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Incentivar inmuebles protegidos

Antonio Coll

 

Hace décadas que los propietarios de más de 160 inmuebles,  en la ciudad de Arrecife, sufren una especie de “fiebre proteccionista”  a través de criterios arquitectónicos, no siempre contrastados,  de forma rigurosa,  la declaración de “Bienes de Interés Cultural”.  Esa política,  para múltiples arquitectos y expertos en la materia, es desmedida y cuestionada.  Porque mientras dichos inmuebles se van “desangrándose” con el paso del tiempo, no se tomaban medidas para incentivar su rehabilitación,  en condiciones óptimas para sus propietarios. Además, dichos criterios absurdos, contribuían a una imagen nefasta y esperpéntica para la ciudad de Arrecife, capital de una isla, declarada Reserva de la Biosfera, por la UNESCO.

 

Las últimas noticias de cambios de criterios,  por parte de la clase política dirigente insular y municipal, de renovar el Catálogo Arquitectónico y nuevas medidas, en el Área de Patrimonio del Cabildo,  son bien recibidas no solo para primar a los intereses particulares sino para contribuir al interés general en dinamizar el modelo de la ciudad de Arrecife del siglo XXI.  Es plausible que el grupo de gobierno capitalino, quien tiene las competencias para tramitar y aprobar catálogos de protección,  aporten seguridad jurídica a los propietarios. Estas cuestiones están al margen del Plan Supletorio Urbano de Arrecife, pendiente de aprobación y se espera que en la presente legislatura se haga efectivo, a pesar de las reticencias, desde hace años,  para su aprobación definitiva.

 

La política patrimonial y los instrumentos urbanísticos,  seguida por las instituciones públicas, en Lanzarote, ha sido, lamentablemente nefasta y un ataque irracional a los intereses generales de la isla. También, propietarios, promotores y empresas,  han sufrido, directamente, la extrema fiebre proteccionista institucional y el resultado es una alarmante degradación que en el caso de  Arrecife, es una autentica adversidad para su imagen y progreso.  

 

Ir en contra de un desarrollo sostenible e innovador, ha significado un estancamiento parcial  de la economía de la isla y sus consecuencias también ha repercutido en la creación de puestos de trabajo y cierre de múltiples empresas, a pesar de la estabilidad global  del sector turístico y de servicios,  locomotores productivos de la economía de la isla. 

 

Cuando se habla de impulsar el crecimiento y modernización de una ciudad o de la propia isla, no se trata de impulsar políticas de masificación, sino de renovar y rehabilitar  lo existente, en el ámbito de la sostenibilidad medioambiental y arquitectónico. A pesar de los retrocesos, solo es de esperar que los nuevos gobernantes del Cabildo y de su propia capital Arrecife, inicien una nueva era y huyan de políticas opacas y partidistas. No olvidemos que,  en su día,  se perdió una gran oportunidad cuando se aprobó el Master-Plan Puerto-Ciudad de Arrecife  y que fue tumbado por el posterior grupo de gobierno municipal de forma incomprensible. Desde entonces reina la decadencia, cuando dicho plan proponía convertir la ciudad de Arrecife en el mejor espacio natural-urbano de la isla. Fue una oportunidad ambiciosa, diseñada por el arquitecto Junqueras, y ahora padecemos sus consecuencias, sobre todo, en el frente marítimo y charco de San Ginés. Pero esto ya es pasado. Ahora solo se esperan medidas para la prosperidad y florecimiento de la capital.

 

 

En próximas entregas, ya hablaré, de nuevo, sobre el Plan Territorial Insular y el Plan Especial de La Geria, éste último de suma importancia para el sector agrícola-vitivinícola-turístico, porque el instrumento aborda la  regularización de  todas las bodegas existentes. Y con un objetivo primordial: Mantener vivo un paraje natural y exclusivo, realizado con la participación del agricultor lanzaroteño. Digo esto, porque después de largos años, se ha iniciado la vista oral contra Bodegas Stratvs, una de las bodegas más emblemáticas del Reino de España y que gracias a su implantación,  ha dinamizado el Paraje de La Geria y al sector productivo. Gracias a ello, hoy podemos disfrutar de una de las zonas más cuidadas y originales de la isla…

 

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