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14 millones desperdiciados y no pasa nada

 

  • Lancelot Digital
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    La noticia de que Lanzarote ha perdido, una vez más, una cantidad millonaria de dinero en inversiones, en este caso por la famosa desaladora para agua de riego de La Santa, fundamental para la salvación del sector agrario de Tinajo, de la parte baja de Teguise y que también podría llegar al centro de la isla, a San Bartolomé, es de una gravedad extrema. En cambio, viendo lo visto, parece que esa irresponsabilidad del anterior grupo de gobierno del PSOE en el Cabildo no tiene mucha importancia, ya que se trata como asunto menor. Al fin y al cabo, dirán, no es la primera vez que se pierde un proyecto por el camino y millones de euros en la isla. Y, ahí, sí tienen razón, Lanzarote es la isla que más proyectos se ven frustrados, cuando no es por la inacción del político de turno, es por el miedo a las protestas de unos pocos.

     

    En cualquier caso, estamos hablando de un proyecto de más de 14 millones de euros que ahora deberá sufragarse con dineros de todos los lanzaroteños a través del Cabildo cuando antes el 80% de esa cantidad la ponían fondos estatales y europeos.

     

    El nuevo Gobierno de Canarias, con Fernando Clavijo a la cabeza, ante este revés, y la necesidad de esa desaladora para el sector agrícola ha aceptado inicialmente (ya veremos el andar de la perrita) la propuesta de Oswaldo Betancort de avalar una operación financiera para para salvar la desaladora para agua de riego, aunque sea Lanzarote ahora la que aporte la mayor parte de la inversión. Se habla de un crédito del Gobierno de Canarias que poco a poco irá costeando las cantidades a través de un crédito a pagar en veinte años. Lo que más duele, insistimos, es que antes el Gobierno ponía el 70% de la inversión de 14 millones y el Cabildo 1.400.000 euros, ahora se cambian las tornas y será justo al revés, la primera corporación de la isla abonará la mayor parte del gasto.

     

    Este “sablazo” no es el primero, por desgracia, que recibe la isla. De hecho, ya estamos tan acostumbrados a que llueva sobre mojado.

     

    Este proyecto que se consideró estratégico hace años gracias a un inquieto Jesús Machín, alcalde de Tinajo, y a las acciones iniciadas por el anterior presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, y seguidas por su sucesora en el cargo, María Dolores Corujo, con acierto, se ha perdido. Y lo ha hecho, posiblemente, porque Corujo vistas las protestas de pescadores y otros colectivos ecologistas contra algunos de los elementos del proyecto, como la existencia de un emisario, decidió mirar para otro lado y no responder a las requerimientos del Gobierno de Canarias que, hasta en tres ocasiones, preguntó sobre la continuidad de la desaladora de agua de riego, sin que el Cabildo respondiera. Agotado el plazo se perdió el dinero que será aprovechado por otra comunidad más diligente.

     

    No puede ser que una inversión estructural para el sector agrario, uno de los más castigados en el momento actual, y de los que más apoyos necesitan, se vea cercenada, ya sea por miedo a combatir las protestas sociales que puedan existir, que siempre surgen en este tipo de iniciativas, o por no ser suficientemente ágiles y lograr adaptar el proyecto a las exigencias sociales.

     

    Siempre hay que escuchar a todo el mundo, pero no siempre hacerles en todo, por muy ecologistas o pescadores que sean. A veces, de hecho, se acierta no tomando en consideración sus opiniones. Hoy, por ejemplo, estaríamos sin la nueva carretera de La Geria de haberle hecho caso a la Fundación César Manrique o sin la carretera de Arrecife – Tahíche, por la que algunos vecinos y ecologistas se encadenaron para evitar el desdoblamiento.

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