Urbanismo enredado: el eterno fracaso de la planificación en Lanzarote

- Lancelot Digital
El reciente varapalo judicial al Plan General Supletorio de Yaiza ha sido rápidamente capitalizado por el PSOE para cargar contra el Gobierno de Canarias. Días atrás, el diputado socialista Marcos Bergaz aprovechaba la sentencia para acusar a Coalición Canaria de un nuevo retroceso en materia urbanística. Sin embargo, más allá del revuelo político, conviene matizar: lo ocurrido en Yaiza, siendo un paso atrás, responde a un error técnico puntual más que a un fracaso estructural.
Lo verdaderamente alarmante no es la anulación concreta de este plan, sino el colapso crónico del urbanismo en Lanzarote —y, en general, en buena parte del archipiélago—. La tramitación de un Plan General en Canarias puede alargarse hasta 15 años, un plazo inadmisible para municipios como Yaiza, que soportan una creciente presión urbanística, graves dificultades de acceso a la vivienda y una carencia estructural de suelo para servicios esenciales.
Esa parálisis es el auténtico drama. La falta de planificación urbana y territorial no solo ralentiza el desarrollo, sino que lastra la sostenibilidad, la inversión y la calidad de vida de los ciudadanos. En este contexto, sorprende la vehemencia con la que ahora el PSOE lanza sus críticas, cuando su responsabilidad en el estado actual de las cosas es innegable. Durante el pasado mandato, con Dolores Corujo al frente del Cabildo, no solo no se avanzó en los instrumentos de ordenación, sino que el esperado Plan Insular quedó olvidado en un cajón. Las promesas de modernización quedaron, una vez más, en el terreno de la retórica.
El nuevo grupo de gobierno insular, con Oswaldo Betancort al frente, hereda una situación desoladora. Tratar de reactivar en pocos meses un proceso paralizado durante años no será fácil, pero al menos se ha comenzado a mover la maquinaria. No se trata de buscar culpables a corto plazo, sino de revertir un modelo de gestión territorial que ha fracasado durante décadas por desidia, burocracia e intereses partidistas.
Canarias no puede permitirse más improvisaciones ni enfrentamientos políticos estériles en materia de urbanismo. Lo que está en juego no es una victoria parlamentaria ni un titular, sino el futuro mismo de nuestros pueblos y ciudades. La planificación territorial debe dejar de ser rehén de cálculos electorales y convertirse, de una vez por todas, en una prioridad compartida y sostenida en el tiempo.
SUMARIOS.
“Lo ocurrido en Yaiza, siendo un paso atrás, responde a un error técnico puntual más que a un fracaso estructural”
“Lo verdaderamente alarmante no es la anulación concreta de este plan, sino el colapso crónico del urbanismo en Lanzarote —y, en general, en buena parte del archipiélago”