Domingo, 14 Diciembre 2025
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Lo que está haciendo la encuesta de El País, donde aparece que Podemos supera por primera vez en intención de voto a PSOE y PP, es dar un severísimo toque de atención a los partidos tradicionales y no se debería menospreciar la irrupción como un tsunami de una fuerza política que, siendo una gran incógnita ante su falta de propuestas fundamentadas que aporten soluciones reales más allá de la utopía, sin embargo es la que está emitiendo el estruendoso golpe en la mesa que está dando la población en masa.

 

Además de que la corrupción y otros males evidencian que se trata de un problema sistémico, que está afectando a la misma línea de flotación en la que se sostienen nuestros pilares democráticos, y sin entrar a analizar el complejo entramado de sus causas, lo que sí parece evidente es que se trata de un problema de pérdida de contacto directo con la realidad de la calle. Ocurre en todos los sitios y también en Lanzarote, a lo que hay que añadir aquí nuestras propias singularidades. A los políticos parece costarles demasiado abrir los oídos a cualquier otra cosa que no sean sus propias voces y discursos entre ellos mismos argumentándose y maquinando qué hacer para no perder sus privilegios o los de sus partidos. Y en consecuencia mantienen un tupido aislamiento con la sociedad a la que administran, de forma que como cualquier mal endémico y cerrado, en este caso propio de la clase política en general, terminan rumiando una y otra vez los mismos ´argumentarios´ de descalificación y ataque al contrario. Todos los partidos deberían entonar un mea culpa propio, pero se centran en quitar la paja en el ojo ajeno, porque la viga que llevan en el suyo les impide ver la realidad en su conjunto.  Y siguen usando los viejos ardides y formas de hacer política que bajo el supuesto manto del interés general, esconden en muchas ocasiones todo lo contrario, la defensa de los intereses partidistas y a veces hasta personales.

 

La población está muy harta. En Lanzarote el Plan Insular de Ordenación del Territorio (PIOT), el instrumento que vertebrará y posibilitará el desarrollo y avance de una isla que tiene en torno a un 34% de paro, lleva desde que se aprobara su avance en 2010, sin haberse movido prácticamente ni un ápice. Y todavía muchos políticos no se han dado cuenta de que ya no es hora de más maniobras dilatorias en una isla donde se necesita desbloquear numerosas posibilidades de riqueza y desarrollo.

 

Por un lado, el Plan Insular debe ser un logro de todos (o al menos objeto de un amplio consenso), y en consecuencia no debe ser capitalizado por ninguna persona ni por ningún partido. Y por otro, debe haber suficiente  altura de miras para dejar de pensar exclusivamente en los intereses partidistas de cara a las elecciones de 2015 y dejar de poner palos en la rueda que están impidiendo que un documento estratégico de tal magnitud siga avanzando.  Habrá que estar muy atentos de lo que ocurre a partir de ahora, porque todos deben poner de su parte, pero cada uno deberá responder ante el electorado de sus actos. Es un buen momento para demostrar liderazgo y capacidad política, así como generosidad para con toda la población de Lanzarote.

 

Durante demasiados años el uso político de asuntos que afectaban al interés general o a temas de trascendencia ha tenido sus réditos electorales,  pero eso ya no sirve ahora. Porque la comprensible y legítima defensa de los intereses que cada partido tiene ante unas elecciones, deja de ser legítima cuando éstos se anteponen a los intereses generales de toda una sociedad. ´Podemos´ les debe hacer reflexionar seriamente, y aprender de las críticas honra a los partidos y a sus miembros. Al igual que debe ocurrir con la corrupción, hay formas de hacer política que deben ser extirpadas tajantemente como un cáncer. Ya no es que “podemos”,  sino que “debemos” cambiar los usos y costumbres políticos en esta isla. La clase política conejera sigue estando aislada de lo que Lanzarote pide a gritos. Si ahora no se dan por enterados, lo tendrán que hacer en mayo de 2015. De momento, a nivel nacional, Podemos se ha convertido en  la bocina para destupir tanta sordera.


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