Una casa de putas

Guillermo Uruñuela
De antemano les pido disculpas por ese encabezado, un tanto soez, pero es que esta expresión me encaja a la perfección para encabezar estas líneas.
No hizo falta mucho para que saltaran las chispas en la sesión plenaria de Arrecife cuando el PSOE puso encima de la mesa una moción en defensa de la libertad sexual de la mujer, o algo similar. De estos puntos que los socialistas son especialistas -no sólo en Lanzarote, sino en todo el territorio nacional- de anotarse con maestría sin luego hacer nada el respecto. Pero esa no es la cuestión. PP y CC, principalmente los populares por mediación de Yonathan, saltaron como Leones ante la demagogia de los socialistas y empezaron relatar las hazañas de Koldo y a sacar la artillería con los prostíbulos de Begoña, los audios denigrantes de Ábalos, las fontaneras…
Y entonces, el ayuntamiento, como tantos otros plenos del resto de municipios de España, incluyendo por supuesto el Senado y el Congreso de los Diputados, se convirtió en un circo. En una “casa de putas” o en una sauna del suegro de Sánchez. O en lo que ustedes quieran.
En la redacción rápido comenzamos a buscar el punto en cuestión del pleno para grabar y capturar el momento, lamentable a todas luces, de unos y otros atacándose con una bajeza y falta de educación que a uno le cuesta encontrar en una tasca de barrio. Y me gustaría incidir en el mensaje de que esta actuación bochornosa es extrapolable a cualquier rincón de nuestra geografía donde se hable de política.
También he llegado a la conclusión de que quizá tengamos el nivel político que nos merecemos. No lo sé. Yo desde fuera veo a enajenados, a radicales por todos lados, a extremistas que venden un mensaje con odio, rencor hacia el otro. No veo a nadie en la política con actitud propositiva. Observo mensajes alarmistas, frases preparadas que buscan su titular. Insultos y faltas de decoro a cada paso que das. Y todo ello amparado, justificado y amplificado por nosotros, los periodistas y los medios de comunicación.
¿Existe solución a esta fragmentación social? ¿Queda gente que se ubique en un punto medio que tienda a la normalidad? Yo creo que sí, pocos, pero los hay. El problema es que todos estos que intentan alejarse de la toxicidad de este burdel mediático normalmente se atrincheran y evitan exponerse. Cosa que entiendo y compro. Por ese motivo, estas personas “normales” no llegarán a la política y escaparán del fango para ver las balas pasar de lejos.
Es que ahora que releo estas líneas, me ha dado cuenta de que pedí disculpas por el título cuando quizá debería comenzado así este artículo: “Pido disculpas a todas aquellas mujeres que se dediquen a la prostitución, especialmente las trabajadoras de la sauna del suegro de Pedro Sánchez por compararles con seres tan ruines, mediocres y deshonrados como los políticos españoles...”.