Fernando Clavijo: "La pelota está en el tejado del Gobierno de España"
Casi un año después asumir el mando del Gobierno, el presiente del Ejecutivo canario repasa todos los temas de actualidad
Tras regresar a la presidencia del Gobierno de Canarias, casi un año después de asumir el mando del Ejecutivo canario, Fernando Clavijo ha concedido una entrevista a 'Tiempo de Canarias' para valorar estos once meses.
En ella ahondará en temas dispares pero uno de los aspectos que más preocupa al presidente nacionalista es conseguir aumentar el nivel de renta del canario que en estos momentos se encuentra en el vagón de cola de España.
Acaba de cumplirse un año de las elecciones autonómicas y su Ejecutivo está a punto de alcanzar once meses de vida. ¿Qué balance general hace de este tiempo de Gobierno?
La verdad es que ha sido intenso, porque comenzamos con un incendio en La Palma, seguimos con otro incendio en Tenerife, nos hemos encontrado con una Canarias con cuatro emergencias, migratoria, hídrica, energética y habitacional. Y nos ha llevado a tener un ritmo muy intenso. Desbloqueando los decretos de reconstrucción de La Palma, haciendo el decreto de vivienda protegida, poniendo en marcha la ley de alquiler vacacional, sacando adelante 300 millones de euros para la generación energética en las islas de Fuerteventura, Gran Canal y Tenerife y, paralelamente, con el día a día, desbloqueando asuntos que estaban atascados y judicializados. Además de tener que atender la avalancha migratoria que vivimos desde el pasado mes de agosto, pero creo que el Gobierno se ha mostrado cohesionado, fuerte, con errores pero con una hoja de ruta clara, de que sabemos lo que queremos hacer y que lo vamos a tirar para adelante.
Y en cuanto a la vida parlamentaria, donde hay un nuevo actor cuyas formas se alejan bastante de las que hasta ahora habían sido habituales en la Cámara canaria, ¿nota diferencias con respecto a la legislatura de su mandato anterior?
Bueno, la verdad es que se fue un extremo, que era Podemos, y vino otro, que es Vox. Yo siempre he mantenido que los extremos son malos, que son igual de perniciosos por un lado que por otro. Creo que los grandes acuerdos se están manteniendo. Hemos puesto en marcha el de migración, que yo creo que ha funcionado bien, y donde todos hemos puesto el interés general de Canarias por encima del interés partidista, y en eso estamos trabajando para conseguir la modificación del artículo 35 de la Ley de Extranjería. Pero sí tengo que decir que cuando miras para Madrid ves esa crispación, ese enfrentamiento, y creo que en Canarias nos mantenemos aislados. Yo lo denominaba el “modo canario” de hacer política. Más conciliador, más conscientes de que podemos diferenciarnos, pero hay que tener respeto a la opinión del adversario. Y creo que eso se mantiene afortunadamente en Canarias así, de lo cual me siento especialmente contento.
Justo iba a preguntarle por ese “modo canario” del que habló ya en su discurso de investidura y del que la oposición en algún momento ha querido hacer chanza con el término. ¿Cree que la que la ciudadanía agradece ese sosiego?
Yo creo que sí. La gente quiere que hablemos de sus problemas, que nos pongamos de acuerdo para resolverlos. La gente no entiende de competencias, no sabe si es el Ayuntamiento, el Cabildo, el Gobierno, el Estado… La gente tiene un problema y quiere que se le resuelva y además tiene derecho a ello en la mayoría de los casos, por lo tanto yo creo que es un valor del que tienen que aprender en Madrid. Los canarios tenemos que aprender muchas cosas de gente de fuera, pero nosotros somos muy buenos y tenemos que estar muy orgullosos de lo que somos. El exceso de orgullo es malo, pero la carencia de él también, porque al final no tienes autoestima. Creo que en Canarias históricamente hemos hecho la política de otra manera. Hemos buscado más los acuerdos, los entendimientos. Podemos tener enfrentamientos dialécticos duros, pero después somos capaces de alcanzar acuerdos cuando es necesario para Canarias y eso es algo que ahora, en mi opinión, la ciudadanía se lo merece y creo que lo agradece.
