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Un nuevo futuro para Arrecife

 

Arrecife, el patito feo de Lanzarote. Nos hemos acostumbrado a escuchar esta afirmación como si fuera un mantra y, lo cierto, es que la realidad, hasta el momento, no nos ha ofrecido demasiadas excusas para rebatir este argumento. Los ciudadanos de Lanzarote han ido viendo, como si de una película a cámara lenta se tratara, el deterioro de su ciudad y se han tenido que conformar con un Arrecife cada vez más destartalado, sucio y triste. Un Arrecife sin vida, sin gente, sin comercios, sin actividad, gris…

 

La pregunta lógica es ¿Quiénes son los culpables? Tal vez todos y cada uno de los gestores municipales que no han conseguido solucionar los problemas de la ciudadanía, pero no es el momento de buscar culpables, sino soluciones y, parece, que en este momento las cosas pueden cambiar y que existe una esperanza para la capital insular. Una promesa en forma de proyecto que ha puesto sobre la mesa el Cabildo Insular, una apuesta directa por convertir Arrecife en la capital de la Reserva de la Biosfera, en la ciudad que siempre debió ser.

 

Para poner en marcha este ambicioso proyecto necesita, en primer lugar, la colaboración sincera del Ayuntamiento de Arrecife, dejando de lado todas las disputas políticas habituales, excusas, siempre, para no hacer nada. Todo parece apuntar a que la tendrá. 

 

Ahora más que nunca se trata de trabajar mano a mano por el futuro de la ciudad, por sus habitantes, y cuentan para ello con numerosos proyectos ya trazados y previstos, así como con los fondos económicos necesarios. Todo está sobre la mesa. No es el momento de tirarse trastos a la cara. No es la ocasión de hacer campañas de rédito únicamente electoral. Ahora toca mirar por los ciudadanos, eso que se presupone que siempre debe hacer un político, pero que, para qué vamos a decir otra cosa, no siempre hace.

 

Toca mirar por los habitantes de esa ciudad deteriorada que, por primera vez desde hace mucho tiempo, tienen ante sí la posibilidad de vivir un cambio. Arrecife puede ser esa capital reserva de la Biosfera que lidere proyectos sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, que generen economía, que dinamicen la ciudad… una ciudad con sombras, con ocio, con parques, una ciudad abierta al mar y amable con su gente. O puede seguir como hasta ahora sumida en la parálisis y en la inacción… Tenemos ante nosotros la posibilidad de transformar el patito feo en un cisne muy hermoso, si esta vez también nos dedicamos a poner piedras en este camino… entonces ya, es para hacérnoslo mirar.

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