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María Silveyro, la librera del séptimo arte

 

“El papel no morirá nunca. De hecho, nos ha hecho mucho más daño la aparición de Amazon que la de los libros electrónicos”

 

 

  • Lancelot Digital
  • Jesús Betancort
  •  

     

    En un siglo que parece volverle la espalda al papel en beneficio de las nuevas tecnologías, María Silveyro, no sólo es librera, es también editora y propietaria de un foco cultural de referencia en Madrid: la librería Ocho y medio, un auténtico referente para el mundo del cine y la cultura, situada en pleno corazón de Madrid. Años más tarde puso en marcha, junto a su marido, la Editorial Ocho y Medio, que cuenta con un gran número de publicaciones (guiones, diarios de rodajes, novelas de ficción, ensayos…). Además es miembro asociado de la Academia de Cine de España y de la European Film Academy, en definitiva, una auténtica eminencia en lo que se refiere a literatura dedicada al séptimo arte.

     

    -¿Cómo sobrevive una librería en estos tiempos?

    -Pues reinventándonos constantemente, la verdad. Tuvimos la suerte de tener una librería de grandes dimensiones, así que nos fue posible dedicar un espacio de la misma a montar una cafetería dedicada al cine.

     

    -Además, tuvieron la valentía de abrir también una editorial…

    -Sí (risas). En el año 1999, acababan de estrenar “La lengua de las mariposas”, de Cuerda, y uno de los productores, que es amigo mío, me sugirió que editáramos el guión de la película. Y mi marido y yo, ni nos lo pensamos, y nos lanzamos a ello, así nació la editorial. Nuestros libros están dedicados a un público muy especializado y eso nos facilita la clientela. Si alguien quiere leer un guión de cine, tiene que venir a nuestra librería. Es cierto que no a todo el mundo le gusta, ni lo entiende. Acabamos de editar el guión de ‘Paquita Salas’, y mucha gente que ha venido exclusivamente a pedirlo, cuando han visto como es, se han quedado asombrados porque no era lo que esperaban. Te tiene que gustar mucho el cine y disfrutar con los guiones.

     

    -¿Cuándo siente esa pasión por el cine?

    -Bueno, yo soy licenciada en Políticas y mi marido, que ya murió, era antropólogo, así que ya ves… nada que ver, pero a los dos nos gustaban mucho el cine y los libros y decidimos poner en marcha esta librería. Al principio, pedíamos a los actores y directores su firma para las paredes de la cafetería, pero ahora tenemos tantas que las recogemos en cuadernos de firmas. Al cabo de los años hemos conseguido que se convierta en un lugar de encuentro para aficionados y profesionales del sector, que era justo lo que queríamos. Hacemos muchas presentaciones y coloquios de cine.

     

    -Ahora que es posible que un escritor novel se edite su propio libro por poco dinero y puede distribuirlo, ¿supone una competencia desleal para las librerías?

    -No. Me parece estupendo. Yo pienso que no es posible ponerle puertas al campo. La realidad es que es. Es como cuando me preguntan por los libros electrónicos… pues están ahí, y la gente va a leerlos, pero el papel no va a desaparecer. Los libros en papel siempre van a estar ahí, no le interesarán a todo el mundo, pero continuarán existiendo.

     

    -¿Supone una mayor amenaza entonces para las librerías la existencia de empresas como Amazon?

    -Sí, mucho más, pero no sólo para las librerías, hasta para comprarte una lavadora. Amazon ha hecho mucho daño a las pequeñas empresas. Cuando comenzaban yo le dije a mi marido, esta gente acabará abriendo su propia librería, y ya lo han hecho. Han abierto una librería en Nueva York, solo se puede pagar con máquinas, pero ya está ahí.

     

    -Cuando está leyendo una novela, ¿piensa que de ahí saldría una película genial?

    -¡Sí! (risas) Siempre. Me pasa muchísimo, no puedo evitarlo,  cuando leo un buen libro siempre pienso en cómo sería la película y, no es la primera vez que le digo… a algún posible interesado, léete eso, que ahí hay una posible buena película. Alguna ha salido, no digo que fuera por mí, pero yo… lo digo, por si acaso. Supongo que es una deformación profesional.

     

    -¿Qué proyectos tienes para la librería?

    -La verdad es que voy improvisando. Antes las cosas no cambiaban tanto, pero ahora o improvisas constantemente o te mueres. Me voy adaptando a lo que va pasando, a lo que me van pidiendo. Ahora tenemos la carta de la cafetería adaptada también al cine, es decir los platos, los cócteles y todas las propuestas gastronómicas tienen nombres de películas.

     

    -¿Conocías Lanzarote y el Festival?

    -Conocía la isla porque había venido con mi marido a los antiguos Screening de cine y, posteriormente, de vacaciones y me gusta mucho, y el Festival, lo conocía de oír hablar de él. Nunca había venido pero me encanta que me hayan invitado este año. Me ha sorprendido muchísimo. Los documentales que he visto me han parecido brutales. Ha sido difícil elegir, todos tenían unas temáticas y una realización excelente. He tenido que verlos hasta dos y tres veces.

     

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