Hablando de acuerdos, es casi obligatorio que el primer tema del que hablemos en profundidad sea la crisis migratoria, que ya mencionaba usted antes. Llevamos varias semanas escuchando que el acuerdo para que la derivación de menores al resto del territorio nacional sea obligatoria es inminente, pero esa norma no termina de materializarse…
Sí, la verdad es que yo estoy igual de desesperado que la ciudadanía, porque creemos que lo que estamos pidiendo es justo, es razonable. El problema es que son muchos los ministerios que intervienen, porque es Extranjería, Interior, Política Territorial, Inclusión, Infancia, Justicia… Cuando intervienen tantos, para acabar de cerrar un acuerdo o viene alguien que dice se cierra y punto o es difícil. Pero tiene que ser inminente y tiene que ser por decreto ley. Porque viene el verano, la expectativa es que va a llegar mucha inmigración y no tenemos capacidad de albergar ningún menor más.
¿Confía en que esté en vigor antes de ese aumento de llegadas del que alerta el propio Ministerio del Interior?
Nosotros hemos hecho nuestro trabajo. Y yo creo que ya nosotros hemos terminado, hemos dado la última versión, hemos sido conscientes de toda las sensibilidades. La pelota está en el tejado del Gobierno de España y si no, pues tendremos un grave conflicto institucional.
Confiando en que se cierre finalmente y si es por decreto ley…
Tiene que ser por decreto ley, porque es que el verano viene ahora y un proyecto de ley puede tardar tres, cuatro o seis meses o no salir nunca y el problema lo tenemos ya. Ya tenemos 5.600 menores. Si de los 70.000 que dice el Ministerio de Interior que vienen, el 15 %, que es la media que tenemos, son menores, estamos hablando de 11.000 menores más. 17.000 menores. Eso es absolutamente imposible. Eso es una crisis, pero una crisis donde los derechos de esos niños y niñas estarían severamente comprometidos. Entonces, no puede haber otra posibilidad.
Más allá de los menores y con esa previsión de 70.000 migrantes que puedan llegar, el problema que va a seguir en aumento. ¿Qué acciones considera que deberían acometer tanto el Estado como la Unión Europea en esta materia?
Yo echo de menos las políticas de desarrollo. El problema de la migración de África se resuelve en África. Si con las guerras, la inestabilidad política, la sequía lo que te espera es la muerte, la gente se mete en un cayuco y se pega seis, siete u ocho días a un destino al que desgraciadamente vemos como en muchas ocasiones no llegan y nos encontramos los cadáveres. Hay una ausencia de compromiso por parte de la Unión Europea en el desarrollo de políticas de cooperación en África. Y en el caso de España, pues tres cuartos de lo mismo. No podemos pensar que levantando muros este problema se va a resolver y ese es el peligro en el que yo veo que puede caer Europa después de las elecciones, en negar la realidad. Porque la gente va a seguir viniendo, y ahora mismo Canarias no puede convertirse en esa cárcel. O el Atlántico en ese cementerio.
¿Cómo cree que afectará el Pacto Europeo de Migraciones y Asilo a esta cuestión? Porque al final parece que se apuesta por dificultar aún más las llegadas.
Por eso digo que no está acertada la Unión Europea y, lo que es peor, al final se ponen incluso a hablar de que el que no quiere inmigrantes que pague 20.000 euros por inmigrante, con lo cual volvemos a países ricos y países pobres que, por ser frontera sur de Europa, nos tenemos que quedar con todos los problemas. Yo creo que ese pacto no fue afortunado para nada. Ya dijimos nosotros que no nos convencía y a mí, sinceramente, aquellos que se autoproclaman progresistas de izquierda y que sean capaces de firmar, de apoyar un pacto en el que los países ricos pagando se libran del problema, no me parece que hayan acertado.
