Tres senderos que no te puedes perder en Lanzarote

Si lo tuyo es caminar, la isla te ofrece espacios únicos
- Lancelot Digital
- Parque Nacional de Timanfaya
Lanzarote, la isla más oriental del archipiélago canario, es un territorio modelado por el fuego y el viento. Bajo su aparente aridez, esconde rutas de una belleza hipnótica que mezclan paisaje volcánico, mar y silencio. Estos tres senderos son imprescindibles para conocer la esencia de la isla.
1. Caldera Blanca: la caminata lunar
Ubicado dentro del Parque Natural de Los Volcanes, el sendero de Caldera Blanca permite adentrarse en un escenario casi irreal. El camino atraviesa campos de lava negra hasta alcanzar el borde del enorme cráter, de más de un kilómetro de diámetro. Desde arriba, el paisaje parece de otro planeta: conos volcánicos, malpaís y el océano al fondo.
Duración: unas 3 horas ida y vuelta.
Consejo: lleva protección solar y agua; no hay sombra ni servicios.
2. Los Gracioseros: del risco al mar
Este antiguo sendero unía el pueblo de Yé con el pequeño puerto donde los habitantes de La Graciosa embarcaban hacia su isla. El camino desciende serpenteante por el Risco de Famara, ofreciendo vistas vertiginosas del archipiélago Chinijo. Al llegar abajo, espera la playa de El Río, un rincón remoto donde el tiempo parece detenido.
Duración: 2-3 horas.
Consejo: mejor hacerlo en descenso, con vehículo de apoyo al final.
3. El Golfo y los Hervideros: el poder del Atlántico
Entre los pueblos de El Golfo y Los Hervideros se abre un tramo costero que combina sendero y acantilados. Las coladas de lava petrificada se mezclan con el azul profundo del océano, que ruge al golpear las cuevas naturales. El paseo termina en el Charco de los Clicos, una laguna verde esmeralda que contrasta con la arena negra.
Duración: 1 hora y media.
Consejo: ideal para el atardecer, cuando la luz resalta los colores minerales.