Frases incorporadas
Sara González
Hay una edad en la que según vas cumpliendo años, comienzan a reflejarse frases de tu madre en tu persona. Aunque no he llegado a ese momento, y con la ciega creencia de que eso puede suceder debido a una amplia muestra popular en la que el error no lo conozco, ya sea por la escasa experiencia que he podido observar o por las distintas que he podido escuchar de manera presencial y consciente, como las que no.
‘¿Te crees que nací ayer?’ Pues no. Pero aún es pronto para ver mi reflejo, me gustaría hacer una recopilación con los dichos más habituales de las madres, esos seres humanos incondicionales que en este primer domingo de mes celebran su rol en este mundo. Es por ello que he comenzado a enumerarlas con ayuda de la inteligencia artificial, claro, porque es lo que ahora está de moda. ‘¿Y si todo el mundo se tira de un barranco, tú también?’ Te soy completamente sincera. ¡No!
No negaré que esta es una forma de recordar algunas, pues ya no soy una niña y no son tan habituales escucharlas, aunque … ‘mientras estés en mi casa, se hace lo que yo diga’. Seguro que esto es lo que me diría, acompañado de un … ‘no estés descalza que el suelo está frío y te pones mala’.
¿Quién no sabe que eso lo dicen por nuestro bien? Todo el mundo, está claro, pero como ella te escuche estornudar, te duela la cabeza, la barriga o el dedo gordo del pie, aunque sea meses más tarde, será la excusa perfecta para un: ‘te lo dije’. Justo después de esa frase que en sus increíbles cerebros que recuerdan todo, harán alusión a ese instante de antaño.
Madres también son las abuelas. Mientras que la primera se centra en interpretar el papel de “poli malo”, las segundas son el “poli bueno” o el rol que se encarga de mimar y engreír. Según la edad, los dichos también varían. Cuanto más pequeños, se repiten algunas como: ‘¡qué grande estás ya!’ Seguramente te vio hace apenas unos días y tu estatura no ha aumentado ni un milímetro, pero la escucharás de todos modos.
Una segunda obsesión, relacionada con el crecimiento también, es la comida, siempre es poco. Su visión te verá con hambre, es por ello que es normal escuchar cosas como: ‘come, que estás muy flaco o flaca’ o, ‘¿ya comiste?, ¿seguro?, come más’.
Por todas estas frases, que se convierten en momentos y recuerdos vividos, junto con otras miles que no se recogen en este texto, así como otras más que están aflorando en tu mente, ya sea porque te las han dicho o porque tú las dices. Celebra tu rol como madre, sea cual sea ese día.