Volviendo un poco a la situación nacional, en un año hemos afrontado cinco o seis procesos electorales: Generales, Galicia, Euskadi, Cataluña, las Europeas en nada…
Y ya veremos si en Cataluña no se repiten…
Eso se ha traducido al final en una parálisis en la política nacional. ¿Cómo está afectando a la agenda canaria? Porque no tenemos presupuestos de 2024 y tampoco se les espera.
No, no, ya han renunciado. Hemos estado, prácticamente, un año perdido, donde hemos estado inmersos en campaña tras campaña. Cada campaña era un plebiscito, con cada campaña parecía que se iba a acabar el mundo y la realidad es que no tenemos presupuesto y no tenemos respuesta para problemas como el migratorio, del que estamos hablando, el energético o las transferencias de los presupuestos del 2023 prorrogados que se tienen que llevar a cabo. Este exceso de elecciones al final, en mi opinión, lo que está generando es una clara desafección del ciudadano con la política. Deja de vernos como una solución y nos ve más como parte del problema. Y eso es un peligro para la democracia. Porque al final si confundimos el Poder Ejecutivo con el Legislativo y con el Judicial, cosa que está ocurriendo, si al final todo es cortoplacista, no se planifica, y si al final hay una imposibilidad de que los grandes partidos alcancen acuerdos, malo…
En Canarias, en los últimos meses hemos asistido a un movimiento, no sé si llamarlo turismofóbico, pero sí que transmite cierto malestar de la ciudadanía con el principal motor de la economía del Archipiélago.
El malestar tiene mucho que ver con la pérdida de renta de las familias y de calidad de vida. Te ha subido la cesta de la compra, te ha subido la hipoteca o te ha subido el alquiler, te ha subido el combustible que le pones al coche o a la moto… La gente ha visto que sigue trabajando igual o más, pero cada día es más pobre. Y esto ha generado un malestar. Más allá de cosas, digamos singulares o anecdóticas respecto a la turismofobia, yo creo que la gente lo que está pidiendo es una mejor distribución de la riqueza. La gente está diciendo, “el turismo que deje el dinero aquí, ¿no?”. Y es razonable. La gente está diciendo “oye yo trabajo, me esfuerzo, yo he estudiado, me he formado, tengo un trabajo, un trabajo estable, pero no llego a final de mes”. Gente joven como tú, “pues quiero irme con mi novia o con mi novio, o quiero quiero plantearnos ser padre”. Y cómo voy a plantearme ser padre, si llego al final de mes a duras penas para mantenernos a nosotros mismos. Eso generó bastante malestar, también por la incapacidad de las Administraciones para dar respuesta a determinadas situaciones, y nos han dado un toque atención a todos. Ahora lo que tenemos es que ponernos las pilas.
Pero hay quien dice que el Gobierno no ha tomado nota de esas manifestaciones del 20 de abril.
Bueno, yo creo que el Decreto Ley de Vivienda va orientado a resolver el problema de vivienda; el anteproyecto de ley de alquiler vacacional va a resolver el tema de vivienda, pero va también a regular una actividad que está dejando riqueza en Canarias. En las islas verdes –La Gomera, El Hierro y La Palma– hemos puesto la ayuda para bajar el precio del combustible en esas islas, que es más claro que la media de la provincia. Hemos sacado los tres decretos de la La Palma, que tenían a la gente bastante preocupada, pero es que además hemos sacado adelante unos presupuestos casi a ciegas, de manera prudente, pero es que hemos subido el dinero en Sanidad y está bajando la lista de espera. Es que estamos modificando el decreto de dependencia para que los plazos se acorten, porque haciendo lo mismo vamos a tener los mismos resultados, y en materia turística, solo recordar que en enero, antes de que este movimiento surgiese, ya le advertí al sector que tenía que subir el sueldo de los trabajadores. El Gobierno tenía perfectamente detectado cuál es el problema, porque las cosas las podemos resolver, pero nosotros no podemos marcar la política de tipo de interés del Banco Central Europeo, ni tampoco tenemos capacidad desde Canarias para bajar la inflación.
En materia de vivienda, que es uno de los principales detonantes tanto por el coste de acceder en propiedad como el del alquiler, parece que son necesarias soluciones más a corto plazo.
