Viernes, 05 Diciembre 2025
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Francisco J. CHAVANEL

 

Primer delirio. Murió a los 89 años Manuel Hermoso y nunca en vida encontró tanto cariño en la provincia oriental como cuando la despedida. Es una pena que las condicionamientos humanos no permitan una pequeña resurrección de las almas de apenas un par de horas para contemplar lo grande que fuiste cuando ya no estás. Querido, venerado y respetado en la provincia occidental -normal para quien avisó de que venía la hora de Tenerife- el respeto, la veneración, y la querencia en la oriental le llega en este preciso instante de ausencia absoluta.

Cuánto me lamento de no poder contemplar esa escena en la que Manuel Hermoso se lee las cabeceras de los periódicos de Gran Canaria, aclamándole como “héroe”, “gigante”, “unificador”, “profeta del nacionalismo”, “la primera piedra del nacionalismo canario”, y oír su sonrisa, puede que su carcajada, un último comentario del tipo “ni yo mismo sabía que me salía del molde; con el miedo que yo tenía al principio a salir en la calle en Las Palmas de Gran Canaria”.

Segundo delirio. El Supremo se ha cargado el Plan General de Yaiza por no pintar adecuadamente dos rotondas dentro del citado Plan. En 2022 el TSJC decidió lo mismo. Por dos rotondas mal dibujadas el plan se desvanece… Parece la letra de un corrido mejicano: “Por dos rotondas me perdí”…

Llama la atención que el reclamante sea Honorio García Bravo, alcalde de Yaiza durante casi dos décadas, el cual no dejó de aumentar sus beneficios como empresario mientras desempeñaba la labor municipal. Honorio fue tan dictador y tan acosador que llegó a diagramar una carretera para que pasase por el comedor de la vivienda de un enemigo suyo (Juan Mulet). Sobra decir que no paró hasta “expulsarlo” a Mallorca. Siempre pensó en él por encima de todo, y lo que hace ahora es demostrar que su larga lista de cacicadas aún no ha concluido.

Tercer delirio. Hay un socialista de Lanzarote que le ha enviado una carta a Pedro Sánchez pidiéndole que presente una moción de confianza y que abra una auditoría en el Ministerio de Transportes. La carta parece un cortejo, está llena de líricas palabras que elogian la labor presidencial de Sánchez. Pero al final sale la espada entre las rosas, y la espada va con la verdad por delante, con la valentía de quien ya no se juega nada pues en su partido casi no cuentan con él. Es Manuel Fajardo Palarea, propietario de uno de los bufetes de abogadas más ilustrados de la isla, un tipo que influyó lo suyo en tribunales y fuerzas del orden, mano derecha durante mucho tiempo de la Fundación César Manrique, adalid del intento de demolición de unos 25 hoteles de lujo a principios de este siglo. Un radical con poder real en medios de comunicación y terminaciones nerviosas judiciales. Como para tenerle miedo. Lo que le pide a Sánchez es que tenga un poco de dignidad socialista y tenga un gesto de por favor con los suyos. Carta de indigno a indigno y tiro porque me toca.


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