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PSOE-DEMOS

Por Miguel Ángel de León

 

Un poquito tarde y con sol, como dicen los viejos de islita adentro, han venido a darse cuenta personas a las que tengo por bien informadas de un hecho del que aquí mismo veníamos advirtiendo y avisando meses atrás, como el que predicaba en el desierto porque no hay peor ciego que el que no quiere ver lo evidente ni peor sordo que el que no quiere escuchar la voz de la lógica elemental: Podemos en Lanzarote ya está en manos del imputado judicial por varios y graves delitos de corrupción Carlos Espino. El ex secretario general del PSOE de Lanzarote, que nunca mandó tanto en “su” partido como ahora, ha repetido casi milimétricamente la misma operación que ya intentó en los tiempos gloriosos de la hoy casi moribunda Alternativa Ciudadana: primero mete a sus delfines, submarinos o conmilitones en la formación política a parasitar y luego divide y termina venciendo… y colocando a la cabeza de Podemos en Lanzarote a marionetas a las que controla a su capricho y voluntad: una serie de personajes que no tienen voz propia sino que son mero eco, caja de resonancia del infantil pero fratricida discurso sectario y guerracivilista del que iba para héroe de la política local y terminó siendo villano, simple enchufado a dedo en el Gobierno regional (CC-PSOE) para no tener ni horario ni fecha en el calendario (léase, para no sentirse obligado a rendir cuentas laborales porque no hay ningún trabajo que hacer) y cobrar unos 45.000 euros anuales que salen del bolsillo de todos los canarios, muchos de ellos con dificultades para llegar a fin de mes y darles de comer a la familia, como es triste fama.

 

El amoral capaz de cobrar ese dinero por no dar palo al agua, que se permite luego el lujo de impartir lecciones de ética en sus emisoras amigas es, a día de hoy, quien controla todo lo que va a hacer Podemos en nuestra isla de aquí a las elecciones... y después, sobre todo. Pícamelo menudito, cristiano, que lo quiero para la cachimba…

 

a irreverente muchachada de Lanzarote Confidencial/Isla Sin Corrupción, que suele pensar pronto y mal (y acertar casi siempre; está escrito en la Red) ha rebautizado a la criatura espinista y esquinada resultante de ese frangollo político como PSOEDEMOS, porque ni estamos ya ante el PSOE puro de oliva, como diría Chiquito de la Calzada, ni estamos ante el Podemos telegénico, tal es la invasión parasitaria que ha sufrido la formación de Pablo Iglesias de militantes y militontos (sectarios con carnet) del partido fundado por el otro Pablo Iglesias.

 

Barruntábamos el mes pasado en esta misma tribuna que, justo en mitad del carnaval, se le iba a caer del todo la careta a Espino Angulo, una vez que sacó a pasear a su machanguito (dicho sea en la amable y nada difamatoria acepción canaria del término) y logró encaramarlo al momento, pese a ser un recién llegado a Podemos, como secretario general –o nombrete similar- de la criatura, con la ayuda de los medios de “información” a los que el impoluto imputado judicial por corrupción sobrealimentó con dinero ajeno (o sea, nuestro) en su lamentable etapa como consejero de los Centros Turísticos, a los que estuvo a punto de hundir definitivamente el lince. El individuo que llevó al PSOE lanzaroteño a sus peores resultados electorales de la historia ya maneja y manipula una formación que nacía con la sana intención de acabar con la casta y que ahora está en manos de los peor de esa casta: la costra sectaria. Para viaje tan corto no hacían falta tantas alforjas, para mi gusto.

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