El Cabildo de Gran Canaria y su “política exterior”

Por Antonio Coll
El periodista y director de “El Espejo Canario”, Francisco Chavanel, fue contundente y crítico por la recepción que el Cabildo de Gran Canaria, a través de su presidente, Antonio Morales (NC) y el consejero Carmelo Ramírez (NC) ofreció a representantes de la organización Frente Polisario. Según el periodista grancanario, no se justifica que una institución como el Cabildo permita estas acciones “diplomáticas” en sus instalaciones, al entenderse que el Cabildo de Gran Canaria no es el Ministerio de Asuntos Exteriores por lo que no le compete mantener relaciones internacionales, y menos a sabiendas del conflicto existente entre el Frente Polisario y el Reino de Marruecos, oficialmente, el administrador del Sáhara Occidental según el Acuerdo Tripartito de Madrid, entre España, Marruecos y Mauritania, celebrado el 14 de noviembre de 1975, que significó una declaración de principios para la entrega de la colonia española a los dos países árabes, firmado por el entonces presidente del Gobierno Español, Carlos Arias Navarro. Esto ocurría cuando el General Franco agonizaba y el jefe del Estado en funciones, el Rey Juan Carlos I, pensó que España no estaba para abrir un conflicto bélico exterior con Marruecos, amparado por Francia y EE.UU y más cuando había mucha incertidumbre sobre el destino del Reino de España. Repito que la cuestión del Sáhara fue muy compleja y la prioridad de algunos gobernantes españoles era implantar una transición política para pasar de un régimen dictatorial a la democracia. Como así sucedió cuando Juan Carlos I nombró a Adolfo Suárez, como presidente del Gobierno. Es cierto que hubo opiniones para todos los gustos, como la que expresa que “la descolonización fue a destiempo y sin generosidad”, pero hay que situarse a la época. El problema de la antigua colonia española es un caso abierto y lo seguirá, después de más de 43 años, pero es una cuestión que ya no es competencia de España y menos del Cabildo de Gran Canaria.
Es cierto que todavía hay muchas cuentas que saldar, entre los sobornos y los sobornados; los intereses económicos de Francia por el fosfato saharaui y los intereses estratégicos de los americanos por el temor que Argelia tuviera una puerta al Atlántico. Pero eso es política internacional y además, el propio Frente Polisario, apoyado por el Régimen argelino, fue cómplice de la marcha de España, al rechazar continuamente la administración española. Incluso años más tarde, el Rey de Marruecos Hassan II, a instancia del presidente canario, Jerónimo Saavedra, estaba dispuesto a implantar una plena autonomía, similar a la canaria, en el Sáhara, pero los dirigentes polisarios, influenciado por el gobierno argelino, que siempre ha mantenido hostilidad con su vecino Marruecos, rechazaron una oferta, que, en cierto modo, hubiese mejorado sensiblemente la vida de los más de 80 mil saharauis que permanecen en la provincia de Tinduf, territorio desértico argelino. Solo un cambio del “status quo” de los dirigentes del FP, podría conquistar una estabilidad para los saharauis de Tinduf, aceptando el ofrecimiento de autonomía del ahora Rey alauita, Mohamed VI. También los conflictos internos en Argelia, con muchas revueltas callejeras en contra del gobierno argelino y su presidente, podría facilitar nuevas negociaciones y propiciar un nuevo escenario para acabar con un conflicto que lleva décadas sin solución, por su extraordinaria complejidad. El mantenimiento de la paz y la seguridad internacional son decisivos para la estabilidad de la zona. Y los políticos grancanarios del Cabildo deberían preocuparse para reconstruir un nuevo escenario para el futuro de los saharauis de Tinduf y no crear hostilidad con nuestro vecino y estado soberano, Reino de Marruecos. En todo caso, corresponde a Naciones Unidas, como marco internacional, tomar las decisiones que crea más oportunas.
Según Chavanel, los representantes del FP, llegaron a insinuar, veladamente, que la seguridad de los vuelos de Binter por el espacio aéreo del Sáhara Occidental, podría ponerse en peligro. Esto sí que es inadmisible que se permitiera desde una institución canaria unas amenazas, totalmente perjudiciales para los intereses de las Islas Canarias, donde el sector turístico es uno de los motores fundamentales de la economía canaria. Sería bueno que los electores grancanarios mirasen con lupa a los candidatos para el Cabildo de Gran Canaria en los próximos comicios del 26 Mayo.
Para terminar, solo deseo que los refugiados en Tinduf puedan vivir con dignidad y bienestar. Pero esa decisión le corresponde a los miles de saharauis que malviven en el desierto de Tinduf y a sus actuales dirigentes.
Canarias y, sobre todo, el grupo de gobierno del Cabildo de Gran Canaria, tiene que alejarse de posturas frívolas y populistas que solo conducen a posibles recrudecimientos belicistas y desestabilizar la zona, con el peligro que ello conllevaría al sector turístico, pilar y motor de la economía actual canaria. Estrechar y consolidar las relaciones y la cooperación entre las islas y el Reino de Marruecos, es muy importante y beneficioso para el archipiélago. Todo lo demás no es competencia de Canarias.