Domingo, 14 Diciembre 2025
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Por Lorenzo Lemaur Santana


Desde hace algunos años, en el Parque de Los Pinos no hay fuente. No funciona el sistema de bombeo del agua para la pequeña cascada. No funciona la fuente, y las mariposas se han ido marchando.


Lo he intentado con todos los últimos concejales de parques y jardines de Arrecife y no ha habido forma. No hay forma de que sea importante solventar el tinglado que permite que el agua pueda correr y dar vida al corazón del Parque Los Pinos. Esa agua que generó un pequeño hábitat húmedo que provocó un alegre y denso revoloteo de mariposas blancas en el parque ha desaparecido. Con el agua se ha ido, también, en pequeño y frondoso cañizal. Se han ido las abubillas. Se ha ido marchitando la vida.


Esto que ocurre en el Parque Los Pinos, en sí viene a ser una muestra de la realidad general de Arrecife. En Arrecife se está marchitando la vida. No sé si será exagerado decir que en todos los órdenes. En Arrecife no hay fuentes, no corre el agua, apenas tenemos fauna. Apenas sobrevive la preciosa fauna del Charco de San Ginés. Poco más.


También se está difuminando la vida social. Está enferma, quizás de gravedad, la vida comercial. Arrecife no resulta una ciudad amable. Ni para quienes nos visitan, ni para quienes vivimos en ella.


Y todo ello porque – y esto somos muchos los que lo apreciamos y comentamos – nuestro Ayuntamiento está enfermo. La vida política municipal de Arrecife está enferma. Y lo que es más preocupante, no se ve horizonte de salud.


Esto no es algo que aprecie y diga yo, solamente. Con muchas personas con claras ideas sociales y políticas lo he hablado, en múltiples ocasiones, desde hace algunos años y todos acabamos concluyendo que en el horizonte de la política local no vemos cualificación, liderazgo, sentido común o altura de miras para acometer las actuaciones que Arrecife en su conjunto se necesitan para disfrutar de una ciudad sana.


Desde la marina y el centro hasta los barrios más periféricos, desde la economía hasta la convivencia, desde los servicios públicos hasta la cultura y el deporte, desde el urbanismo hasta el medio ambiente, Arrecife está enferma. Está enferma y con la medicina actual esa enfermedad es, por el momento, crónica.


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