A corto plazo, el principal problema, que nosotros votamos en contra, es la Ley de Vivienda. Si tú rompes el equilibrio entre el propietario y el inquilino, lo que ha ocurrido en toda España y en Canarias es que la gente ha dejado de poner la vivienda en alquiler, porque tiene miedo a que entren y que no te paguen y que no los puedas desahuciar, o que te dejen el piso echo polvo. Y la gente ha los ha retirado del mercado. La consecuencia de la Ley de Vivienda es la subida del precio de alquiler. ¿Cómo lo podemos resolver a corto plazo? Yo solo puedo resolver el alquiler sostenible y protegido. En esos dos, puedo intervenir porque puedo destinar dinero público para que las familias, las personas, los jóvenes con determinados ingresos pueden acceder al alquiler o incluso a la compra de una vivienda. El que gana 6.000 euros al mes y quiere pagar 2.000 está fuera de mi órbita y a ese no voy a poner dinero.
Sin embargo, en la legislatura pasada se creó una bolsa de vivienda y no se sumó nadie…
Sólo uno. Porque no le dieron garantías. Tienes que darle la garantía de que va a tener el piso en perfecto estado y de que va a cobrar y encargarte tú de cobrar el alquiler.
¿Cree que con la iniciativa que acaba de presentar su Gobierno se sumarán más personas a esa bolsa?
Estamos convencidos de que se van a sumar más personas y, sobre todo, creo que hemos dado con la clave para que el sector privado construya vivienda protegida, porque solo con dinero público no lo vamos a poder resolver.
Por el volumen de viviendas que se necesita…
Claro, piensa que el Gobierno anterior aprobó un Plan de Vivienda de 4.000 en cuatro años y los demandantes son 25.000. Cuando acabe, has dado 4.000, pero tienes 30.000 demandantes. La brecha se sigue ampliando. Necesitamos que los empresarios puedan materializar la RIC y construir vivienda protegida y que se las puedan dar a Visocan o a las empresas públicas municipales para que las pongan en alquiler.
Varios municipios han anunciado su intención de acogerse a la declaración de zonas tensionadas, una figura a la que su Ejecutivo parece poco proclive.
Pretenden pero no lo han hecho. Una cosa es pretender y lanzar el titular y otra cosa es hacer el análisis y el estudio. A día de hoy, que yo sepa, ningún municipio lo ha aprobado todavía porque tienes que aprobar un documento que te lo evidencia. Nosotros sí que hemos hecho. Hemos detectado de la emergencia habitacional en Canarias, hemos hecho un decreto para hacer vivienda protegida. Eso es una medida rápida y ejecutiva. Evidentemente, la vivienda no las construyes de hoy para mañana. Y estamos trabajando con los ayuntamientos para que den las licencias de obra, porque lo siguiente es eso.
De hecho, los constructores siguen denunciando un exceso de burocracia.
Nosotros hemos hecho todo lo que hemos podido. Ahora retiraron en Madrid la Ley de Vivienda, porque como está todo paralizado por las elecciones… Pero la única solución es que pasados seis meses sin que te den la licencia el silencio sea positivo.
Ha mencionado el anteproyecto de ley de vivienda vacacional, que ha generado un enorme revuelo, con la patronal acusando a su gobierno de querer prohibir la actividad y beneficiar a los grandes hoteleros.
No, en absoluto. Lo que queremos es regular. Ese es un producto que el turista demanda, sobre todo después de la pandemia. A través de las plataformas te ahorras intermediarios, por lo cual es más económico y además hay gente a la que ya no le apetece estar metida en un hotel. Canarias tiene que tener alquiler vacacional. Pero tenemos que conseguir que sea compatible con que los canarios tengan una vivienda de alquiler o en propiedad y que sea compatible con un destino de alto nivel como el que queremos. No queremos que te metas en una plataforma, no voy a nombrar ninguna, y que de repente te estén alquilando una azotea para poner casetas de campaña o que esté anunciada una vivienda de protección oficial en alquiler vacacional. Entonces, ¿qué queremos? Regularlo. ¿Mejorable? Sin lugar a dudas. ¿Perfeccionable? Sn lugar a dudas. Estamos contestando a las 3.000 alegaciones. Ahora tenemos la exposición pública y después tendremos el trámite parlamentario. Queremos que estas cuestiones sean con el mayor consenso posible, pero tenemos que regular una actividad económica que a día de hoy representa ya casi la mitad de las camas turísticas de Archipiélago.
