Viernes, 05 Diciembre 2025
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Francisco Pomares. Delitos a un ¡clic!

Francisco Pomares

 

En realidad, no se trata de una originalidad procesal: el juez Peinado no pasará probablemente a la Historia de la Justicia Española por la claridad y coherencia de sus procedimientos, pero al final ha decidido seguir la senda que le ha marcado la Audiencia de Madrid y ha transformado una causa que él mismo contribuyó a enrrevesar, para que sea juzgada por nueve ciudadanos. Se ampara para hacerlo en el artículo 1 de la ley orgánica del Tribunal del Jurado, donde se fija una lista cerrada de delitos competencia del jurado, entre los que se incluye la malversación de caudales públicos, siempre que el delito se vincule a autoridades o funcionarios en el ejercicio de su cargo. Begoña Gómez no es una autoridad ni –a pesar de ser un poco catedrática- tampoco se tomó la molestia previa de ser funcionaria, aunque haya recibido un trato de primera dama que constitucionalmente no le corresponde.

 

Pero si el núcleo del procedimiento que plantea Peinado es aclarar si se usaron medios públicos para fines privados a través de la asesora adscrita a Moncloa y del otro alto cargoprocesado, el cauce natural es el que se sigue, y lleva al juicio con jurado. Que Begoña no sea funcionaria no impide que esté rotundamenteconectada con los hechos que se juzgan en esta pieza, y es por eso por lo que viaja procesalmente en compañía de su asesora y el otro compi. Así son las cosas.

 

Un tribunal de nueve españoles (más o menos cabreados con el Gobierno, como casi todos) responderá tras el juicio con un veredicto, formalizado en un cuestionario de hechos, y con esas respuestas, el juez redactará la sentencia que el considere conveniente. Peinado -el mismo juez que pretendió inútilmente que el Supremo investigara al ministro Bolaños– se ciñe ahora al guion que le han marcado sus colegas de mayor y superior conocimiento: eso debería servir para que el caso renuncie a los fogonazos y se centre en buscar lo que en lenguaje leguleyo se denomina tipicidad. El juez se sube sin dudarlo al carro que le proporcionó la Audiencia de Madrid, para seguir investigando la (eventual) malversación cometida al usar recursos públicos vinculados a la fantasmal cátedra de la Complutense y pretende seguir rebuscando en los correos en los que laasesora de la presidenta consorte solicita a una empresa –“de parte de Begoña”– mantener un patrocinio un curso más. Y es eso lo que permite al instructor transformar las diligencias y plantear el procedimiento del jurado. El auto de transformación actúa aquí como un mecanismo que anticipa la voluntad de llevar el caso hasta la apertura de juicio oral, si no se cae nada verdaderamente esencial por el camino. Los siguientes pasos son estándar: escritos de acusación y defensa, audiencia preliminar y decisión sobre apertura o archivo. Los recursos que ya circulan (o los que vengan) no paralizan el procedimiento, aunque la Audiencia resolverá antes de que nadie se siente ante un jurado.

 

​El resto es política, de la más ruidosa. Es falso que el jurado vaya a convertir el caso en un “juicio popular”, que nuestro derecho no admite, pero es cierto que lo eleva a un escaparate donde se ventilan hechos con ciudadanos presentes en el estrado. Lo atípico ahora será ver como la Fiscalía y las defensas –aquí al alimón- intentan cerrar la persiana por falta de base. Si no lo consiguen, y yo apostaría a que les va a costar, el Gobierno se verá penosamente arrastrado a la defensa de Begoña y el hermano, mientras lidia con otros frentes.

 

​Peinado ha sido sin duda un juez bastante errático, aunque al final se haya convencido de seguir el camino que le ha marcado la Audiencia. Al margen de que la investigación hasta ahora practicada haya incurrido en errores y avanzado a trompicones, la situación judicial de la mujer y el hermano del presidente apuntan en dirección a un verdadero infierno judicial. No estarán solos: al jolgorio hay que añadir el caso del fiscal general, las investigaciones sobre Koldo, Cerdán y Ábalos(tres de los cuatro pasajeros del Peugeot) y los cercanos informes de la UCO sobre la implicación de ministros principales en la compra de mascarillas y sobre los bisness de Zapatero en Venezuela. Sánchez lo tiene cada día más complicado, con su Gobierno noqueado por la acción conjunta de Junts y Podemos en el Congreso, y él de paseo por Nueva York. Sánchez ha demostrado ya en muchas ocasiones su extraordinaria capacidad de recuperación y su dominio del escenario y el relato. Su olfato está perfectamente entrenado para detectar por donde va el mundo, y adivinar que es lo que la gente prefiere escuchar. Su habilidad para esconderse tras causas instrumentales y fuegos de artificio es proverbial.

 

​Pero los sondeos aseguran que ya ha perdido tres millones de votos en la izquierda, y la lógica apunta que le va a ser muy difícil reponerse con trampantojos. Su televisión resulta cada día menos creíble y sus medios –algunos más que otros-  comienzan a flojear. Ese es el ambiente en el que el presidente se enfrenta a tener que responder por el enchufe de su hermano ausente, y por los pequeños (y no tan pequeños) abusos de su señora. Y es por eso por lo que arrecian los rumores sobre un posible adelanto electoral, haciendo coincidir las legislativas con las regionales de Andalucía.


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