Viernes, 05 Diciembre 2025
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Sara González

 

 

 

¿Por qué hay miedo a la investigación en este país? En verdad, lo puedo deducir. Es más fácil manejar a un rebaño con una zona de confort limitada, en el que el nivel de exigencia hacia la voz que guía se acerca a la mínima apreciación. Un grupo que, con cualquier cosa, por ínfima que sea, será lo suficientemente grande para olvidar y perdonar.

Implicación con la investigación también inexplicable desde que hay estudios que demuestran que un país que apuesta por la investigación, el desarrollo y la innovación es un país que ‘obtiene un posicionamiento de poder frente a otros’ y si me apuras de cierto prestigio.

Se produce una contrariedad enorme en el sistema universitario español, mientras gozamos de ser uno de los países con mayor reconocimiento de nuestros estudios universitarios fuera de nuestras fronteras, a la hora de investigar no ocurre lo mismo.

Imagina que si a este efecto positivo ya existente le sumamos una apuesta decidida por la I+D+i (Investigación, Desarrollo e Innovación), unido a la rica cultura, historia y gastronomía del mundo hispano en el continente europeo, tendría como resultado un exquisito cóctel.

Me gustaría aclarar que esa riqueza de la que hablo también se encuentra en cada uno de los países con raíces hispanas y latinas del continente americano. No obstante, no me atrevo a meter ambas partes en el mismo grupo porque ya saben ustedes que la piel últimamente está muy suave y delicada, y no quiero que se interprete que estoy a favor de una conquista o guerra, en absoluto. Aunque sí creo que, si unimos fuerza cultural e histórica, y hacemos una unión política entre los países (sin que deje de existir ninguno) nos iría mejor a nivel interno porque gozaría de esa ayuda hermana y podría hacer mayor fuerza, y ganar visibilidad en el exterior para más aspectos positivos que negativos.

Sin embargo, algo que tenemos en común es precisamente esa falta de interés en prosperar de manos de quien tiene la potestad de cambiarlo, porque pese a que los colores son o han sido distintos, el resultado es el mismo.

Por eso cada vez que escucho que la clase política se mete más y más en materia judicial, o como quieren hacer ahora en las universidades madrileñas, reconozco que el miedo me inunda, como fiel defensora de la universidad pública y de haber podido disfrutar de ellas en Madrid, me alertan los contratos, las condiciones, las ayudas y apuestas por la innovación e investigación, así como personas que no están cualificadas tomen decisiones en el manejo de estos espacios tan valorados en España y fuera, debido al elevado número de personas de otros continentes que deciden cursar toda su formación en este país, y créanme que no son pocos.

 


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