Patrimonio no protege, persigue (y II)
Por Antonio Coll
No es la primera vez que cuestiono los procederes del ente insular llamado Patrimonio Histórico que, desde 1994, tiene todas las competencias de carácter administrativo, divulgativo , restauración y rehabilitación, así como la potestad de declarar “Bien de Interés Cultural” valores humanos y culturales, en el plano arquitectónico, monumental, urbano o paisajístico.
Y Patrimonio vuelve a la palestra porque no ha permitido que el municipio de Tinajo, instale el tradicional Portal de Belén viviente, en la plaza de San Roque. Cuestiones legalistas, muy controvertidas, han privado las excelencias de un Portal, ya histórico que el Ayuntamiento de Tinajo construye cada año por Navidad y que es visitado por miles de ciudadanos. El propio regidor de Tinajo, Jesús Machín, no sale de su asombro y elabora una demanda judicial contra Patrimonio, alegando que los argumentos expuestos por el ente patrimonial conllevan mucha subjetividad y no deja de ser una “injusticia”. Porque la política de preservar o proteger, muchas veces, se aplica de forma arbitraria y partidista. Y que no me hablen de cuestiones legalistas, porque en el ámbito que nos ocupa, son muy interpretativas y dispares. Por poner un ejemplo: Los polémicos “Baños de los Dolores”, siguen en pie, tienen el respaldo popular y cumple un servicio de salud pública de primer orden, si bien los impulsores fueron perseguidos y demandados, por cuestiones meramente políticas. Los Centros Turísticos es una realidad ecológica mundial, gracias a la actuación de Manrique. El paraje único de La Geria está realizado con la intervención sabia del agricultor lanzaroteño. Bodegas Stratvs fue la última infraestructura vitivinícola construida con elementos sostenibles, siguiendo las líneas maestras hábitat-naturaleza de Manrique. Desgraciadamente, también, fue perseguida por cuestiones meramente políticas y malévolas.
En Arrecife, múltiples de inmuebles están declarados como “Bien de Interés Cultural” y muchos analistas y vecinos se preguntan si la catalogación de casas y ruinas merecen ser considerados como BIC, cuando una buena parte de ellos no tienen ningún significado relevante para ser protegidos. Lo que observa el viandante son inmuebles en ruinas, refugio de roedores, insectos, bolsas de basuras y “okupas”. Además algunos están en una situación caótica y de desplome. Los barrotes de hormigón de cierre de Puerto Naos, siguen en pie, cuando es un atentado medioambiental visual. ¿Dónde está Patrimonio?
La Laguna, es un ejemplo vivo de cómo se tiene que actuar. En la ciudad tinerfeña, los propios funcionarios de Patrimonio son los que se entrevistan con los propietarios, ofreciéndole toda clase de ayuda técnica para restaurar los inmuebles, incluso tramitando la licencia.
El Área de Patrimonio del Cabildo de Lanzarote se percibe como un ente muy politizado y muy cercano a una asociación cultural que, en los últimos tiempos, lleva una política beligerante, abanderando directrices medioambientales como escudo, para perseguir a un empresario lanzaroteño, porque promociona obras de calidad y sostenibles. Bien por los mandos superiores de la Guardia Civil por poner orden a determinados agentes del SEPRONA. Vigilancia no es perseguir…y menos con actitudes obsesivas.
El mejor modus operandis para el Área de Patrimonio insular sería implantar modelos ágiles y dinámicos a la hora de preservar o proteger los bienes, evitando los tejemanejes burocráticos que lo único que hace es incordiar y fatigar a los propietarios y futuros herederos. No puede seguir persiguiendo y sancionando las buenas ideas y obras. Servir a la sociedad y no incordiarla, me parece más saludable y ecológico. Proteger la “pobreza” no es sinónimo de ofrecer riqueza y bienestar al patrimonio humano.
Estas fechas entrañables de la Navidad son buenas para la reflexión, para un cambio de rumbo. Tenemos derecho a soñar por una isla emblemática, donde predomine la calidad y el buen gusto. Y para ello hace falta talento y buena voluntad.