Para cerrar este capítulo del turismo nos quedaría otra de las reivindicaciones del 20 de abril, la implantación de la tasa turística. Otra figura a la que tradicionalmente se ha opuesto su formación, si bien es cierto que ahora parecen más abiertos a debatirla.
No la tasa turística. Yo vuelvo a repetir que nosotros vamos a estudiar todo lo que quieran proponer. Nosotros tenemos un instrumento fiscal que recauda, que además recauda de manera justa porque de todo lo recaudado, el 35 % va para los Cabildos, el 42 para la Comunidad Autónoma y el 23 para los Ayuntamientos, que se llama IGIC. Si nosotros queremos recaudar más, sólo tenemos que subir el IGIC por las pernoctaciones. Con eso recaudaríamos más y no habría problema. Yo creo que la figura de las tasas turísticas tiene que ver más con los ayuntamientos y los servicios que prestan o con los cabildos, como el de Lanzarote que lo lleva tiempo haciendo, o el de Tenerife, que se plantea cobrar una tasa para entrar en el Parque Nacional del Teide. Esas son figuras que se tienen que ver. Tasas que estén vinculadas a la mejora en la conservación de determinados espacios, lo respeto. Nosotros, como Gobierno entendemos que tenemos que ver todas las opciones y no nos cerramos. No llevábamos en el programa electoral una subida, pero también es cierto que vamos a ver cuáles son las conclusiones.
¿Y propuestas, que yo creo que se refería indirectamente a ella, como las de la alcaldesa de Mogán de cobrar precisamente por ese sobrecoste en la prestación de servicios, cómo las valora?
Si ella lo tiene estudiado jurídicamente, en el ámbito de la competencia de ayuntamientos, lo que ellos quieran. Es como quien decide cobrar por las hamacas en la playa.
Hablamos de que Canarias afronta varias emergencias. Una de ellas es la crisis hídrica, que además ha entrado en este debate por el consumo de los recursos que hacen los turistas. Su Gobierno pide al Estado un nuevo convenio de obras en esta materia, que cifran en 900 millones, pero el Ejecutivo central se niega siquiera a negociarlo…
Entendemos que el Gobierno de España tiene que poner dinero porque en Canarias no hay ríos, no hay embalses, no hay trasvases, no hay infraestructuras hidráulicas en las que sí interviene el Estado en la Península. Nosotros sosteníamos que ese convenio tenía que estar de tal forma que de todo ese dinero que el Gobierno de España da para aguas pudiésemos coger una parte. Eso nos permitiría tener un convenio a nueve años como el de carreteras, con la financiación de una serie de obras. Requerimos un acuerdo de todas las instituciones, porque hay que reconocer y hay que hacer autocrítica, que hay una parte de las infraestructuras que no la hemos hecho las administraciones canarias. En Lanzarote y en Fuerteventura, con una emergencia hídrica no puedes tener la red de transporte destrozada, perdiendo la mitad del agua que produces. Porque en Lanzarote todo se produce por desalación y cuesta una pasta la electricidad. Por lo tanto hay medidas que se tienen que hacer por parte de los ayuntamientos, que tienen que hacerlas a corto plazo; por parte de los cabildos, otras más a medio; y otras tendrán que ser a largo, porque planificar una depuradora o una desaladora te va a llevar tres o cuatro años.
