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El cambio

Por Francisco Pomares

Publicado en El Día

 




Insiste machaconamente la izquierda en que los votantes han expresado su clara y contundente voluntad de cambio en estas elecciones. Si eso es cierto, esa voluntad habría sido expresada en los votos recibidos por el PSOE: los socialistas han obtenido 70.000 votos más que en 2015 en las siete circunscripciones insulares, y unos 75.000 votos más en la circunscripción regional. De los otros dos partidos de la izquierda, Nueva Canarias ha perdido 13.000 votos y Podemos 55.000. Supongo que eso también debería expresar alguna voluntad de cambio de algo, aunque yo no he escuchado a nadie preguntarse qué cambio plantea el retroceso de Nueva Canarias o la debacle de los podemitas. Tampoco sé qué clase de cambio piden los 35.000 votos perdidos por el PP, otro partido que pedía cambiar antes de las elecciones y ahora se ofrece para mantener la estabilidad.

 

 

Además, ocurre que el PSOE no es único partido que ha mejorado sus resultados. Lo han hecho los gomeros de Curbelo y Ciudadanos. Y, por citar sólo al principal antagonista y posible socio del PSOE en la etapa que se inaugura -Coalición Canaria- aumentó hasta 28.000 votos en la suma de las siete islas, y 41.000 votos en la circunscripción regional que encabezaba Fernando Clavijo. Parece evidente que los resultados de Coalición son también buenos resultados, sobre todo para quienes votaran a Coalición: más aún si se interpretan en el contexto de gran crispación, alimentada por todos los partidos insistiendo en la extrema urgencia de "acabar con el régimen", y con un presidente del Gobierno al que -con el concurso de esa Fiscalía del Estado que desechó todos los informes exculpatorios elaborados inicialmente por los fiscales, incluso los propios- se ha logrado imputar penalmente.

 

A pesar del enrarecido ambiente de "todos contra Clavijo", Coalición parece haber mantenido el Cabildo de Tenerife (además del de Fuerteventura y gana también el de La Palma), duplica su representación en Gran Canaria, logra mayorías absolutas en varios municipios y crece en Santa Cruz y en La Laguna -¡¡¡en La Laguna!!!-. Y además, manteniéndose en ambos municipios por encima del PSOE?

 

Es probable que una parte de los votos emitidos por los ciudadanos incorporen esa voluntad de cambio y/o liquidación de los 25 años ininterrumpidos en el poder del nacionalismo colicionero a la que se refiere la izquierda. El cambio es una pulsión natural en las personas. Pero las sociedades no actúan como seres vivos, los resultados de las elecciones no representan un mandato colectivo ordenado por una única instancia que sería el pueblo, la nación, los hijos de Canarias o el grupo beduino de seguidores de Los Sabandeños. Eso es una mistificación: el voto es individual, se ejerce de forma individual y secreta, no es jamás un ejercicio colectivo, aunque se realice por millones de personas de forma simultánea. Es el ejercicio íntimo de un derecho, que se manifiesta como consecuencia de intereses, planteamientos ideológicos, filias, fobias, prejuicios, interpretaciones, gustos, preferencias e incluso caprichos.

 

Por eso en Canarias esa supuesta voluntad de cambio incorporada al voto es bastante dispar. Tan dispar al menos como votos individuales se han expresado.

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