Cosas de Jueves Santo

Santiago Negrín Dorta, periodista y comunicador

@chinchetas

Más allá de la tradición religiosa, el Jueves Santo se había convertido (hasta hoy) en una estampida a sitios vacacionales, chiringuitos, y playas atiborradas de chiquillos (y no tan chiquillos) chillando y meando a gusto en el agua. Y llegó el virus, que se llevó por delante todo, incluidas las playas meadas para bien de la humanidad. Bueno, el pan y el vino (como en la última cena) no faltarán, porque los super ,ayer, parecían el baile de la conga.

Un elemento despistado se saltó la cola y le pegaron un chillido que le desarmó la oreja. Había que ver al hombre corriendo, cual ratón asustado, a coger su sitio. Había que ver esos carros, reventados a cerveza, papas fritas, pizzas congeladas y pan de lata. Un amigo mío, viéndolas venir, colgó medio cochino en el garaje, y ahí van cortando y comiendo...

Un fulano compró 36 muslos de pollo y ante el asombro de la carnicera, le rebuznó: “señorita, usted no sabe cómo comen los 4 gandules que tengo en casa”. Mi abuela, mujer de combate, cuando se juntaba la tropa a comer, entullaba la mesa de pan, y te lo embutía al grito de “coman con panito, mis hijos”.

Vi a otro tipo con 10 botellas de lejía. Ante mi mirada atónita, me espetó: “¿quiere lejía? Mi mujer sí. Hoy me manda a fregar toda la casa, bonito Jueves Santo”. Al lado, una señora buscaba las golosinas del gato, “mi gato sin golosinas”maullaba la mujer. Me miré y me dije “tú a lo tuyo, Negrín”. Con lo cual, agarré los yogures naturales (sosos donde los haya) y me mandé a mudar.

Jueves Santo, antes de playa, caña y jolgorio. Hoy en casa, de penitencia y meditación con yogures sosos, comiendo panito, limpiando con lejía, engolosinando al gato y adobando muslos de pollo al estilo “gandul”. Cómo oigo cada 10 minutos en tono lamento “no queda de otra, amigo”. Vale, pero que acabe pronto ¿sí? Cosas de Jueves Santo.