Donde sí parece que el Estado se ha comprometido a aportar la financiación es en el concurso para instalar potencia adicional que evite nuevos ceros energéticos como el ocurrido el pasado año en La Gomera. Pero parece que su tramitación no avanza tan rápido como se desearía…
Es complejo. No avanza tan rápido, es un parche porque realmente para poder complementar la producción en Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife lo que resolvería sería el gran concurso, porque los sistemas de generación de energía, los motores, están obsoletos. Son altamente contaminantes, muy ineficientes. Pero la ventaja de la agenda canaria, porque eso estaba en la agenda canaria, es que por primera vez en la historia se saque un curso específico, y eso es un precedente que vamos a poder transitar, porque el concurso general del Ministerio nos hablaban de cuatro o cinco años, pero la realidad es que no creemos que tarde menos de siete años en resolverse.
Pero es un tipo de concurso que está previsto en la ley desde 2013…
Sí, sí. Y, ahora, que la ministra se vaya de candidata a las elecciones europeas y que quien venga tenga que empezar de cero tampoco es es muy muy esperanzador. Pero ese concurso hay que resolverlo, entre otras cosas porque no podemos estar con una política de objetivos de desarrollo sostenible y produciendo prácticamente el 100 % de la energía que se produce en Canarias quemando fuel.
También se mantienen las discrepancias en el traspaso de las competencias en Costas. Una transferencia que su antecesor en el cargo defendía que tenía que ser total y hoy como ministro, además de Política Territorial, parece que ya no lo ve tan necesario.
Eso es lo que decimos nosotros de quienes cuando están aquí dicen una cosa y cuando se van a Madrid dicen otra. Eso se llama obediencia al partido. Y en este caso, efectivamente, el anterior presidente y hoy ministro, Ángel Víctor Torres, tenía clarísimo que la competencia era de la Comunidad Autónoma y que si se tenía que acudir al Constitucional, habría que ir, y ahora resulta que ya no lo tiene tan claro, que tiene claro lo contrario. El hecho de ser nacionalista nos da esa ventaja. Podemos decir lo mismo aquí y allí porque nuestra ventaja es al pueblo canario, no a ningún partido que tenga sede de Madrid.
¿Y confía en que el Tribunal Constitucional acabe dándole la razón a su Gobierno?
Nosotros esperamos que sí. De hecho, la sentencia del Constitucional con la ley de costas de Galicia nos abre un halo de esperanza en que nuestros argumentos van a ser así entendidos. Lo vamos a pelear porque, vuelvo a decir, los canarios somos adultos y somos perfectamente conscientes de cómo gestionar nuestro litoral y solo tenemos que ver cómo está el litoral para ver lo que ha hecho el Estado en Canarias.
En Canarias tenemos un reto demográfico que quizás es diferente al de la Península, con islas que pierden población y municipios en Tenerife y Gran Canaria en los que la población se trasvasa hacia las capitales o las zonas turísticas. Tras la Conferencia de Presidentes ya se ha empezado a trabajar en esta materia, pero ¿cuál cree que debe ser el camino a seguir?
Ese es el gran reto que tenemos porque fruto de la población se derivan complejidades como los servicios, desde la seguridad, la sanidad, el agua, la demanda de energía… Canarias, en los últimos 24 años ha crecido en 577.000 habitantes. No hay forma de que las administraciones podamos llevar el ritmo de infraestructura que demanda esa población. Ahí tenemos que empezar a ver de qué forma podemos limitar nuestro crecimiento y adecuarlo a nuestras necesidades. Y luego, paralelamente, como tú bien has dicho, tenemos tres realidades distintas. Están las islas verdes, que son las menos pobladas del Archipiélago y que incluso algunas de ellas, como La Palma, fruto del volcán, están perdiendo población, y su reto demográfico es no perder población. Y el resto de las islas, cuyo reto demográfico es que no venga tanta población.
Eso hay que compaginarlo y ese es el espíritu con el que hemos hecho la Conferencia de Presidentes, para poder ver qué tipo de estrategia y de política podemos llevar a cabo para para regularlo. Fácil no es, porque si no ya hubiese estado hecho. Estamos dentro de la Unión Europea. Los los tres principios de la Unión Europea son libre circulación de empresas, capitales y personas. Y en ese marco tenemos que sentarnos a negociar en Europa algunas medidas desde el punto de vista fiscal, o que sean limitativas, para que al amparo de nuestra condición de región ultraperiférica podamos tener leyes específicas, que a lo mejor no puedes tenerlas en Madrid o en Barcelona.
