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Herreñerías

Francisco Pomares

 

 

Canarias es una región archipielágica constituida por dos islas capitalinas, cuatro islas periféricas, La Graciosa, varios islotes y El Hierro, que no esta muy claro si es una isla o un territorio permanentemente en guerra. El último episodio de esa guerra a veces cruenta y a veces surrealista, se produjo a finales de la pasada semana, cuando el presidente del cabildo, Elpidio Armas, decidió cesar de todos sus cargos en el Cabildo y de forma fulminante a su vicepresidente y principal socio, David Cabrera, por “pérdida de confianza, incumplimientos y deslealtades”. En unas dramáticas declaraciones, realizadas tras firmar el cese de Cabrera, el presidente del cabildo acusó al presidente de Asamblea Herreña de organizar en el Cabildo un gobierno paralelo y actuar como “un presidente B” dedicado a trabajar por “su interés particular”. Para Alpidio, cesar a su vicepresidente “es lo mejor que le puede pasar a los herreños en este momento”.

 

Así están las cosas en la isla del Meridiano: Armas ha ido algo más allá de la brutalidad: apartó del cargo a la persona que le proporcionó los votos necesarios para poder hacerse con la mayoría en el Cabildo, acusándole de mantener comportamientos desleales desde la pasada legislatura, revelando además que la cosa ha ido en aumento. Es posible que se trate de una justificación menos peregrina de lo que parece. Porque es cierto que Cabrera asumió la vicepresidencia con una actitud de absoluta displicencia hacia su presidente. Pero también es una verdad conocida por la mayoría de los herreños de que ese comportamiento ya se dio en la legislatura anterior: Cabrera ya fue cesado hace años como vicepresidente por Alpidio, también alegando deslealtad, pero Alpidio lo volvió a colocar como segundo del Cabildo en este mandato, básicamente porque necesitaba de los tres votos de Asamblea Herreña para desbancar a su hermano.

 

Y esa es la otra parte de esta historia de Capuletos y Montescos, pero sin salir de la misma familia. Javier Armas, hermano del presidente, fue el ganador nominal de las elecciones. Consiguió 21 votos más que él, tras el recuento de las papeletas del exterior. Y el asunto no fue bien procesado por Alpidio: la noche del recuento, había sido el triunfador –también por una diferencia ridícula-, pero existía la impresión de que, a pesar de los viajes a la caza de sufragios de Ángel Víctor Torres a Cuba y Venezuela, el voto herreño del exterior se decantaría finalmente a favor de Javier, que contaba con el apoyo de Coalición Canaria en el exterior. Alpidio no se conformó con su derrota y acabó por cerrar un acuerdo con Cabrera para desbancar a su hermano, vía moción de censura, y ahora lo ha cerrado con los consejeros electos de Asamblea Herreña, para poder prescindir de Cabrera, aunque la decisión le ha dejado en minoría en el Cabildo. Cuenta con apenas seis votos, sumando los de los consejeros de Asamblea Herreña Ana Cecilia González y Emilio Hernández, que ni han acompañado a Cabrera en su cese, ni es –según Alpidio- nada probable que lo hagan.        

 

Cabrera no se ha quedado callado: se ha defendido de las acusaciones de deslealtad, negándolas, ha asegurado que no piensa renunciar a su acta, que no dejará el Cabildo, y que continuará como portavoz de su grupo, ahora de uno solo.

 

Lo que se abre ahora es un recrudecimiento del conflicto de Armas tomar en el seno de la familia Armas. Parece que Alpidio confía en neutralizar a su hermano Javier y convencerle para que renuncie a apoyarse en Cabrera y mantenga estabilidad al Gobierno insular. Su hermano Javier no está precisamente por la labor: ha recordado que esta es la segunda vez que se plantea el mismo problema, y que –para evitar que volviera a ocurrir- tras las elecciones se se ofreció al PSOE y a Asamblea incorporarse al Gobierno con los que habían ganado. No sólo no lo aceptaron, incluso montaron la moción de censura y el reparto de canonjías que ha llevado a esta situación.

 

El período que se abre se presenta incierto y preocupante para la isla, aunque Alpidio está convencido de que contará con el apoyo de que logrará el apoyo de su hermano, o el del PP si su hermano no se decide, como ya ha logrado el de los dos consejeros que se presentaron en la lista de Cabrera.         

 

“Pueblo chico, infierno grande”, dice el refrán. Parece ex profeso para El Hierro, pero hay otro dicho que asegura que “el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”. Muchos herreños creen que -si se trata de mantenerse en el poder-, Alpidio estaría dispuesto a tropezar con lo que haga falta hasta mil veces. 

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