Domingo, 14 Diciembre 2025
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La crisis que por la que atraviesa el grupo de gobierno de Teguis (CC-PSOE), con todo lo acontecido tras la imputación del juez a la primera teniente de alcalde, la socialista Lourdes Cabrera, por presunta revelación de secretos oficiales después de que ésta al parecer no desmintiera haber filtrado a la policía local correos electrónicos del concejal nacionalista Daniel Morales, es en estos momentos un asunto muy complicado que llega en la recta final de este mandato, y cualquier decisión tomada en el Ayuntamiento de la Villa podría tener repercusión en el resto de las instituciones de la isla, con consecuencias indeseables que deben evitarse.

 

Es un secreto a voces que en los últimos meses no ha habido prácticamente ninguna comunicación entre el alcalde, Oswaldo Betancort (CC) y Lourdes Cabrera. Pero lo ocurrido ha sido interpretado por CC en Teguise como una deslealtad intolerable y ha abierto una profunda, (y por otro lado comprensible) brecha de desconfianza del alcalde y su grupo de concejales, hacia la edil socialista, sin que la confianza perdida tenga visos de poder volver a recuperarse. Los concejales de ambos partidos mantienen un tenso silencio a la espera de algún desenlace en los próximos días. Mientras Betancort ha dado un plazo al PSOE para que mueva ficha, el PSOE mantiene la callada por respuesta (parece claro que no irá en contra su primera teniente alcalde) y Lourdes Cabrera ya ha hecho llegar que no piensa dimitir. De modo que, en el momento de publicarse este editorial, el margen de maniobra para salvar el pacto es muy escaso. Muchos nos tememos quela salida a esta crisis no tendrá fácil solución, y si la situación comenzó mal, podría acabar peor.

 

Una llamada a la responsabilidad

 

Pero lo peor podría estar por llegar, ya que cualquier cambio o movimiento en Teguise podría ser la mecha que prendiera en cascada la estabilidad del resto de las instituciones insulares donde gobiernan ambas formaciones, si no se actúa con una más alta visión de la isla en su conjunto. Una parte del PSOE, algunos miembros del aparato orgánico del partido que no son precisamente los que no gobiernan en las instituciones, se muestran partidarios de romper el pacto, y la insistencia se redobla mas ahora, ante la cercanía de las próximas elecciones en mayo del año que viene. De hecho, si el pacto del Cabildo no ha saltado antes por los aires es por la sensatez mostrada por la secretaria de los socialistas lanzaroteños, Loli Corujo, y por la responsabilidad de los propios consejeros socialistas, conscientes de que la primera institución insular ha necesitado (y sigue necesitando más que nunca) de estabilidad en unos años que han sido marcados fuertemente por la crisis.

 

Independientemente de lo que ocurra en Teguise, es absolutamente necesario mantener la estabilidad del resto de las instituciones de la isla y la clase política lanzaroteña debe dar muestras de madurez y altura de miras. Dinamitar el resto de los pactos de gobierno en el Cabildo y los ayuntamientos de Arrecife y San Bartolomé, por puros intereses partidistas, no sólo sería muestra de una grave irresponsabilidad de nuestros representantes políticos (ya que paralizaría una isla todavía azotada muy duramente por el paro y estancaría el proceso ya de por sí interminable del nuevo un Plan Insular), sino que sería muy difícil de entender para la ciudadanía lanzaroteña, que probablemente no perdonaría en las próximas elecciones actitudes y formas que hay que empezar a desterrar para siempre.


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