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La “Operación Ástrid”, ¿una apuesta de futuro?

 

 

 

La ruptura del pacto PP-Psoe en Lanzarote ha generado incertidumbre en los sectores sociales y económicos de la isla y ha dejado abierto un panorama político que algunos consideran esperanzador y otros, por el contrario, creen que deja muchas dudas. Más allá de las cuestiones meramente políticas y de intereses partidarios, lo que ahora interesa a la población lanzaroteña es saber si los nuevos pactos que se han formado, tanto en el Cabildo, pactando con Podemos y Sosa, como en Arrecife, pactando con CC, pueden dar la suficiente confianza y estabilidad como para afrontar los grandes retos que la isla tiene por delante, que son bastantes. Objetivo que, al fin y al cabo, es el más importante para los ciudadanos.  

 

¿Y cuáles son esos grandes retos? Pues en Arrecife, sacar por fin adelante el Plan General de Ordenación Urbana, cosa que parecía que con el Psoe en el Ayuntamiento era harto difícil, tal y como denunció la propia alcaldesa.  También sacar adelante los retos en temas de Patrimonio y su necesaria rehabilitación; poder tramitar expedientes para sacar adelante los proyectos estratégicos que necesita la capital de la isla; potenciar la zona comercial del centro de Arrecife y aprovechar la sinergia positiva que puede generar el Centro Comercial Garavilla, entre otras cuestiones del día a día. En definitiva, poner los mimbres necesarios para que dentro de tres o cuatro años la capital comience a situarse donde merece.  

 

Lo mismo habrá que plantearse en el Cabildo, donde el Psoe gobernará con la ayuda de Podemos y el consejero Tránsfuga, Juan Manuel Sosa. En este punto, hay que reconocer que ahora, mirando hacia atrás, se comprende el tesón con el que Corujo lo ha defendido, ya que él precisamente ha supuesto la pieza clave para que la presidenta lograra blindarse en el gobierno, sin que se le pudiera presentar una moción de censura. Mereció la pena por tanto para Dolores Corujo, o eso parece, esa defensa de dudosa moralidad que ha llevado a cabo, en contra, incluso, de la ética que tanto pregona el Psoe habitualmente.  Porque el único hecho cierto es que, si hoy Juan Manuel Sosa siguiera perteneciendo al partido de CC por el que se presentó, haría tiempo que se hubiera presentado una moción de censura que hubiera cabido dentro de la llamada “Operación Ástrid”.

 

En cualquier caso, hay que exigirle al Psoe del Cabildo que resuelva cuanto antes los grandes retos de la isla que ha dejado aparcados, la mayoría con la excusa de la pandemia. El tiempo dirá si, por fin, se mete en faena. Lanzarote necesita planeamiento como agua de mayo, necesita grandes infraestructuras de carreteras, resolver la precariedad hospitalaria o atacar de verdad la crisis migratoria que tanto recursos resta en el día a día de la población.

 

Sin duda esta ruptura del pacto del PSOE-PP tiene una segunda fase. Más allá de si mejora la gestión que se ha hecho hasta ahora en Lanzarote y en Arrecife (esperemos que sí) sirve para romper la estrategia del Psoe de prolongar el pacto con el PP para dejar fuera de juego de nuevo a Coalición Canaria en la próxima legislatura. La realidad es que Dolores Corujo siempre que podía hablaba de las bonanzas de ese acuerdo con los populares, aunque el más mínimo sentido común indicara que se trataba de un acuerdo contra natura, contrario a los intereses de los votantes de ambas formaciones. Ahora CC juega de nuevo en el tablero político y posiblemente tenga el protagonismo que las urnas le dieron y que, hasta ahora, no se reflejaba.

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