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Cumple tú, yo ya veré

 

  • Lancelot Digital
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    Algo más de un tirón de orejas es lo que ha dado el Tribunal Supremo al Gobierno de Pedro Sánchez exigiendo la urgente adopción de medidas para hacerse cargo de los más de mil menores migrantes no acompañados que se encuentran en Canarias y quieren pedir asilo. Un auto del alto tribunal que demuestra el "claro incumplimiento" del que hace más de un mes dictó con anterioridad. Existía una orden improrrogable de diez días para acoger en instalaciones del Estado a esos jóvenes refugiados, por lo que este incumplimiento ralla la irresponsabilidad por parte de Sánchez.

     

    La actitud del gobierno socialista, ante un tema social tan dramático como éste, hablamos de chicos que vienen de países en guerra, hambrunas o situaciones terribles, lo inhabilita moralmente para exigir al Partido Popular la solidaridad con los inmigrantes que ellos no ofrecen. Eso no justifica la actitud cicatera de los populares al negarse a admitir la redistribución de los otros menores extranjeros no acompañados (unos 4.000) que siguen gestionando las islas en solitario.

     

    Lo que está claro es que la crisis migratoria ha desbordado la política nacional y también la europea. No se está logrando que vengan menos inmigrantes al país, las muertes se han incrementado en alta mar y a veces en la misma orilla, como ocurrió en la tragedia del muelle de La Restinga. Y aún van a aumentar más porque cada vez salen de países más alejados por lo que la trayectoria se complica y las muertes se multiplicarán.

     

    Las políticas buenistas no sirven. Crean problemas en el lugar al que llegan, ya que al no tener papeles se complica su estancia, se generan situaciones de cierta xenofobia, la sensación de inseguridad en la población residente aumenta y, sobre todo, se enriquece a mafias que lo han convertido en un negocio regulado. Las ONGs calculan que han podido morir, sólo en 2024, más de 10.000 personas en aguas del Atlántico.

     

    Se trata de un problema complejo y de difícil resolución, con muchas aristas, pero lo que no se puede hacer es seguir mirando para otro lado. No ver el elefante en la habitación.

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