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El 34º Festival Internacional de Música trae a Lanzarote al pianista Alexei Volodin

La Sinfónica de Tenerife actuará este domingo en Jameos del Agua bajo la dirección de Guillermo García Calvo

 

  • Lancelot Digital


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    El espectacular escenario del Auditorio de los Jameos del Agua recibe este domingo, 21 de enero, a las 20.00 horas, a la Orquesta Sinfónica de Tenerife (OST), bajo la dirección de Guillermo García Calvo, una de las batutas más solicitadas por las principales orquestas del mundo, y con la participación estelar del pianista ruso Alexei Volodin. Se trata del segundo concierto programado en Lanzarote dentro del 34 Festival de Música de Canarias y el primero de carácter sinfónico.

     

    Según destacan desde Canarias Cultura en red, el repertorio incluye dos obras rusas, la Obertura de Russlan y Ludmila de Mikhail Glinka y el célebre Concierto nº 2 para piano y orquesta de Sergei Rachmaninov, éste con Alexei Volodin como solista. En la segunda parte, cobrarán protagonismo las composiciones americanas, con la Fanfarria para un hombre común de Aaron Copland y las Danzas Sinfónicas (West Side Story) de Leonard Bernstein, obra con la que el festival se suma a la conmemoración del centenario de su nacimiento.

     

    García Calvo es uno de los grandes maestros del momento. Ha mantenido desde hace catorce años una estrecha relación con la Ópera Estatal de Viena, donde ha dirigido más de doscientas representaciones y medio centenar de títulos operísticos, la mayor parte de ellos con la Orquesta Filarmónica de Viena.

     

    De otra parte, Alexei Volodin, nacido en Leningrado, es aclamado por su sensibilidad y su brillantez técnica, e invitado por las orquestas de más alto nivel. Posee un repertorio extraordinariamente diverso y uno de los pianistas de la escuela rusa más interesantes de la actualidad.

     

    Sobre el repertorio: Glinka, Rachmaninov, Coplan y Bernstein

     

    El programa que interpretará la OST incluye la Obertura de Russlan y Ludmila, del padre de la moderna música rusa, Mikhail Glinka, una ópera en cinco actos basada en el poema homónimo de Alexander Pushkin. La influencia de esta obertura en todos sus sucesores explica la genialidad de un compositor que emplea elementos del folclore ruso y orientales, y que sirvió de modelo a los cuentos de hadas operísticos rusos, particularmente los de Rimski-Korsakov.

     

    Seguidamente interpretará el célebre Concierto nº 2 para piano y orquesta op 18 en Do menor de  Sergei Rachmaninov, que compuso cuatro obras concertantes con piano. Sin embargo, fue la segunda, estrenada en 1901, la que supera largamente a sus hermanas en la predilección general. Con este trabajo Rachmaninov superó la grave depresión ocasionada por el fracaso de su Primera Sinfonía, que llegó a calificar de "malísima".

     

    Continuará con la Fanfarria para un hombre común de Aaron Copland, una de las dieciocho que solicitó el director británico Eugene Goosens para abrir todos los programas de la Sinfónica de Cincinnati para homenajear a los combatientes aliados de la Segunda Guerra Mundial. Gracias a su brillantez, aún pervive en los repertorios, entre otras cosas por su instrumentación, que requiere cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbal y gong.
     

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