“Todo o nada”, el ultimátum más atractivo de Los Verbenas
La banda de rock lanzaroteña irrumpe con fuerza en la escena cultural insular con un segundo disco en el que han logrado un sonido propio
Nueve años, dos discos y mucho rock and roll, eso, y la pasión por la música, es el pegamento que mantiene unidos a Yiyo, Wiso, Samu y Cristo, o lo que es lo mismo a “Los Verbenas”, un grupo que nació como una banda de versiones y evolucionó, por pura lógica, a lo que todos ellos habían soñado con tener: un grupo de rock a la vieja usanza. Eso es que lo son hoy en día “Los Verbenas”, rock puro.
Justo por eso, no ahorran en detalles canallescos en las letras de sus temas. No lo hacían en su primer disco “Afirmativo” y no lo hacen en su nuevo trabajo “Todo o nada”, que ya está en el horno y se presentará este verano.
Entre sus nueve temas surgen títulos tan sugerentes como “Serpiente”, “Jonhy Nicotina”, “Piel de Cuero”, “En la carretera”, “Jane”, “No más” o “El Callejón del ‘Aguaresío’” que invitan al oyente a meterse en su música y bucear entre sus acordes para conocer su particular universo que se ha ido conformando paso a paso a lo largo de estos años.
En esta ocasión, han contado además con la colaboración de músicos tan importantes como el poeta y músico palmero Carlos Catana que participó en el tema “Jane “. También colabora con la armónica el músico Juanma Arteaga, en el tema “Serpiente” y Mame Spínola, que también lleva la dirección técnica del disco.
“Todo o nada” se ha grabado en Cascajos Record, un estudio familiar con el que han quedado muy satisfechos. “Nos hubiera apetecido sacar un vinilo porque es algo que nos hubiera encantado, pero se nos salía del presupuesto”, señalan. “Sacaremos 500 discos y ya lo hemos subido a Spotify, aunque estamos deseando volver a los escenarios”.
Una mirada al pasado
Comenzaron a tocar a través de un anuncio en redes sociales. Es decir, Yiyo quería formar un grupo de versiones, puso un anuncio y se encontraron. Cada uno venía de un lugar diferente, musicalmente hablando, con influencias diversas y un pasado sobre el escenario distinto. Sin embargo, estaban destinados a encontrarse y a aprender a convertir todas sus diferencias en aportaciones. “Hemos conseguido encontrar nuestro propio sonido, nuestra voz. El primer disco ya era rockero, es cierto, pero más básico en las composiciones”, señala Wiso. “Hemos evolucionado y eso se nota en los temas”.
Yiyo tiene claro uno de los motivos fundamentales de esa evolución. “Nos conocemos mucho mejor y a la hora de componer y tocar, es totalmente diferente”, señala.
Lo cierto es que han bebido de fuentes tan diversas como los “Burning”, “Los Cigarros”, o “Barricada”. “El rock clásico y sin artificios de toda la vida”, señalan.
En este segundo disco, muchos de los temas surgieron en plena pandemia, cuando tenían el tiempo preciso para crear. Samu es el autor de muchas de las canciones, pero reconocen que todos hacen sus aportaciones hasta dar con un resultado final que les convence. “Muchas veces, en el mismo local nos ponemos a improvisar y de ahí sale un tema”, apunta el propio Samu.
La pandemia fue dura para ellos, como para casi todos los músicos. “El directo es nuestra vida, donde mejor lo pasamos y donde lo damos todo. Este periodo de parón ha sido muy largo y muy duro. Llevamos sin tocar desde el 14 de diciembre de 2019, fecha en la que tocamos en Tenerife”, cuenta Samu. “Tenemos muchas esperanzas de que 2022 sea el año de la recuperación. Esperamos volver a los conciertos de verdad”.
Justo por eso han decidido esperar hasta el verano para sacar el disco en un ambiente de cierta normalidad. “Queremos volver a los conciertos de piel con piel, de estar con la gente, sin mascarillas”, señala Wiso, que no oculta que también echan en falta los festivales, tanto para estar encima del escenario como para disfrutarlos.
Una cita ineludible
Pero, ¿cuál es el secreto para estar unidos y conseguir que la banda siga creciendo? Los Verbenas tienen una cita ineludible los jueves en el local de ensayo y, llueva o truene, no faltan a ella. “Son pocos los ensayos que perdemos, para nosotros es sagrado. Y si hay bolos cerca intentamos ensayar más días”.
Y se nota. “Los nervios siguen estando ahí. Es inevitable, pero ahora, cualquier error que se produzca, se soluciona sobre la marcha con una sola mirada. Los años que llevamos tocando juntos, ensayando, nos han dado ya la seguridad necesaria”, apuntan.
