partido y su menguada representación parlamentaria en el Congreso y el Senado presentarán vía enmiendas al Presupuesto 2022 (amenazan con más de 160 enmiendas) un plan integral de reconstrucción de La Palma, incorporado con ficha financiera en el proyecto de ley del Gobierno. En realidad, lo de La Palma es un añadido al plan de recuperación de Canarias que Clavijo lleva pidiendo desde hace meses para atender a los 210.000 canarios en paro, al  52 por ciento de los jóvenes de las islas, que no encuentran trabajo, a las 300.000 personas que en pobreza severa, a los más de 4.000 autónomos y empresarios que tuvieron que cerrar su actividad por el Covid… Lo de la Palma es una enérgica sacudida que viene a sumarse a todo lo que ya iba mal, sin necesidad de que el volcán  agravara aún más las cosas. Clavijo hizo por eso hincapié en la necesidad de dejar de lado los conflictos entre partidos y los personalismos para permitir que los palmeros tengan un presente y un futuro.

     

    Pero lo cierto es que escogió el momento para presentar su propuesta haciéndola coincidir con el sexto viaje de Pedro Sánchez a La Palma, en el que el presidente volvió a dejar caer el discurso que lleva a la isla cada vez que la visita, y que se resume en el mantra de que el Gobierno no dejará a ningún palmero atrás. 

     

    Ayer, la nueva de Sánchez consistió en anunciar la exención tributaria tanto en la renta como en el Impuesto de Sociedades por todas las ayudas que reciban los vecinos de La Palma por la destrucción de sus viviendas o de los edificios dedicados a cualquier actividad empresarial. Las verdad es que sonó un poco extraño: bueno fuera que hubiera que pagar IRPF por cantidades recibidas en situación de emergencia.  Sánchez anunció –como suele- una medida que aún no ha sido adoptada. De esa forma la medida se cuenta varias veces. Cuando él la propone, cuando la aprueba su Gobierno, y cuando comienza a aplicarse. Desde que empezó lo de La Palma, la reiteración de las mismas medidas y decisiones se ha convertido en una constante. La última es lo de la entrega de las primeras dieciocho casas que se iban a entregar a dieciocho familias palmeras, y que se anunció inminente hace dos semanas, luego como un hecho cierto para esta concreta semana que ahora acaba, y ahora para el lunes de la próxima, si todo sale bien. Y al final tendremos un gracioso circo cuando se entreguen.

     

    Sánchez anunció también que la próxima semana se transferirán por fin los 19 millones de euros comprometidos en ayudas para los sectores agrícola y pesquero de La Palma y los cinco millones de euros que se iban a entregar al Gobierno de Torres para hacer frente a la situación de emergencia social producida por la catástrofe. Uno no sabe si se refiere a los mismos cinco millones que el Gobierno de Canarias tenía que recibir esta semana, paras hacer frente a la compra de enseres necesarios. Quizá sea otra cosa, aunque las cifras son las mismas. Pero ya puestos, sería estupendo que el presidente Torres o el consejero de Hacienda o quien sea que pueda hacerlo, nos aclare cuanto de todo el dinero que se ha anunciado en las últimas semanas que va a llegar a los bolsillos de los ciudadanos de La Palma, ha llegado ya –de verdad- a las arcas del tesoro público. Cuanto ha sido transferido hasta ahora por el Estado a las islas. Porque de la buena voluntad no se duda, pero la buena voluntad es como las palabras, se la puede llevar el viento en cuanto el volcán se pare, sin que nadie recuerde la catarata de promesas de estos días. Por eso hace falta saber ya cuánto y cuando y cómo ha llegado el dinero del Estado, el dinero de la solidaridad de nuestros compatriotas, no cuanto se va a enviar en algún momento próximo: eso y su eco reiterado ya lo hemos escuchado en las cuatro últimas semanas un montón entero de veces.

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