Domingo, 14 Diciembre 2025
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Por Antonio Coll


No tengo más opción que de nuevo hablar de servidumbre, de cautividad, de dependencia. El Puerto de Arrecife una vez más se quedó inoperativo por las inclemencias del tiempo que, de forma variada, ha reinado en los últimos días. Diferentes líneas regulares que cubren el trayecto con Gran Canaria, Cádiz y Huelva fueron desviadas a otros puertos canarios. Igualmente, diferentes cruceros y barcos contenedores optaron por seguir rumbo a otras islas. Ya se advirtió, en su momento, que la ampliación del espigón del Muelle de Los Mármoles, en 400 metros, tenía que ir aparejado con la infraestructura del contradique para la operatividad del Puerto, en caso de temporales y levantarse tiempo del sur. Desde hace más de treinta años se viene reivindicando el contradique, de vital importancia para la operatividad del Puerto de Arrecife y acorde a las necesidades del tercer puerto de Canarias. Ya estamos en el siglo XXI y las promesas de construir los abrigos necesarios se eternizan. Yo ya lo califico de “tomadura de pelo”, precisamente, por las políticas partidistas e indignas llevadas a cabo por los que han dirigido la Autoridad Portuaria de Las Palmas, en diferentes etapas. También dirijo la culpa a los dirigentes políticos incapaces de Lanzarote, a excepción de Pedro Sanginés, que décadas tras décadas, asistían a los consejos de administración de la APLP para cobrar suculentos honorarios por su asistencia, pero sin levantar la voz para denunciar las irracionales carencias de infraestructuras portuarias en Arrecife. Denunciar el centralismo prepotente de la APLP y sus actitudes miserables con Lanzarote. Gracias a la intervención directa de José Llorca, presidente de Puertos del Estado se ha podido realizar la última obra de ampliación del muelle de Los Mármoles. Y todo porque el propio José Llorca captó que las legítimas aspiraciones del Puerto de Arrecife las tenía congeladas la APLP, cuyas políticas de gestión siempre tenían como epicentro los intereses del puerto grancanario, excluyendo, repetidamente, de los presupuestos anuales, las prioritarias obras en Lanzarote. La decisión de la Cámara de Comercio y el propio Cabildo Insular de implantar una Autoridad Portuaria de Lanzarote, no es baladí. Es acabar con la agobiante y asfixiante dependencia de un ente mal llamado provincial. Son muchos años aguantando perversas mentiras que solo genera impotencia a toda la isla de Lanzarote. La economía se ve afectada y la imagen que proyectamos hacia el exterior es “tercermundista”. Para mí, el problema es ya “cuestión de Estado”. Un Puerto de la importancia de Arrecife no puede quedarse inoperativo por determinadas inclemencias del tiempo que sucede con alguna frecuencia en la isla. Yo les digo la verdad. Me encuentro cansado y aturdido el tener que hablar, años tras años, del mismo problema. Y soy consciente de que Luis Ibarra (PSOE) y su Autoridad Portuaria del Puerto de La Luz seguirán con sus juegos “malabaristas” e intentarán desviar las inversiones para el contradique. Se lo aseguro que es así. Había que plantearse, hasta que se apruebe la Autoridad de Arrecife, depender directamente de Puertos del Estado en Madrid… Es un contrasentido seguir dependiendo de un ente que no le interesa que el Puerto de Arrecife se fortalezca por intereses de todos conocidos. Y el rancio insularismo político que se está implantando en Gran Canaria es para asustarse y refuerza las alternativas que expongo. Es la única forma de desarmar la “tiranía” que padecemos desde hace más de tres décadas. Se dice pronto…

 


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