El futuro del turismo es ahora
El alto nivel de las Jornadas sobre retos y oportunidades del Turismo que se celebraron la pasada semana en Lanzarote organizadas por Lancelot Medios, puso de manifiesto la necesidad de situar y colocar en primer plano de la agenda de nuestros gobernantes públicos asuntos de extrema importancia y gran calado para la isla de Lanzarote que deben ser abordados con rigor y amplitud de miras, ya que apuntan a la misma línea de flotación de la industria turística insular. Porque hay que ser conscientes de que la resolución de muchos de estos asuntos, que son vitales para el futuro de un sector que en España absorbe el 6% del turismo de todo el planeta (más de 60 millones de turistas anuales) y en Canarias supone nada menos que en torno al 1,2 % del total mundial (12 millones de personas al año), depende en gran medida de decisiones políticas.
Lanzarote se configura como un destino turístico maduro y consolidado que no puede permitirse la desidia de llevar más de 20 años con un Plan Insular de Ordenación del Territorio completamente desfasado, que está literalmente asfixiando y obstaculizando el desarrollo sostenible del que es nuestro mayor y principal motor económico generador de riqueza (en Lanzarote el sector turístico mueve directa e indirectamente el 90% de nuestro PIB insular) y que es el único que ha logrado contener la caída imparable del empleo, manteniendo y absorbiendo una parte importantísima de los puestos de trabajo en la isla.
Todo lo que no avanza, no sólo se estanca, sino que se deteriora y retrocede. Y si algo quedó claro en las jornadas, en la que participaron expertos de muy reconocido prestigio en materia turística, entre ellos Juan Molas, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Apartamentos Turísticos, es que la oportunidad para el sector turístico se presenta ya. En medio de una tendencia internacional en auge que busca el turismo de experiencia o de vivencia, (el cliente no sólo busca como antes trasladarse de un sitio a otro, sino sentirse bien y a gusto, disfrutar y vivir experiencias ) Lanzarote necesita como el agua una nueva normativa urbanística que permita el establecimiento de oferta de ocio complementaria, que otorgue valor añadido a los tradicionales atractivos de sol y playa, y complemente nuestra excelente oferta alojativa, que por cierto, se encuentra entre las mejores del mundo, tal como se recalcó por parte de los expertos. De modo que la isla, en su conjunto, no puede seguir dando la espalda a esta cuestión, mirando hacia otro lado, como si el problema no existiera.
Además, en la búsqueda de contar con un destino que deje buen recuerdo, y que pueda ser recomendado por la grata experiencia que ha supuesto, si bien es cierto que se ha producido un importante aumento de la cualificación profesional del personal del sector turístico , no lo es menos que aún se debe continuar en incidir en la amabilidad del trato hacia el turista, pues son dos millones las personas que pudiendo optar por otros destinos, eligen anualmente nuestra isla para pasar sus vacaciones. De ahí la necesidad imperiosa, más intangible, pero no por ello menos importante, de convertir Lanzarote en un destino cordial.
Por otro lado, la realidad es que al sector turístico no solamente no se le ha ayudado a través de la implantación de incentivos fiscales, sino, bien al contrario, la presión fiscal ha aumentado, en contra de lo anunciado en épocas preelectorales, incrementándose tanto el IGIC como el IVA sobre las actividades y negocios de este importantísimo sector generador de economía y movimiento empresarial.
Además, la fuerte crisis económica ha provocado que el Archipiélago canario haya perdido en los últimos años más de un millón de turistas peninsulares (tan sólo en Lanzarote hemos perdido el 50% de los que venían). La desaparición de algunas compañías en la conectividad con las islas, como Spanair o Easy Jet, y la tendencia a la concentración empresarial, tanto del mercado de la touroperación como el del transporte aéreo, habitual en épocas de recesión, ha propiciado que los billetes de avión se encuentren por las nubes hasta el punto de que a una familia de cuatro miembros sólo el traslado les suponga un desembolso de 1.200 euros. De nuevo, reducir la presión fiscal sobre el sector turístico y contribuir a propiciar mayor competitividad en las tarifas aéreas en las conexiones con Canarias depende de decisiones políticas. Como también depende de decisiones políticas, acometer la ejecución de nuevas infraestructuras aeroportuarias (que serían objeto específico de otro editorial) ya que el actual Aeropuerto de Lanzarote no sólo se encuentra prácticamente al borde de su capacidad, sino que se están perdiendo oportunidades de conectividad directa con otros destinos más lejanos por no contar con una pista adecuada para ello.
Sea como fuere, nuestros representantes públicos, tanto a nivel local, regional como nacional, tienen en sus manos decisiones políticas de gran importancia si saben mirar y analizar con lupa la situación actual del sector y prever su futuro. El auge mundial de la industria turística es imparable: el turismo mueve 1.000 millones de personas anualmente en todo el mundo, y se calcula que para 2030 aumentará en un 80%. Se estima que de esos 1.800 millones de turistas que viajarán dentro 15 años, muchos de ellos procederán de mercados emergentes, como Asia y Latinoamérica. Especialmente de este último continente: turistas hispanoparlantes que se configuran para España y Canarias como un potencial incalculable de enormes posibilidades. Sentar buenos cimientos depende de nosotros y de dejar de tomar decisiones a base de miradas inmediatas o cortoplacistas. Estos son los retos. Y las oportunidades son ahora.