Un verano sin cortes, el “milagro” de Oswaldo

- Lancelot Digital
Este ha sido uno de los veranos con menos incidencias relacionadas con los cortes de agua en Lanzarote. Más allá de las interrupciones programadas y de la avería registrada a principios de agosto en la central de impulsión de Zonzamas —que dejó sin suministro a varios pueblos del centro-norte de la isla—, poco más hay que reseñar. Casi puede calificarse de milagro que, con unas infraestructuras de desalación obsoletas y una red en la que todavía se pierde la mitad del agua que producimos a diario, no se hayan registrado cortes graves.
Lanzarote resistió el fuerte aumento de la demanda habitual en julio y agosto, con un 25% más de consumo respecto a la media anual. Incluso La Graciosa se libró esta vez de los cortes, un hecho inusual si recordamos los veranos pasados, cuando fue necesario llevar agua en cubas para repartir en garrafas entre vecinos y negocios de Caleta de Sebo. Aquellas escenas evocaban a muchos mayores de 60 años la infancia de sequías extremas, cuando en la isla parecía haber más vino que agua.
Pero que este verano haya transcurrido sin sobresaltos no significa, ni mucho menos, que podamos lanzar las campanas al vuelo. La situación del agua en Lanzarote sigue siendo crítica. En cualquier momento una avería grave en las plantas de Díaz Rijo o Janubio podría volver a dejar en evidencia la fragilidad del sistema. Es probable que la ausencia de cortes importantes se deba más a la fortuna que a una mejora sustancial en el ciclo integral del agua.
No obstante, sería injusto no reconocer los avances impulsados en los últimos dos años por el actual presidente del Cabildo, Oswaldo Betancort. Bajo su mandato se han incorporado dos desaladoras portátiles con capacidad para 5.000 metros cúbicos diarios, se logró que el Gobierno de Canarias declarara la emergencia hídrica —facilitando inversiones en infraestructuras— y se sustituyeron miles de membranas de las desaladoras, lo que permitirá mejorar su rendimiento en breve. Además, el proyecto para instalar una segunda tubería de conexión con La Graciosa ha superado ya los trámites burocráticos y las obras comenzarán en los próximos meses.
A ello se suman otras actuaciones, quizá menos vistosas, pero decisivas en el día a día. Es evidente que tanto Oswaldo Betancort como su consejero de Agua, Domingo Cejas, se han tomado en serio la crisis hídrica. Y aunque no se trata de hacer comparaciones partidistas, lo cierto es que la actual administración de CC-PP ha mostrado más planificación y seriedad que la anterior, liderada por Dolores Corujo, que en este terreno se limitó a responsabilizar a Canal Gestión. El futuro dirá si el Cabildo mantiene su intención de retirar a esta empresa la gestión del ciclo integral del agua o, finalmente, llega a un acuerdo con la filial madrileña de Canal de Isabel II.