PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

La llegada de pateras en 2024 podría batir todos los récords

En los primeros 15 días del año han arribado a las costas canarias más de 2.200 migrantes en embarcaciones precarias

 

  • Lancelot Digital
  •  

     

    Todo sigue igual, o peor. Pasan los días, las semanas, los meses, los años, y las cifras continúan creciendo. Si 2023 fue, tristemente, de récord en lo que a llegadas de migrantes en cayucos a las Islas se refiere, el recién iniciado 2024 transcurre por los mismos derroteros. Para muestra, un dato. Desde el 1 de enero hasta este lunes 15 han llegado a las costas de Canarias, entre rescates en el mar y arribadas por sus propios medios, más de 2.200 migrantes a bordo de 32 pateras, e incluso algunos dentro de la cámara de un neumático de camión, tal y como publica Tiempo de Canarias.

     

    Si 2023 –el año que más llegadas ha registrado en la historia de la ‘Ruta Canaria’– cerraba el ejercicio arrojando un escandaloso cómputo de 39.910 inmigrantes, que en comparación con 2022 suponía un aumento del 154,5 %, o lo que es lo mismo, de 24.228 personas más, este año ha empezado como terminó el anterior. No en vano, si comparamos estos 15 días de 2024 en los que han llegado 32 embarcaciones, con todo el 2022, en el que se contabilizaron 350 cayucos, la cosa no pinta nada bien. Pero es que esta dinámica, y si nada cambia, lleva un ritmo que podría superar la desorbitada cifra de las 610 del pasado año.

     

    El Hierro, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote han acogido el grueso de las expediciones de inmigrantes durante este inicio de 2024, bien porque sus pateras navegaban próximas a sus costas cuando fueron avistadas, o bien porque llegaron a tierra sin necesidad de ser auxiliadas. Que tantas islas, por muy lejanas o cercanas que se encuentren del continente africano, hayan experimentado el fenómeno de la inmigración, y, sobre todo territorios como el herreño, se debe a los diferentes y variados puntos de partida de estas embarcaciones hacia Canarias.

     

    El amplio abanico de conflictos armados que generan grandes desplazamientos, hambrunas y muertes así lo ha estructurado. Las playas y litorales de Marruecos, Sáhara y Mauritania, sumándose ahora las de Senegal y Gambia son, en orden de menor a mayor dificultad y duración, las vías que conforman la ‘Ruta Canaria’. La inestabilidad que se está viviendo en tierras senegalesas o países colindantes como Guinea, Costa de Marfil o Mali, ha convertido la zona en un polvorín y ha obligado a cientos de miles de personas a huir para conservar la vida, y entre ellas, aquellas que deciden partir de costas tan alejadas del archipiélago canario para llegar a islas como El Hierro, recorriendo en los casos más extremos hasta 1.500 kilómetros en siete días.

     

    Estos hechos han provocado que la mayoría de migrantes llegados a las costas canarias durante la segunda mitad de 2023 y este 2024 sean subsaharianos, más concretamente procedentes de Senegal y Costa de Marfil, superando así, por primera vez, a los de origen magrebí, que hasta el momento eran los más numerosos. Además, casi todos, y en un alto porcentaje, son varones y adultos. Aún así, Canarias tutela en la actualidad a más de 4.500 menores no acompañados venidos en cayucos, pateras y neumáticas.

     

    Pero ni la visita –este mismo lunes– de Fernando Clavijo al Papa Francisco, en la que le ha trasladado la “necesidad" de dar visibilidad a este problema, ni la insistencia del presidente canario para que se despliegue el Frontex en los países emisores, ni las promesas de Pedro Sánchez en cuanto al reparto de menores entre las distintas comunidades autónomas de España, ni las demandas de Cristina Valido en relación a la cesión de la gestión migratoria a Cataluña, ni la presencia de ministras, ministros y comisarias europeas parecen tener efecto sobre una situación que amenaza con enquistarse cada vez más, sin que nadie haga nada.

     

    Ni siquiera aquellos que tienen los medios para disuadir a las personas que, por efecto de las guerras y otros conflictos, se ven empujadas a embarcarse en un periplo en alta mar que tiene un gran porcentaje de acabar trágicamente, ni para reducir el impacto que este fenómeno produce en un destino limitado y fragmentado como Canarias. Como dato a resaltar, la ONG Caminando

    Comentarios (3)