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El universo paralelo de Lezcano

El dibujante grancanario es autor de un singular cómic de ciencia ficción basado en la existencia de dimensiones paralelas y simultáneas

 

  • Lancelot Digital
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    Entre lo racional y lo que no se puede demostrar se mueve Francisco Lezcano un grancanario al que resulta difícil clasificar o encuadrar en alguna categoría a las que solemos recurrir. Un autor que, según confiesa con modestia, ha creado su propio mundo, en el que convive con el resto de los humanos. Precisamente, Universos Paralelos es el título de la obra en forma de cómic que acaba de presentarse públicamente y que también será exhibida en breve como un cortometraje en el que Lezcano actúa de protagonista. Dado que es imposible definir este relato lo mejor es dejarse llevar por las sensaciones y descartar analizarlo de forma racional.

     

                    Y es que precisamente está elaborado siguiendo teorías científicas o de ficción tanto en formato de sesudos estudios, como de películas de esta temática de las que el autor se considera un apasionado. En definitiva, es una mezcla de Einstein y Alien, el octavo pasajero, aunque él prefiere que lo comparen con Avatar un film por el que asegura sentir una especial debilidad.

     

                    Lezcano acumula a sus 90 años una vida que califica de “muy rica” en la que le ha dado tiempo de hacer un poco de todo pero principalmente aprender y sorprenderse, desde que era pequeño y su padre le apuntaba con el dedo a las estrellas y le hablaba de máquinas del tiempo. A partir de aquí invariablemente se ha mostrado interesado en desentrañar “tanto la realidad del átomo como de la estrella”.

     

                    Ha ejercido de pintor, muralista, escultor, poeta, fotógrafo submarino, autor de videos culturales y dibujante de historietas. O como él dice es todo un “multiuniverso” que se mueve a una prudente distancia de esa realidad que son los demás y a la que sólo se acerca para aprender y sacar sus propias conclusiones.

     

                    Entre los principales hitos de su vida recuerda que en 1971, cuando el franquismo enfilaba sus últimos años oficiales no tuvo la paciencia de esperar a que muriera el dictador y se exilió en Bélgica donde pidió asilo político. No volvería a las Islas hasta hace pocos años y más concretamente a Gran Canaria donde nació y de donde es su familia, entre ellos su hermano, Pedro Lezcano, hoy fallecido que llegó a ser presidente del Cabildo pero sobre todo poeta. El autor del cómic recién presentado en la feria del libro de Las Palmas, también es responsable de La Force de Frappadi, una obra activista y de El Siguiente, seleccionada por el Festival Internacional de Angulema, editada y distribuida en Francia. Esta pieza es el último capítulo del cómic que ahora se da a conocer.

     

                    En Europa se lanzó de lleno en todas las corrientes artísticas que le atraían, especialmente en forma de pintura o literatura que luego mezcló a su manera particular. A estas alturas de su vida dice de él mismo que tiene la cabeza “muy bien amueblada” y como prueba cita a este cómic que acaba de ver la luz gracias al apoyo de Editorial Idea y la Fundación Canaria de Cine+Cómics. Sobre su inusual contenido, tanto en la forma como en el fondo, indica que se trata de cuatro historias de otros tantos personajes que viven en paralelo y se encuentran sin darse cuenta en el último capítulo.

     

                    Lezcano asegura que es una obra sobre la cuarta dimensión y el lector debe asentir pese a que le resulte difícil seguir el relato y encontrarle este significado, de manera que lo más aconsejable es dejarse arrastrar a este particular mundo y disfrutar de su inusual propuesta. Los críticos dicen de él que para la realización de sus cómics “transforma en lenguaje gráfico sus textos de narrativa de ciencia ficción”, tal y como han podido comprobar los lectores de Francia, Bélgica, Holanda y por supuesto España.

     

                    De Universos Paralelos dice su autor que es “una hipótesis física que propone la existencia de varias realidades relativamente independientes”. Temática que también ha sido utilizada en diferentes obras literarias y especialmente en las de género fantástico y ciencia ficción, lo que no implica que en este caso se aborde de una forma muy particular. Lo que supone un doble mérito.

                   

                    Considera “una suerte” que su cómic haya podido ver la luz y se muestra entusiasmado con el resultado del corto realizado por el cineasta canario, Natanael Cardona basado en esta historieta y que define como “una simbiosis de la publicación y personales reales”, es más considera que supone una buena manera de comprender el relato. Los actores son él mismo y Francisco Javier Vázquez, tiene una duración de 22 minutos, lo rodaron en parajes grancanarios como Soria, Los Tilos de Moya y Valsequillo y podrá ser disfrutado en breve, incluso a través de un circuito que abarca gran parte de Europa. En realidad se trata del último capítulo de Universos Paralelos, en el que los personajes se encuentran después de deambular con sus propias historias y dimensiones.

