Ciudades igualitarias

Myriam Ybot
Hace unas semanas, a través de la asociación Mararía, GESPLAN me invitó a un proceso participativo enfocado a la inclusión de la perspectiva de género en la ordenación urbanística en Canarias, una cuestión sobre la que no soy experta, pero sí experimentada: cuento ya con más de tres décadas de vida en Arrecife con otras 55.000 personas, de las cuales 25.000 son mujeres. Y aunque pudiera parecer que la ciudad es neutral, que sus carencias y oportunidades nos afectan a sus habitantes de igual manera, la realidad es que basta agitar la alfombra de calles, plazas y asfalto para que el polvo del patriarcado enturbie tal ilusión.
Veamos: si nos vamos al origen, descubriremos que el diseño urbano ha estado siempre en manos de varones, arquitectos, ingenieros, políticos, ejecutores de lo común a la luz de sus necesidades y aspiraciones, y por completo ignorantes de la existencia de miradas alternativas o complementarias. Pero los usos de la ciudad son múltiples y dispares, y solo hace falta salir al espacio público para apercibirse de ello.
Sin afán de perpetuar los roles que asignan los cuidados y las tareas domésticas a las mujeres, son mayoría las que acuden a las zonas de juego y espacios infantiles. ¿Son suficientes? ¿Tienen zonas de sombra, bancos, espacios para la conversación? Son mayoría las que acompañan a la prole a la escuela. ¿Hay caminos seguros? ¿Los accesos son cómodos, libres de tráfico, arbolados? Son mayoría las que empujan coches de bebé, carritos de la compra y sillas de ruedas. ¿Estás las aceras rebajadas? ¿Hay pasos de cebra en número suficiente? ¿Y rampas? ¿Se preserva el comercio de proximidad? Son mayoría la que recurren al transporte público colectivo. ¿Se invierte en el servicio de guaguas? ¿Hay vehículos suficientes, frecuencias adecuadas, paneles informativos en marquesinas cubiertas y con asientos? ¿Se adecúan las conexiones a centros de trabajo, hospitales y de los barrios al centro? Son mayoría las que son o se sienten amenazadas en el espacio urbano, en horario nocturno. ¿Está garantizado el alumbrado eficaz de plazas, calles y parques?
El diseño urbano moderno fue ideado por el hombre y para el hombre, y destinado al disfrute de su juguete favorito, el vehículo particular, capaz de materializar la fantasía de la libertad. En el imaginario colectivo casi global, el coche da respuesta a una necesidad que ha devenido básica y esencial: llegar a todas partes y hacerlo rápido. Por lo tanto, las acciones e inversiones para la construcción y ampliación de carreteras, la gestión del tráfico y el aparcamiento se han impuesto a otras, vinculadas a la habitabilidad y la convivencia. Que sigue siendo, seamos resistentes, el lugar de las mujeres.
Las ciudades no son neutrales. Elevemos la voz, recurramos a los procesos participativos, a las asambleas vecinales, a las plataformas reivindicativas, escalemos a los despachos del poder y aspiremos a convertir los escenarios de nuestra vida en lugares más igualitarios y amables. Nosotras podemos.