El incierto futuro de Nueva Canarias tras la "huida" de los alcaldes

- Lancelot Digital
La salida del Bloque Nacionalista Rural (BNR) de Nueva Canarias, encabezados por el primer edil de Gáldar y vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria, Teodoro Sosa, a la que se puede sumar el resto de alcaldes que apoyaron en las anteriores elecciones a Román Rodríguez, puede tener unos efectos devastadores para el llamado nacionalismo de izquierdas en Gran Canaria. La ruptura se ha producido tras años de desencuentros ideológicos y debido a la petición reiterada por parte de los alcaldes de una renovación necesaria que nunca llegaba a realizarse. Consideraban además que se han dado una serie de pasos muy desafortunados, como su acercamiento a Podemos y a Sumar, dejando de lado su vocación nacionalista y la lógica de ir junto a CC. La mejor prueba del error cometido, para ellos, es el resultado de su asociación con Sumar en las últimas elecciones europeas que dio como resultado que Coalición Canaria lograra más votos que NC en Gran Canaria, algo que hubiera parecido imposible años antes. Ese dato ha sido definitivo. NC Prefirió ser cabeza de ratón antes que cola de león.
En cualquier caso, y al margen del distanciamiento ideológico, estaba claro que Teodoro Sosa, que es el alcalde más votado en términos porcentuales de España, estaba pidiendo paso hace tiempo, y con él, también querían un cambio el resto de alcaldes (los de Guía, Agaete, Tejeda, Valsequillo, San Mateo, Firgas, Arucas, Agüimes y San Bartolomé de Tirajana). Román Rodríguez y su núcleo duro no propiciaron este cambio que consideraban injusto y antidemocrático. Sin duda Román Rodríguez ha sido el "alma mater" de Nueva Canarias y todavía y a pesar de sus años, le queda cuerda para rato. El problema es que no advirtió que los "renovadores" van con prisas e intuyen que seguir a la vera de la NC no iba a servirles para sus objetivos, tener influencia en el Gobierno de Canarias. Los de Sosa consideran que con Román el proyecto no tiene futuro y son partidarios de regresar al nacionalismo marcado por el municipalismo creando un proyecto nuevo lejos de las derivas izquierdistas de Román.
En cualquier caso, una nueva división del voto nacionalista de centro izquierda no puede ser una buena noticia en Gran Canaria, donde inicialmente lucharán tres fuerzas políticas por el mismo espectro electoral. No es menos cierto que, descartada NC en esa ecuación futura de alianzas electorales, pueda configurarse una alianza de CC con el nuevo partido de los alcaldes de pronta creación bajo el liderato de Sosa.
En el caso de Lanzarote, hay que reconocerles a los chicos de Nueva Canarias el entusiasmo, pero el poco realismo, cuando presumen con orgullo de que el problema de los alcaldes en Gran Canaria no afecta a Lanzarote, las cartas pintan bastos. No sólo afecta esa escisión a la marca de NC sino que además, ellos saben que Óscar Noda, entre otros, como Antonio Morales, por no decir Armando Santana, ya han insinuado con el debido respeto que con NC ni a misa en las próximas elecciones. Más bien están en la idea de crear una formación de carácter insularista o una especie de alianza de partidos municipalistas en torno a Noda. Y si eso es así, como todo indica que será, NC-Lanzarote quedará tocada con posibilidades de hundimiento.
Roque Aguayro también dice adiós
A las despedidas se sumaba también el histórico partido Roque Aguayro, que gobierna en Agüimes desde 1979. En una asamblea celebrada el 10 de febrero se votó casi por unanimidad abandonar NC, con 159 votos a favor y una sola abstención.