Ángel Gabilondo: “Hay que poner la educación en el corazón de la economía”
El ex ministro de Educación y catedrático de Metafísica insistió en la necesidad de llegar a acuerdos educativos en la inauguración de la XX Semana de Arte Docente
Texto. A.R.P.Fotos: Lancelot Digital
El ex ministro de Educación, catedrático de Metafísica y escritor, Ángel Gabilondo, inauguró la XX Semana de Arte Docente, organizada por el CEP. El Archivo de Arrecife se llenó de profesores ávidos por escuchar a Gabilondo, que antes de intervenir en la charla contestó a unas preguntas a Lancelot Digital.
Gabilondo prefirió no pronunciarse sobre la nueva ley de educación que pretende aprobar el Gobierno de Mariano Rajoy, la conocida como la Ley Wert, contra la que recientemente se manifestaban los profesores. Lo que sí hizo el ex ministro fue volver a insistir en la necesidad de llegar a un consenso firme: “La sociedad demanda estabilidad normativa y acuerdos. Muchas veces existe más pacto social que político y en este último ámbito, con las difíciles condiciones actuales, es más difícil llegar a consensos”.
Para Gabilondo, “no es que el acuerdo sea sólo un buen camino sino que es el único camino. Es necesario que haya una estabilidad normativa y que luego cada gobierno aporte sus matices pero la base tiene que ser sólida, el portaaviones del que salen los aviones no puede moverse tanto”.
Entonces, ¿por qué nunca se consigue este acuerdo, ni siquiera cuando él era el responsable del área en el Gobierno central? “A veces, se debaten otras cosas; si sólo habláramos de la educación infantil, la universidad o los idiomas llegaríamos a buenos acuerdos. Pero es que a veces no pensamos en las futuras generaciones sino en las elecciones”.
LOS RECORTES ECONÓMICOS
Con la actual situación económica, los recortes se multiplican y la educación no se libra de ellos. “Algunos piensan que hay que centrarse en la situación económica y aparcar la inversión en otros ámbitos, por ejemplo en ciencia, en innovación, en educación”. Pero esto puede tener efectos negativos en los centros públicos “donde hay alumnos con necesidades más específicas, niños con discapacidad o procedentes de otros países”.
Esta falta de interés por la educación conlleva todo un riesgo, para Gabilondo: “Hay que poner la educación en el corazón de al economía. No hay que tratar primero los asuntos económicos y ver luego qué pasa con el resto. Una economía sin educación sería una economía sin corazón”.
El catedrático entiende que hay que recortar gastos pero considera que existen otros ámbitos en los que centrarlos. “Tenemos que hacer lo que hacemos todos en nuestras casas cuando pasamos momentos difíciles, recortamos pero no dejamos al abuelo sin medicinas o al niño sin colegio. Hay que establecer prioridades y, para mi gusto, la educación lo es, junto con la sanidad y las políticas sociales, que es donde deberíamos hacer un esfuerzo para no reducir desde el punto de vista presupuestario”.
FRACASO ESCOLAR
Sin embargo, desde hace tiempo, mucho antes de la crisis, el Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, conocido como informe PISA, coloca en muy mal lugar la educación en España. El catedrático, sin embargo, no es tan pesimista: “Leyendo despacio los informes observamos que estamos mal en unas cosas pero en otras no tan mal, teniendo en cuenta la incorporación que ha habido de tantos escolares en los últimos años”.
No oculta Gabilondo que existe un serio problema con el fracaso y el abandono escolar, “aunque se ha mejorado en este aspecto debido a la inversión que se ha hecho, a la LOE, a las políticas específicas y al cambio de cultura de los ciudadanos”. Y es que para el ex ministro, “el abandono escolar no es sólo un problema educativo sino de toda la sociedad; en algunos lugares dejaban las escuelas para trabajar en el turismo, por ejemplo. Y luego muchos de estos jóvenes se han quedado sin trabajo y no tienen formación, no tienen horizonte”.
Para Gabilondo, el abandono escolar no tiene que ver con el color político de quien gobierna ni con el desarrollo económico de la comunidad autónoma en cuestión. “Es curioso porque en los lugares con mayor desarrollo productivo e industrial existe menos fracaso, como por ejemplo en Navarra, País Vasco o Asturias, mientras que éste aumenta en Levante, Andalucía o Baleares; se trata no sólo de un problema del sistema educativo, que también, sino también de la sociedad”.