¿Cabría ahí esa propuesta que ha surgido ahora el calor de la campaña europea de limitar de alguna forma la compra de viviendas a ciudadanos europeos no residentes?
Yo creo que fiscalmente o con unas condiciones de uso limitativas hay que desincentivar que vengan. No podemos tener más del 33 % de la vivienda en Canarias en manos de extranjeros con la falta de vivienda que tienen los canarios. Y, por otro lado, tenemos que tener medidas económicas que nos permitan en los municipios de menos de diez mil habitantes fijar la población en zonas rurales, porque se habla de la España vaciada, pero nosotros tenemos la isla vaciada y tenemos las medianías vaciadas. Porque como tú bien decías, se te van a la gran ciudad o a los núcleos turísticos.
Sanidad, Dependencia, exclusión social… Canarias lleva anclada décadas en los vagones de cola de estos indicadores, y por más inversión que haya, por más aumentos presupuestarios que haya en estas materias, no se termina de salir de ahí.
Bueno, yo creo que en seis meses hemos conseguido darle la vuelta un poco a la tendencia de las listas de espera y los tiempos medios tiempos de espera quirúrgicos, con una tendencia francamente positiva. Pero tenemos ahí varios handicaps. Las bolsas de pobreza tienen mucho que ver con los salarios bajos, con el desempleo y también con la economía sumergida, que también la tenemos, y la falta de productividad. Si queremos romper ese círculo vicioso necesitamos hacer cosas distintas. Y eso es lo que estamos modestamente intentando hacer. Hay que romper la baraja con propuestas como la que hemos hecho de bonificación de la Seguridad Social a los autónomos, que aquellos empresarios que paguen por encima del salario de convenio sean bonificados…
Esa propuesta no lo ha vuelto muy popular entre los sindicatos últimamente…
Pero claro, yo lo que digo es ¿cuál es la alternativa, cómo conseguimos subir el sueldo? Si tu jefe te dice “te quiero subir 200 euros al mes el sueldo, pero tengo que pagar 300, porque 100 es la Seguridad Social”… En tanto Canarias no mejore los indicadores, que tus derechos sociales por supuesto se mantengan como si cobrases acorde con tu salario, pero libera al empresario de tener que pagar un impuesto más por eso, que ya bastante paga. Son cuestiones que tenemos que ir poco a poco entre todos acordando, porque al final hay una relación directa entre salario medio y PIB per cápita y pobreza. O los canarios subimos el nivel de renta o seguiremos estando el vagón de cola. ¿Cómo lo subimos?, pues tenemos que subirlo con un equilibrio entre el empresario y la Administración Pública porque, entre otras cosas, va a ser para el futuro, para las cotizaciones, para para las jubilaciones. Y es que va a ser necesario porque si no, a esa gente las vas a tener toda su vida en la bolsa de pobreza.
¿Y cómo hacer este cambio, este hacer cosas diferentes para que el resultado sea diferente, por ejemplo en Sanidad? Porque está claro que, con los incrementos de presupuestos que ha habido en los últimos años, no se trata tanto de una infrafinanciación como de un problema estructural, más allá de que hemos pasado una pandemia.
Que ha agotado al sistema y te ha dejado unas bolsas de congestión. Antes la gente estaba con miedo, porque no quería contagiarse, porque te contagiabas y te morías, y no iba al médico. Ahora ya eso pasó y ahora la gente vuelve otra vez. Y eso te genera un tapón en ese año que ahora tienes que ir poco a poco eliminándolo, que es lo que estamos haciendo. Ahí tienes más personal y tienes mejores aparatos. Si tú tienes un escáner que en vez de seis pruebas a la hora, te hace diez, pues mejoras la productividad. Y ese es el trabajo en el que estamos intentando. Siempre hay especialidades donde tenemos problemas. No hay traumatólogos, no hay pediatras, hay especialidades donde siempre la lista de espera va a ser un poquito más sangrante, pero no por falta de organización, sino por falta de profesionales.
