Domingo, 14 Diciembre 2025
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Es de los que piensan que las musas siempre le tienen que encontrar trabajando, y por eso se dedica en cuerpo y alma, durante todo el día y parte de la noche, a la música. Su nombre se ha convertido, desde hace muchos años, en toda una referencia en el panorama musical canario, no en vano Nino Díaz fue el primer lanzaroteño en ingresar en la Real Academia de Bellas Artes de Canarias. Optimista irremediable, su proyecto más importante, es seguir levantándose cada día con ganas de comerse el mundo. Por el momento, parece que no le va nada mal en el intento.

Por: M.A.C

Satisfecho por haber tocado una vez más en su tierra, pero un poco desilusionado por la escasa afluencia que tuvo el último concierto de clarinete que, junto al grupo Everett, ofreció en el municipio de Tías. Así se encuentra Nino Díaz, que no está muy seguro del futuro que tiene la música clásica entre las nuevas generaciones. “La música es música y creo que tratada con cariño debería llegar a todo el mundo, pero la realidad es que el aforo del concierto que ofrecimos la pasada semana estaba casi vacío”, afirma, asegurando que da mucha pena ver tan poco público cuando cuesta tanto trabajo preparar una actuación. “Me temo que cada vez gusta menos la música clásica, y nosotros no hacemos un concierto clásico porque a la gente cada vez le cuesta más. Escuchar música clásica exige un pequeño esfuerzo intelectual y vivimos en un mundo en el que prima la rapidez. Nosotros hemos optado por teatralizar nuestras actuaciones para acercarnos más a la gente”.
Se define así mismo como un hombre muy activo que siempre está intentando cosas nuevas. Por eso precisamente, cuando se fue a estudiar música a Barcelona abandonando su Tías natal, tuvo claro, desde un principio, que le iba a ser muy difícil regresar. “Siempre estuve especialmente interesado en la dirección de orquesta y las posibilidades que tenía en Lanzarote estaban muy limitadas, ahora hay más opciones, pero hace 26 años, no había nada”, señala.
También por su inquietud natural decidió, después de quince años, dejar la docencia. “Necesitaba explorar otros caminos y ahora mismo tengo muchas proyectos en los que estoy trabajando y que no podría haberlos iniciado estando, como estaba, plenamente dedicado a la docencia”, explica. “Reconozco que me mata la rutina, soy una persona muy creativa y necesitaba buscar mi propio camino”.
A pesar de ser un músico polifacético, se siente realmente bien cuando compone. “Es lo que más me gusta, aunque sé que vivir de la composición dentro del mundo de la música clásica es muy difícil, a mí me encantaría dedicarme plenamente a esto, pero soy consciente de que es casi imposible”.
Se define como un hombre muy optimista. “Tengo muchos proyectos, ahora mismo estoy trabajando para el Festival de Canarias de 2012, en el que seré el compositor invitado, y estoy preparando un concierto para clarinete y orquesta”, explica, señalando que se estrenará a principios de febrero. “Por otra parte, el 18 de octubre me voy a Tenerife para hacer por fin, después de cuatro años alargándolo, mi ingreso en la Real Academia de Bellas Artes”, afirma, asegurando que tendría que haberlo hecho mucho antes, pero ha sido incapaz de encontrar tiempo. “Estoy trabajando en una obra especial para ese día que regalaré a la Academia”, y añade, “Reconozco que me hizo mucha ilusión cuando me lo dijeron”.
Díaz fue el primer lanzaroteño que ingresó en la Academia, galardón que ahora comparte con el escritor Félix Hormiga. “Creo que Lanzarote siempre ha estado un poco al margen de todo. Los lanzaroteños deberíamos pelear más por lo que es nuestro, somos más importantes de lo que pensamos, pero las islas pequeñas siempre han pintado poca cosa en el Archipiélago”, afirma. “Lanzarote ha sido y es una potencia económica de Canarias, y creo que culturalmente debería estar mucho mejor de lo que está. Hace falta un impulso fuerte para ponernos a la altura de otras ciudades. El turismo no sólo quiere playa, el turismo cultural es muy relevante y habría que explotarlo”.
Son muchos más los proyectos que tiene en la cartera, pero haciendo gala de una cierta superstición, prefiere no revelarlos para no atraer a la mala suerte.
No cree en la inspiración, y asegura que lo único que le inspira es el trabajo. “Hay que estar horas y horas, trabajando y entonces llegan las musas”, bromea. “Es verdad que hay una serie de elementos que te estimulan y te interesan, hay influencias, claro está, pero lo más relevante es el trabajo diario”.

Composición de una vida dedicada a la música.

El currículo de Nino Díaz es su mejor carta de presentación. Aunque empezó sus estudios musicales con su padre y continúo en el “Círculo de Amigos de la Música”de Arrecife, con poco más de veinte años se trasladó a Barcelona, para continuar sus estudios en el Conservatorio Superior Municipal de Música de esta ciudad donde obtuvo los títulos de Profesor Superior de Clarinete, Profesor Superior de Armonía, Contrapunto, Composición e Instrumentación y Profesor Superior de Dirección de Orquesta. Amplió sus estudios de instrumento y participó en diversos cursos con prestigiosos músicos internacionales.
Tiene una amplia experiencia como intérprete, tanto con el Clarinete como con el Clarinete Bajo, habiendo realizado numerosos conciertos como integrante de diferentes formaciones musicales, tanto de cámara como orquestales, y sus experiencia como
Como compositor tiene más de una sexagésima de obras, incluidas bandas sonoras (dos cortometrajes del director Robert Hoffman y un documental para TV).
En el año 2007 fue nombrado Académico por la Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel , “por su trayectoria internacional como intérprete y como creador, y por su contribución a la generación y difusión de nuevo patrimonio contemporáneo”.


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