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El mantra de Torres

Francisco Pomares

 

De Ángel Víctor Torres podrá sin duda decirse muchas cosas, pero desde luego no que carece de capacidad de autoconvicción. Cada vez que le ponen un micro delante, sea para que opine sobre lo que sea o para preguntarle por cualquier cosa, el presidente contesta siempre con un contundente “Canarias está mucho mejor”.

 

– “Presidente… ¿Qué opina usted de las encuestas que anuncian que después de mayo no podrá reeditarse el ‘pacto de las Flores?”  “Ah, sí, pues que Canarias está mucho mejor…”

 

– “Presidente… ¿Es usted partidario de invertir más recursos en vivienda social?” “Bueno, pues lo que yo creo es que Canarias está mucho mejor”.

 

 – “Presidente… ¿Por qué cesó usted al viceconsejero y a la directora general de Administración Pública?” “No sé por qué me pregunta usted eso… Canarias está mucho mejor”.

 

 – “Presidente… ¿Cuándo van a terminar de liquidarse las ayudas prometidas a los palmeros afectados por el volcán?» “Bien, ya, ya. Y Canarias está mucho mejor. También lo nota usted… ¿verdad?”

 

 – “Oiga, don Ángel Víctor… ¿Cuándo es su cumpleaños?” “¡¡¡A usted se lo voy a decir!!! Pero hágame caso: nosotros no nos conformamos, ¿eh? Pero Canarias está muchísimo mejor que antes”.

 

Y así, suma y sigue: desde que empezó este año electoral, el presidente del Gobierno ha decidido entonar el musical mantra de la mejoría, como si fuera responsable de ventas de una multinacional alimentaria. Y de ahí no hay quien le saque. Pero la cosa es que no nos aclaramos mucho en relación con qué es ése estar mejor del que Torres parece tan absolutamente seguro. ¿Está Canarias mucho mejor que qué y/o que cuando? Eso es lo que debería aclararnos nuestro líder carismático en vez de entretenernos con el mantra esotérico de que todo camina más derechito que antes. Es verdad que en tiempos de tribulaciones siempre es mejor arrimarse al éxito que al fracaso, pero incluso para ejercer el optimismo se requiere cierta moderación. Torres probablemente cree que es mejor la esperanza que la desesperanza, pero se mueve con escasas empatía en el universo de las preocupaciones ciudadanas: sé que Torres no cree en las encuestas, por lo menos no cree en las que le resultan adversas, pero al menos debería creerse en las que paga él mismo con dinero público, para no incurrir en delito de fraude. Y resulta que según el sociobarómetro de Román, el 52 por ciento de los canarios asegura que ha perdido poder adquisitivo recientemente. Canarias es la región con mayor pobreza severa de España. 365.055 personas viven en hogares con ingresos inferiores a 454 euros mensuales por unidad de consumo, y dos de cada cinco persona está en riesgo de pobreza –casi el 38 por ciento de la población-. Canarias supera en diez puntos la tasa nacional de pobreza, un 36 por ciento más. Somos la tercera región con más tasa de pobreza del país, sólo por detrás de Andalucía y Extremadura. La renta media por persona en Canarias es de 10.161 euros, más de 2.100 euros inferior a la renta media nacional y la cuarta más baja de todas las regiones españolas. Y en términos absolutos, en Canarias hay 616.672 personas pobres, 303.265 hombres y 313.409 mujeres. Además, seis de cada diez canarios –casi un millón trescientos mil- no llega a fin de mes, la tasa más alta de España. Y más de uno de cada cuatro isleños se retrasa en el pago de su vivienda, un 3,2 por ciento más que el año pasado. También somos la región la tasa más alta en retrasos en el pago de alquileres.

 

En realidad, el presidente Torres ha sido seducido en estos últimos años por una visión edulcorada de lo que realmente sucede en Canarias. Es algo que suele ocurrir a muchos políticos, sobre todo cuando las cuentas de la administración mejoran, y acaban por creerse que la región y sus ciudadanos son lo mismo que la administración que la gobierna. Porque es verdad que la administración si está muchísimo mejor que antes: casi un diez por ciento de aumento de sus presupuestos, recaudaciones record gracias a la inflación, aumento de la posibilidad de gasto en todas las partidas (y aumento del gasto en las que no implican inversión), y desaparición de las reglas de contención fiscal. Esto es jauja, pero sólo para los que ven el panorama desde el Gobierno, para los que andan instalados en la abundancia, gracias a las ayudas que han venido de fuera, y que la administración no ha tenido que empezar a devolver aún. Son los ciudadanos quienes ya están pagando la deuda sufriendo una inflación que les empobrece más. La situación económica para miles de familias es esa, y es terrible. Canarias no está mucho mejor. Y eso puede verlo cualquiera. Hasta el presidente Torres, si quisiera verlo.    

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