También han sido muy polémicos en las últimas semanas los resultados del concurso para la estabilización de los docentes interinos, con formaciones como el PSOE acusando a su Ejecutivo de crear alarma entre el profesorado. ¿Cómo ve esta situación y cómo cree que podrá resolverse?
Nosotros vamos a tratar de dilatar una solución lo más posible. Vamos a ver qué pasa en junio con la sentencia del Tribunal Europeo, si arroja luz y nos resuelve el problema, y vamos a tratar de negociar con Madrid. Esta semana lo hablamos en el Consejo de Gobierno y el consejero le va a pedir a la ministra una reunión para solicitar un nuevo concurso con mayor consenso. ¿Qué es lo que ocurrió? Pues ocurrió lo que se les advirtió que iba a ocurrir. Es que al final, si no lo compatibilizas al mismo tiempo, los que se quedan fuera de otros procedimientos en la Península acaban viniendo a Canarias y en lo que están pensando es en volverse a ir. O sea, que además consigues el efecto indeseado de que no lo vas a cubrir con gente que quiera venir aquí a quedarse, sino que a la primera de cambio se va a marchar y te va a obligar a tirar de lista de reserva. El trabajo es doble. Por un lado intentar que se queden y que el desastre sea el menor posible, y por otro lado negociar con el Estado un nuevo decreto si la sentencia europea no resuelve el asunto.
En casi un año de mandato, llama la atención que apenas han trascendido discrepancias entre su formación y el Partido Popular. Contrasta con lo vivido en su anterior etapa al frente del Ejecutivo, que prácticamente fue una crisis constante desde que firmó el pacto con el Partido Socialista hasta que lo rompió, apenas un año y medio después de formar ese gobierno.
Bueno aquello fue el Fondo de Desarrollo de Canarias, lo que generó el quiebro. Aparte de que el vicepresidente y yo tenemos una amistad desde hace muchos años, y yo creo que eso ayuda y suaviza, creo que hay un Gobierno fuerte y que los integrantes no solo tienen madurez, sino que ya tienen una experiencia en acciones de gobierno y en gestión que yo creo que avalan que el Gobierno funcione como con una piña y unido. Eso es bueno para Canarias. Al final, tener broncas internas, esas salidas de tono, desconciertan al ciudadano. Hablamos mucho, debatimos mucho, tomamos las decisiones de manera colegiada y colectivamente y las defendemos todos a una. Y, sobre todo, el haber tenido un programa de gobierno muy claro ayuda.
Estamos en la semana del Día de Canarias, celebrando la canariedad. Este año además con iniciativas novedosas como la Semana de los deportes autóctonos. ¿Tenemos los canarios, dentro de todas estas crisis, motivos para celebrar?
Sí. El lema es celebremos lo que somos y nosotros somos un archipiélago, en el Océano Atlántico. Somos Europa, pero somos Canarias, somos islas, somos nación y debemos estar muy muy orgullosos. Estamos acostumbrados a ver el vaso medio vacío y a estar criticando todo lo que sale mal, todo lo que se ve mal y nos olvidamos de lo bueno y hacemos muchas cosas buenas. Tenemos cantantes, tenemos escritoras, tenemos artistas, tenemos deportistas, tenemos investigadores, tenemos empresarios… Tenemos gente muy potente, muy muy potente, en Canarias y eso es lo que tenemos que celebrar. Olvidémosnos de lo negativo. Ya sabemos que hay cosas mal, sin lugar a dudas, pero si estamos siempre empozoñados en somos los peores, somos los peores, yo siempre digo que es la profecía autocumplida. Acabas siendo el peor. Pero tenemos mogollón de talento y gente joven con muchísimas ganas, que están haciendo las cosas súper bien. Vamos a ponernos en valor y vamos a seguir su ejemplo y vamos, también la clase política, a trabajar juntos para resolver los problemas.