Domingo, 14 Diciembre 2025
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Niegan que la Onu haya apostado por la autonomía en lugar del referéndum de autodeterminación

Niegan que la Onu haya apostado por la autonomía en lugar del referéndum de autodeterminación

  • Lancelot Digital

 

La resolución 2797 (2025) aprobada esta semana por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha reavivado el debate sobre el futuro del Sáhara Occidental y su impacto en Canarias. Pese a las afirmaciones del rey Mohamed VI y a los titulares de buena parte de la prensa marroquí y española, el texto no avala la autonomía propuesta por Rabat, sino que renueva el mandato de la MINURSO, la misión encargada de organizar el referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui.

El documento “reafirma el compromiso de las Naciones Unidas con una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable”, de acuerdo con la Carta de la ONU, que incluye el derecho a la autodeterminación. En ningún punto se reconoce la soberanía marroquí ni se elimina la posibilidad del referéndum.

Fuentes diplomáticas confirman que se trata de una renovación técnica, con un lenguaje prácticamente idéntico al de los últimos años. Sin embargo, esta vez el texto recupera expresamente la palabra autodeterminación, ausente desde 2018, algo que el Frente Polisario interpreta como “una rectificación simbólica” tras la presión de países como Rusia, Mozambique o Argelia.

Propaganda y desinformación

Aun así, la maquinaria informativa de Rabat reaccionó con euforia. Varios medios españoles —entre ellos El País, EFE y La Vanguardia— difundieron titulares en los que se afirmaba que “la ONU avala el plan de autonomía marroquí”, sin precisar que el Sáhara Occidental sigue siendo un territorio pendiente de descolonización.

Organizaciones saharauis denunciaron que la cobertura mediática “ha asumido sin contraste el lenguaje del Majzén”, en referencia al aparato político y económico que sostiene la monarquía marroquí.

Votaciones y enmiendas

La resolución fue aprobada con 11 votos a favor, tres abstenciones (Rusia, China y Pakistán) y la no participación de Argelia, que protestó por lo que considera “un texto desequilibrado”.

Días antes, se había filtrado un borrador estadounidense que eliminaba toda mención a la autodeterminación y calificaba la autonomía como “la única solución realista”. Las presiones del bloque crítico forzaron modificaciones de última hora que suavizaron el tono pro marroquí y evitaron un veto ruso.

Efectos sobre Canarias

El Archipiélago, situado a escasos 100 kilómetros de las costas saharauis, sigue siendo la región europea más expuesta al devenir del conflicto. Expertos en geopolítica y seguridad advierten de que cualquier escalada podría afectar al tráfico marítimo, la pesca y los flujos migratorios.

“Canarias no es un actor pasivo; es la frontera más sensible de la Unión Europea frente al conflicto saharaui”, señala un analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos.

Además, un eventual reimpulso del proceso de paz podría abrir nuevas oportunidades de cooperación económica y logística entre las islas, los campamentos de refugiados de Tinduf y un futuro Estado saharaui, una posibilidad que algunos economistas califican de “apuesta estratégica ignorada por Madrid”.

La responsabilidad española

Juristas canarios recuerdan que España sigue siendo potencia administradora de iure, según Naciones Unidas. Esto implica obligaciones internacionales que, según varias ONG, el Gobierno español “no ha asumido plenamente”.

“El silencio institucional español se traduce en una posición ambigua que perjudica tanto al pueblo saharaui como a los intereses canarios”, señala la profesora de Derecho Internacional María Luisa Martín.

Nada ha cambiado

En términos legales, la situación sigue igual que en 2007, cuando Marruecos presentó por primera vez su plan de autonomía. La ONU lo menciona como una propuesta, no como una decisión.

El derecho del pueblo saharaui a decidir su futuro permanece intacto, el referéndum continúa pendiente y la MINURSO mantiene su mandato un año más.

La aparente novedad que algunos celebran, en realidad, repite el mismo guion diplomático de los últimos diecisiete años. La diferencia es que, esta vez, la tensión informativa y política también salpica a Canarias, convertida en observadora forzosa de un conflicto que sigue sin resolverse.


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