Viernes, 05 Diciembre 2025
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Antonio Salazar


La competencia es siempre positiva, se mire como se mire. Es cierto que los políticos, a muchos de los cuales se les llena la boca defendiéndola, son menos partidarios de ella porque la entienden siempre como una reducción de su poder. Nótese, por ejemplo, como se resisten a la competencia fiscal incluso en un estado tan descentralizado como el español. Siempre están con artimañas tratando de impedir que se produzcan genuinas rebajas de impuestos en territorios que pueden acreditar que lo hacen de manera consistente. Como no somos políticos, aquí se viene a defender la competencia siempre y en todo momento.

 

Sirva la entradilla para aclarar que no es una crítica a la competencia, tan solo a la falaz y desleal que practica la compañía Iberia. Hace algo más de un año, Binter inició su operativa con Madrid. Hasta ese momento, apenas si le prestaban atención porque volaba a destinos en los que el papel del antiguo monopolio público era testimonial. El momento elegido tampoco fue accidental, se anunciaba una inminente fusión entre Iberia y Air Europa que obligaría a ceder rutas de acuerdo con las políticas de competencia. La unión entre las dos compañías finalmente no se produjo, resolviéndose el desaguisado con la compra de IAG (matriz de Iberia) del 20% del capital de la empresa amiga de Begoña Gómez. Mientras, y desde el mismo momento del inicio de la operativa de Binter con Madrid, Iberia redobló sus esfuerzos en ese pasillo aéreo y abarató tanto los billetes que muchos han conseguido viajar abonando tan solo las tasas aeroportuarias. El milagro que provoca la competencia vuelve a producirse, aumento de la oferta y disminución de los precios. Pero, entonces, ¿cuál es el problema?

 

Binter encontró una recepción impresionante entre los usuarios -es justo decir que más entre los canarios que viajan a la península que entre los peninsulares que viajan a las islas- y se ha impuesto una leyenda que se conoce como “el modo canario de volar”. ¿En qué consiste? Pues en viajar más cómodo, en buenos aviones, con atención espectacular de sus tripulaciones, comida rica incluida en el precio, entretenimiento de primera -Lancelot se puede leer en su plataforma-… Y una cosa con la que pretende paliar la no existencia de vuelos directos desde Lanzarote y otras islas con Madrid, el incluir la conexión con Tenerife o Gran Canaria en el precio. Iberia contraataca con la tarifa confort canario, ¡qué originales!. Pero, ¿es para todos los canarios? No, solo es para los vuelos que van a los destinos donde hay competencia y donde no, que se fastidien. Un clásico en esa compañía a la que sufrimos en sus tiempos de monopolio y que siempre, siempre, nos ha brindado un trato colonial. Como para cambiar ahora, incluso con competencia.

 


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