Más de la mitad de las enfermeras y fisioterapeutas canarias admite haber sufrido acoso sexual

Un sondeo sindical alerta de que el 82 % de las profesionales no denuncia estos episodios, lo que contribuye a su normalización

El 57 % de las enfermeras y fisioterapeutas de Canarias afirma haber vivido situaciones que pueden considerarse acoso sexual o por razón de sexo, de acuerdo con una encuesta realizada por el sindicato Satse entre octubre y noviembre. Los resultados, difundidos por Tiempo de Canarias, revelan además que el 82 % de las afectadas no llega a denunciar, lo que, según el sindicato, perpetúa que “se normalice, silencie o invisibilice”.

El sondeo muestra que el 56,63 % de las profesionales declara haber recibido comentarios o chistes sexistas; un 33,69 % asegura haber sufrido invasiones deliberadas de su espacio personal o trato de menosprecio; un 27,24 % reconoce contacto físico no deseado; y el 13,26 % afirma haber recibido proposiciones sexuales directas.

Estos datos forman parte de la campaña de Satse “Sí que pasa, es acoso”, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. El sindicato recuerda que las profesiones vinculadas al cuidado “han sido históricamente estereotipadas y sexualizadas”, algo que se agudiza por la cercanía física inherente a su labor.

Satse considera “muy preocupante” que el 67,32 % de las profesionales desconozca si existe un protocolo contra el acoso al que pueda acogerse. Solo un 12,84 % afirma haber recibido información o formación específica.

Ante esta situación, el sindicato exige que se refuercen las medidas preventivas en el entorno laboral y reclama al Servicio Canario de la Salud la aprobación urgente de un Plan de Igualdad que mejore la detección, denuncia y atención a víctimas. También pide que el acoso se incluya como riesgo psicosocial en las evaluaciones laborales, que se garantice protección frente a posibles represalias y que se asegure acceso a apoyo psicológico y asesoría jurídica.

Satse insiste en que es imprescindible impulsar actuaciones que permitan restituir la salud física y emocional de las trabajadoras afectadas y subraya que combatir este tipo de violencia en el ámbito sanitario “es una responsabilidad colectiva”.