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Los cien días de Oswaldo

 

  • Lancelot Digital
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    Cien días son pocos para analizar las acciones de cualquier grupo de gobierno, pero sí son suficientes para advertir cambios en positivo, sobre todo si comparamos los primeros cien días de gobierno de Oswaldo Betancort con el mismo periodo de la anterior presidenta del Cabildo Insular, Dolores Corujo. Mientras que la socialista se vio envuelta en diferentes polémicas por su obsesión de desmontar todo lo que había hecho Coalición Canaria, y sobre todo Pedro San Ginés, en los últimos diez años, Betancort ha tratado al menos de atacar los problemas reales, con más o menos fortuna inicial.

     

    No podemos olvidar que el PSOE lanzaroteño, en esa década en la que gobernó San Ginés, vivió varias crisis internas, no sólo por estar en la oposición más años que nunca en la historia de Lanzarote, sino porque por primera vez se tuvieron que enfrentar a un presidente que no temía plantarles cara a ellos y a sus comandos mediáticos. Justo por eso, Corujo, en esos primeros cien días, desencadenó toda una serie de acciones, de venganzas incomprensibles para la mayoría: el secuestro del libro de César Manrique; el anuncio de su intención de desmontar el Museo Submarino o sacar las estatuas de los jinetes del apocalipsis del lugar en que se encontraban… polémicas baldías que solo dejaron claro el odio que sentía por sus predecesores.

     

    En cambio, en estos primeros cien días de CC y PP se han olvidado del pasado y se han centrado en trabajar. Se puede decir que han cogido el toro por los cuernos en la crisis del agua (ya veremos el resultado), el principal problema ahora mismo de la isla. Se anunció en el mes de agosto una inversión de 90 millones para poner en marcha un plan de acciones para solucionar muchos de los problemas que arrastran estas infraestructuras olvidadas de la mano de la suerte. Todo lo contrario de lo que hizo Corujo que desarrolló una política hostil desde el minuto uno en que justificó el rescate del servicio para que pasara de nuevo a manos del Cabildo a través del Consorcio Insular del Agua. No se atrevieron, menos mal porque hoy Lanzarote estaría en la ruina de haberse ejecutado la venganza. En lugar de avanzar, se avejentaron aún más las instalaciones por no invertir en ellas. Durante esos cuatro años solamente se llevó a cabo el proyecto de la tubería de Mala, que venía de la época de CC y que sigue, cuatro años después sin culminarse.

     

    Algo parecido ha ocurrido con el tercer sector (AFA, Adislan y El Cribo) que tras una legislatura de incomprensión ha firmado un acuerdo con el actual grupo de gobierno que se compromete a apostar por ellos. No se entiende porqué Corujo, representante de un partido de izquierdas, no apostó por el Concierto Social aprobado por el propio gobierno socialista de Torres, al margen de la más pura obstinación de no dar su brazo a torcer. Tampoco podemos olvidar los cuatro años de parálisis en la puesta en marcha de la residencia de mayores de la que solo se puso una piedra. Es cierto que en los últimos meses se iniciaron los trámites para quitarle la concesión a la empresa, algo que deberían haber hecho mucho antes y con lo que Betancort ha seguido.

     

    Ahora bien, Oswaldo no puede dormirse en los laureles. Se ha visto buena intención, buenos modos, muchas fotos, pero las necesidades que tiene Lanzarote, después de cuatro años de inacción, son tantas, que se necesita algo más.

     

    Nada ha dicho o muy poco en relación con las infraestructuras de carreteras, qué va a ocurrir con la LZ 2, con el desdoblamiento de la carretera de Playa Blanca-Yaiza, con el eje norte; se ha puesto en marcha un proyecto de cien aparcamientos para el hospital, pero no deja de ser un parche, ya que es una cantidad evidentemente insuficiente para el Hospital de Lanzarote, queda pendiente el Plan Especial de La Geria, que debe aprobarse de manera definitiva y la aprobación inicial del PIOL…

     

    Nuestro consejo para Betancort es que se centre en los temas principales de la isla y no se acobarde y entretenga con los obstáculos que se va a encontrar en el camino.

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