PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Verónica Echegui: “Me parece mucho más difícil hacer reír que llorar”

La actriz, que cuenta ya con un importante bagaje en cine, televisión y teatro, asegura que para ella lo más importante es conseguir que el espectador disfrute con su trabajo

 

  • Lancelot Digital
  •  

     

    Comenzó haciendo cortometrajes, sin embargo saltó a la gran pantalla por la puerta grande de la mano de Bigas Luna y su “Yo soy la Juani”. Verónica Echegui acumula ya en su currículum, un largo número de películas y de series.

     

    “El patio de mi cárcel”, “La mitad de Óscar”, “Verbo”, “Seis puntos sobre Emma”, “Katmandú”, “Un espejo en el cielo”, “No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas”, “La niebla y la doncella” y series como “Apaches” o “Fortitude”, entre otras muchas.

     

    Echegui no se presta a elegir entre cine, teatro y televisión. “Uy, que va. De cada cosa me quedo algo. Son lugares muy diferentes. El teatro no tiene nada que ver con el cine, te hace exponerte a otros retos y te genera una adrenalina increíble”, explica. “Quizá si tuviera que elegir entre cine y televisión, me quedaría con esta última porque te permite vivir más tiempo con los personajes y desarrollarlos con mayor profundidad. Además, se hace más familia con el equipo y no te despides a los dos meses, que a veces da mucha pena, sobre todo si hay buen rollo con ellos”.

     

    No sólo piensa que ser mujer en la industria del cine es más complicado que ser hombre, “es que me parece que ocurre en todas las profesiones y en todas las industrias. Las mujeres lo tenemos mucho más difícil para llegar”, señala. “La cosificación es constante. Al final, el cine es un reflejo de lo que hay en la sociedad. El llamado ‘Mansplaining’, es decir ese hábito de los hombres de explicar a las mujeres lo que no se les ha preguntado, es constante y muy irritante que nos traten como si fuéramos estúpidas. Ahora mismo no lo sufro tanto porque parece que ya me toman más en serio, pero al empezar era muy habitual tener que soportarlo”.

     

    Echegui confiesa que su obsesión cuando comenzaba su carrera era que no se la encasillara en el papel de La Juani. “Como comencé tan joven, me daba miedo que creyeran que sólo podía hacer ese tipo de personaje y me empeñé en coger papeles muy diferentes y creo que lo conseguí”, bromea. “Para mí la elección de los papeles es emocional. Me tiene que atraer el personaje, emocionar y generar mariposas en el estómago. Creo que cuando tomo decisiones cerebrales falló más, suelo acertar más cuando me fío de mi instinto”.

     

    De cada personaje se queda algo distinto. “No podría elegir uno solo, pero de lo que sí estoy muy orgullosa es de haber hecho cosas que quería hacer”, asegura. “Suelo fijarme en las cosas positivas que voy consiguiendo. No me sirve de nada obsesionarme con los fallos o con lo que no he conseguido. Tomo nota de ello, para que en la siguiente actuación no se repitan, pero avanzo y me felicito de lo que sí he conseguido”, señala.

     

    Entre comedia y drama, Echegui asegura que “la comedia es mucho más complicada, al menos desde mi punto de vista. Es más difícil hacer reír que llorar, creo”, argumenta. “La comedia tiene un tempo, un ritmo y un tono muy difícil, y hacer reír no es sencillo, de verdad. Lo fundamental es contarle historias a la gente y que ésta disfrute”.

     

    A veces a los actores les cuesta despegarse del personaje en cuya piel se han metido. Eso le ocurrió a Echegui con la protagonista de “El patio de mi cárcel”. “Cuando empezaba, experimentaba más con mis personajes, y creía que me ayudaría meterme en su piel lo máximo posible”, señala. “Pero me afectó mucho, terminé agotada y hasta llorando como si a mí me ocurriera lo que experimentaba mi personajes. Me sentía mal por cosas que no tenía nada que ver conmigo. Después de esa experiencia, aprendí a no volver a empatizar tanto con mis personajes, a tomármelo como un juego. Soy otra persona unas horas, y luego vuelvo a mi vida, y a mis propios problemas”.

     

    Redes sociales y prensa rosa

     

    Verónica ha aprendido a ver las  ventajas de las redes sociales. “Hay que saber usarlas, ponerlas siempre a tu favor para hacer cosas buenas y constructivas”, señala. “Yo mantengo una relación de un pie dentro y otro fuera. Siento que cuando les dedico demasiado tiempo, me lo robo a mi misma y no quiero acostumbrare a dejar de vivir cada momento, no quiero vivir desde las redes”, explica. “Cuando quiero transmitir algo, lo hago, pero no me obsesionan y soy prudente”.

     

    En cuanto a la prensa rosa asegura que, en su opinión, “si tú no haces constantemente pública tu vida en la prensa o en  redes sociales, no tiene mucho sentido que cuando te hacen entrevistas sólo te pregunten por eso y no por tu trabajo”, afirma. “Yo creo que transmito que lo que interesa de mí, es mi parte profesional. Yo sé que los periódicos necesitan alimentarse constantemente, así que toca aprender a capear”.

     

    Asegura llevarse bien con la fama y no sentirse demasiado observada. “Cuando me para la gente, me preguntan por películas o por series, y eso me gusta, nada me agrada más que a la gente le guste mi trabajo”, explica. “Es lo que intento, transmitir emociones y que la gente disfrute con lo que hago”.

     

    Echegui asegura que ha estado encantada en Lanzarote, cuyo festival conocía por su buena fama. “La isla sí la conocía, había venido en varias ocasiones de vacaciones hace años, tres o cuatro veces”, señala, explicando que la ha recorrido entera en varias ocasiones. “Me encanta estar aquí”.

    Comentarios (0)