     

                    Lezcano es consciente de que la temática, e incluso los dibujos se salen de lo habitual y son “un tanto oscuros”, como corresponde a un auténtico devorador de literatura de ciencia ficción y de todo tipo de libros, de manera que el resultado es lo que califica como “un experimento”. Asume que sólo lo podrán entender un tipo muy específico de lectores especializados en descifrar lenguajes vinculados a la experiencia hermenéutica. Concretamente la manera de “expresar ideas y pensamientos matizados por conocimientos propios pero que da lugar a múltiples interpretaciones”.

     

                    Su relación con los cómics es muy estrecha, se considera un gran aficionado pero en su vertiente más adulta y concretamente de aquellos que reflejan historias complejas que para ser descifradas requieren de cultura científica. Su mundo es tan singular y propio que sólo él puede ser a la vez dibujante y autor. “Cada imagen es una extrapolación de la realidad y el resultado de una investigación del personaje y su anatomía”, indica.

     

                    Igual que se desmarca de la vertiente más popular de los cómics también lo hace del cine de ciencia ficción basada en el mero espectáculo, sin historia y centrada únicamente en el pánico, terror y efectos especiales. “Por desgracia este tipo de películas hoy en día ha perdido su lado humano y tan sólo gira entorno a unos recursos técnicos que las convierten en demasiado artificiales”.  Sus obras preferidas de los últimos años son Avatar y Parque Jurásico que considera “dos importantes hitos en el cine y en la literatura de ciencia ficción”.

     

                    Su incursión en la literatura de este tipo tiene su origen en el año 1968 cuando un amigo le comentó que una editorial francesa estaba buscando autores que fueran capaces de escribir esta clase de relatos. “Me dijeron que si podía hacer un cuento y les envié tres que además fueron premiados”. Luego tuvo la suerte de encontrarse con la hoy desaparecida editorial Acervo de Barcelona para la que colaboró de forma continua durante varios años.

     

                    En sus obras se mezcla tanto la ciencia más rigurosa como la especulativa, a la que no cierra las puertas y que seguramente le es más útil que la primera para elaborar sus relatos. Basta con un poco interés por estas cuestiones para que las conversaciones con Lezcano se puedan eternizar. Por ejemplo, dice que le ha impresionado especialmente el resultado de un estudio sobre el cerebro de enfermos de epilepsia en el que los científicos pudieron comprobar que la mente no se apaga inmediatamente tras la muerte, sino que lo hace muy lentamente. El último sentido que desaparece sería el oído, de manera que los fallecidos pueden escuchar durante un tiempo determinado, aunque se desconoce si son capaces de interpretar los sonidos. Estas conclusiones suponen, bajo su punto de vista, un indicio de que es posible sobrevivir a la muerte, aunque sea brevemente.

     

                    Lezcano se considera afortunado de vivir en unas Islas como éstas en las que se han asentado unos observatorios astronómicos que se sitúan entre los más importantes del mundo. En primera línea sigue los avances y descubrimientos que casi diariamente se llevan a cabo en Izaña o Roque Los Muchachos y otro tanto ocurre con las imágenes que periódicamente se dan a conocer sobre la superficie de Marte. Pese a que para el resto de los mortales apenas se trata de un desierto, “en realidad se ha comprobado que hay unas trazas que vendrían a demostrar que en su momento existió agua y oxígeno”, asegura entusiasmado.

     

                    Sobre la posibilidad de que haya vida fuera de la Tierra dice que en cualquier caso no sería en el sistema planetario del que formamos parte sino en algunos de los cientos de mundos que se han descubierto en el exterior de la galaxia con unas condiciones muy parecidas a las nuestras. Pero no cree que vaya a producirse un contacto inmediato con esas posibles civilizaciones y se lamenta de entorno a esta cuestión haya “demasiada fantasía popular”.

     

                    Cuando se le pregunta a qué científico se siente más cercano si a Einstein o a Stephen Hawking, rechaza decantarse por uno solo. “Los dos me convencen totalmente, ambos son pilares importantísimos de la ciencia y tienen caminos paralelos. Me entusiasma su trabajo porque han abierto unas posibilidades intelectuales enormes, han cambiado la manera de ver el universo, son geniales y además únicos. Tiene toda mi admiración y aplauso”.

                                  

                    Lezcano se muestra especialmente interesado sobre todo lo referente a los agujeros negros, o de gusano, en cuanto implican una posibilidad de pasar a otra dimensión o aterrizar en un universo paralelo, argumento central de su última obra. Personalmente estaría dispuesto a lanzarse al interior de un agujero negro a pesar de desconocer lo que le espera al otro lado o tal vez por eso mismo. Este autor se diferencia de forma radical de otros dibujantes al apoyar el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA), una posibilidad que califica de “hiperinteresante y a la vez hiperpeligrosa”. En cuanto que por un lado supone una manera de encontrar la solución y la respuesta a miles de cuestiones que siguen sin resolverse por las limitaciones de la mente humana, pero por otra tiene una gran capacidad de autonomía y de actuar al margen de los humanos.

     

     

     

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