Domingo, 14 Diciembre 2025
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Por Antonio Coll

 

Cuando aún faltan 7 meses + -,  para las elecciones locales y autonómicas, contemplo ya movimientos de los partidos políticos  para elegir a los candidatos de cabecera para los municipios, cabildo y parlamento. En esta entrega solo voy a poner el énfasis en la capital de Lanzarote, al considerar al municipio de Arrecife,  como eje principal y estratégico,  para las aspiraciones de las formaciones políticas que se presentan a los comicios. No solo cuenta con más del 50% del electorado global de la isla, sino que Arrecife,  en las últimas décadas, siempre ha estado en “el ojo del huracán”,  por razones bien conocidas. Para una descripción más exacta y mayor compresión de los lectores, copio literalmente la definición que el consultor y experto en tecnología electrónica,  Ignasi Lirio (Barcelona),  realiza sobre la citada frase:  “Tradicionalmente, la expresión “estar en el ojo del huracán” se utiliza como metáfora para describir una situación en la cual alguien está en la parte más problemática, turbulenta y caótica de un proceso”,  “Sin embargo, el ojo del huracán  es una región donde reinan las calmas, los vientos cesan, y brilla el sol. Esto podría parecer una paradoja, de no ser porque se refiere a que ese lugar es una trampa sin salida, ya que estamos rodeados de la parte del ciclón donde los vientos soplan de manera más violenta”.

 

¿Se ha convertido el Ayuntamiento de Arrecife en una trampa sin salida? Su trayectoria, al menos en las dos últimas décadas, con algunas excepciones,  ha permanecido rodeada de inestabilidades políticas;  planes de ordenación urbana, aprobados y, seguidamente, tumbados; planes de barrios inacabados; parques desatendidos y sin sombras; un plan de tráfico catastrófico; vías sin re- asfaltar, cuando se encuentran en un estado lamentable; aceras deterioradas; muchas zonas con poca o ninguna iluminación; insuficientes recipientes para los residuos y basura; una marina excepcional poca aprovechada para que los visitantes puedan disfrutar. En definitiva, una ciudad incómoda, con pocas zonas de aparcamientos públicos y un comercio, sobre todo la zona centro,  que paulatinamente,  han ido perdiendo clientes ya que acuden a la periferia y fuera del municipio porque son lugares más atractivos y cómodos. Una zona privilegiada como la Avenida de Naos hasta el Castillo de San José, totalmente abandonada, con salinas en ruinas y el perímetro del puerto pesquero con barrotes de hormigón que impiden contemplar el mar y el puerto deportivo. El Islote del Francés, un espacio privilegiado de la capital, pero incomprensiblemente, rechazado todos los proyectos sostenibles que los propietarios, legislatura tras legislatura, presentaban a los grupos de gobierno municipal, con inversiones millonarias.  Ante todo lo expuesto, muy resumido, cómo podemos pensar el cambio y la transformación de la ciudad,  si después de treinta años, más o menos, se ha seguido con una política de parálisis total, sin ningún pragmatismo y sentido común. Un economista, hace días,  me dijo que uno de los problemas de Arrecife es estructural y que viene desde la alcaldía de José Maria Espino. Son muchos años de fracasos, de inoperancia…Realmente la gobernanza de Arrecife, en mi opinión, ha estado dirigida desde el exterior. Estoy convencido y me avalan cerca de 40  años,  en la que me dedico, exclusivamente,  al periodismo.  Por eso,  puedo mirar el pasado, el presente y el ¿futuro? con cierta perspectiva pesimista.  Me gustaría intentar,  al menos, partir de una mirada esperanzada sobre el futuro de Arrecife,  para el inicio de la próxima legislatura, mayo/2019.  Pero me es difícil. Por mi experiencia, no observo vientos de cambio,  porque para constituir un grupo de gobierno municipal, con todas las garantías de poder dirigir el Ayuntamiento, con una mínima óptima gestión, tienen que suceder circunstancias muy especiales, donde dos o tres partidos políticos conformen una mayoría y estén dispuestos a trabajar con una dimensión colectiva para implantar una nueva realidad para una capital que,  paradójicamente,  es también de la Reserva de la Biosfera. Es un verdadero desafío que solo lo puede hacer políticos ávidos de sentir lo nuevo, de políticos con vocación innovadora, alejados de presiones exteriores con intereses inconfesables.  Porque estar despierto,  para salvar a Arrecife,   en medio del huracán,  con la posibilidad de que siga vivo después de las elecciones, es tarea difícil, casi utópica. 

 

Lo que está claro es  que no podemos seguir sufriendo sus devastadores efectos. Son muchos años de traiciones,  de promesas incumplidas y  de llamativas mentiras. Una buena parte de los ciudadanos de Arrecife se han sentido engañados y se sienten muy enojados de la mayoría de sus dirigentes que,  legislatura tras legislatura,  no han contribuido a gestar una nueva realidad para transformar la ciudad y hacerla más digna para todos los ámbitos de la sociedad.  Mi lenguaje puede parecer apocalíptico,  pero les aseguro que no me domina la fatalidad, sino una clara esperanza de que Arrecife se salve, algún día…y que no sea una trampa sin salida, como el ojo del huracán.

 

 

 

 


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