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Caos, drama y siguen llegando

Por Antonio Coll

 

Si no fuera por el drama de los que se juegan la vida huyendo del infierno africano, incluyendo a nuestros  vecinos del Magreb, habría que calificar a la diplomacia española de ineficaz, “cachondeo”,  después de  la visita del Ministro del Interior español  a Rabat.  El resultado es que en 72 horas de la visita de  Marlaska,  el flujo de embarcaciones sigue aumentando y solo en los últimos tres días han arribado a Canarias 600 inmigrantes ilegales, con el drama de Órzola, con 7 ahogados. 

 

La Unión Europea lo ha dejado bien claro: No aceptar ni un solo inmigrante a sus fronteras e insisten en la aplicación estricta de la directiva “Retorno” que obliga a la repatriación.  En Lebos y Turquía la U.E. está pagando por retener a los inmigrantes en los países de origen. El problema con Canarias es que los países africanos vecinos no aceptan ni a sus propios ciudadanos y el Gobierno Español no puede repatriarlo.  Pues ya me dirán ustedes dónde está la solución. Por activa y pasiva yo ya he calificado la situación de una verdadera “invasión” y me he atrevido a solicitar  la intervención de la Armada Española, para colaborar con la Guardia Civil y Servicios de Emergencias. Yo puedo entender que con la pandemia vírica y la propia ofensiva terrorista del islamismo radical haya producido un cambio total de la Comisión Europea, en el ámbito de inmigración, pero no puede olvidar que Canarias es una región ultraperíférica de la U.E. Si sigue con no atender los intereses del archipiélago,  no le queda otro remedio al  Estado Español  de emprender,  acciones contundentes para frenar la constante “invasión”  que está provocando o provocará un conflicto social en la sociedad canaria y residente con el Estado Español  y su gobierno que no protege las fronteras marítimas de una comunidad autónoma,  ya cansada y agotada de tanta ineficacia y, además,  con su economía casi paralizada por  el Covid19,  por la limitación de llegada de turismo.  En esta perspectiva, no se puede hacer un llamamiento de “que no cunda el pánico”  porque el presente ya es de “pánico” y pensar en el futuro, solo contemplamos un aumento y aceleración de la incertidumbre. Si ya hay datos contundentes de que la economía canaria se está derrumbando, ¿qué podemos hacer los canarios y residentes?  Sí como estamos comprobando,  la trágica situación continúa,  no puedo predecir lo que puede suceder en un futuro próximo.

 

 

La nueva realidad que vive Canarias,  de acuerdo que hay que gestionarla con nuevos enfoques, pero las iniciativas no las tiene el Gobierno de Canarias, si no existe compromiso firme del Gobierno Español de estabilizar la situación, no solo del flujo invasor de inmigrantes,  sino de la propia economía que depende en un porcentaje altísimo del turismo y comercio. Me gustaría contar con algo de optimismo, pero los distintos fenómenos existentes, me convierte en ser cauteloso sobre una reflexión futurista. Solo estoy palpando la legítima preocupación de los canarios y residentes, que no encuentran respuestas sobre el caos y el drama que se vive actualmente. Y no es solo por la avalancha de inmigrantes, sino por el poder adquisitivo, reducido intensamente, en  una gran parte de la población canaria y residente, con las consecuencias que ello depara.  Pero entre  tanta calamidad  política,  no sé si saldremos hacia adelante. Hasta una próxima entrega…

 

 

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