La música es la excusa

Érica Cerdeña
Me pasó algo muy extraño hace unos días. Estaba navegando en redes sociales cuando apareció el clip de una película de dibujos animados que me detuvo de sopetón en mi scroll. Sabía que había visto esa película, aunque no recordaba el nombre, tampoco de qué iba. Lo que sí recordaba era una sensación. Como que en su momento había generado un gran impacto en mí. Tenía la vaga impresión de que casi no hablaban en aquella peli…
Revisé los comentarios de la publicación en busca del nombre: ‘Fantasía 2000’. Lanzamiento: Diciembre de 1999. Tenía ocho años. Y sí, era la ‘nueva’ versión de su homónima de 1940. Una suerte de ensamblaje entre personajes animados de Disney y música clásica. Por aquellos años estudiaba solfeo en la Escuela de Música, no por obligación, sino por pura admiración. Así que no era de extrañar que cualquier obra artística que incluyera música fuera un imán para mí.
Al día siguiente de este hallazgo, otro hecho mundano captó mi atención hasta lo indecible. Iba en el coche, saliendo de trabajar, escuchando Radio Clásica (RNE), cuando empezó a sonar el Vals n.2 de Shostakovich. Al final de la pieza los locutores recordaron su nombre. No sé por qué, pero también me removió, y se quedó junto a ‘Fantasía 2000’ en ese cajón de la mente en el que guardamos los “ya descubriré por qué”.
Efectivamente, un día después todo cobró forma. Entrevistamos en la radio a Beatriz Álvarez, de Barrios Orquestados, y dijo algo realmente gigante: “La música es la excusa”. Un pretexto para llevar a los barrios algo más que instrumentos de cuerda frotada.
Con su forma de enseñar, desde Barrios Orquestados eliminan barreras técnicas para que la música pueda entrar en los hogares. No sólo de chinijos y jóvenes, que componen la orquesta de su barrio. Los familiares participan también en los coros. Es un proyecto precioso, que en Lanzarote se desarrolla en los barrios arrecifeños de Argana y Altavista (de momento).
Justo cuando estábamos hablando con Beatriz en mi mente todo se conectó y me teletransporté a los 2000. Me vi a mí misma con ocho años y un violín entre las manos, descubriendo el mundo desde una sensibilidad completamente cautivadora. De pronto me sentía importante en el mundo, porque era parte de algo mucho más grande que yo. Aquellos encuentros con los compañeros eran hogar, y la música medicina.
Sí que había una pieza de Shostakovich en ‘Fantasía 2000’, y quien haya escuchado a un compositor lo suficiente, sabrá reconocerlo en otras obras. Te estoy hablando de un universo que se construye gracias a las personas que creen en la magia. Que creen de verdad en que una sociedad comunitaria es mucho más justa y valiosa para el individuo. Te estoy hablando de emplear una de las herramientas más poderosas que existen para construir autoestima, valores, y memoria. ¿Puedes verlo? La música es la excusa.